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jueves, 23 de marzo de 2017

El libro de Laura Sánchez Ley.


Mario Aburto: testimonios desde Almoloya

A 23 años de la muerte de Luis Donaldo Colosio, la personalidad, los motivos y hasta el destino del asesino confeso del candidato priista son desconocidos para el gran público, para quien el nombre de Mario Aburto ya no dice nada. La periodista Laura Sánchez Ley se dio a la tarea de hablar con las personas cercanas a ese hombre misterioso que a lo largo de los años ha clamado su inocencia. El resultado es Aburto. Testimonios desde Almoloya, el infierno de hielo (Grijalbo, 2017), del que aquí se adelantan fragmentos, con permiso de la autora y de la editorial.
El libro de Laura Sánchez Ley.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- A las ocho de la noche, media hora después de que iniciara el interrogatorio oficial de Mario Aburto, José Luis Pérez Canchola llegó apresurado a las instalaciones de la PGR: lo habían llamado unos minutos antes para solicitar su presencia en el cuestionario y que constatara públicamente que el detenido no fue torturado.
Pérez Canchola se había convertido en una figura importante en México: fue nombrado el primer procurador de Derechos Humanos en Baja California y uno de los primeros a nivel nacional luego de la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en 1992.
–Cuando llegué, me pareció todo muy extraño; para empezar, Mario se veía mal, alterado. Otra cosa: el abogado público de oficio no estaba representando a Mario, era Xavier Carvajal, un abogado del PRI y que además era particular. ¿Qué hacía ahí?
El interrogatorio duró apenas dos horas, cuando en casos sin relevancia llegan a extenderse hasta cinco. El procedimiento fue superficial, recuerda.

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