–Gana el fanatismo neoliberal
–Vienen tiempos violentos
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con Enrique Peña Nieto declinante, sólo
empeñado en cuidarse las espaldas, hay por ahora un claro ganador en la
disputa por el poder en el gabinete: Luis Videgaray, el poderoso
secretario de Hacienda que, además de imponer a Enrique Ochoa Reza como
presidente del PRI, desde ahora controla las candidaturas de diputados y
senadores para el 2018, y edifica la suya propia a la Presidencia de la
República.
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Osorio, Peña y Videgaray en la presentación del Programa Nacional de Infraestructura en 2014. Foto: Benjamin Flores |
La entronización de Ochoa Reza en el PRI consolida, en el fondo, una
etapa histórica de este partido: El dogmatismo neoliberal claramente
materializado en su XXI Asamblea Nacional, en marzo de 2014, cuando se
aprobó, sin una sola voz en contra, modificar su Programa de Acción
para, entre otros cambios de fondo, avalar la privatización energética.
Aunque sometido al neoliberalismo con Miguel de la Madrid, Carlos
Salinas y Ernesto Zedillo –y aferrado al mismo credo como “oposición” en
los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón del mismo signo–, nunca
como ahora el PRI había sido controlado a plenitud por la tecnocracia, y
con un tecnócrata puro como Ochoa Reza, discípulo de Videgaray, jefe
máximo de esta doctrina en el gobierno.