El primero de una serie de espots de Peña Nieto. Foto: Tomada de video |
Segunda. EPN incurrió en conflicto de interés real. Eso está clarísimo al haber otorgado o permitido que se les otorgaran contratos públicos a los proveedores dueños de la Casa Blanca cuando él era gobernador del Estado de México y haber llegado a un arreglo legal para la adquisición del polémico inmueble. De nueva cuenta, el conflicto de interés aparece en el momento en que EPN designa a su vigilante: Virgilio Andrade. Éste conocía de antemano la misión que le habían asignado y la llevó a cabo despojándose con ello del prestigio que había ganado anteriormente; lo echó por la borda ante las necesidades del “equipo” político al que pertenece y que ahora se encuentra agazapado.
Tercera. EPN dijo que se arrepiente de que su esposa apareciera en televisión para explicar cómo se hizo de esa propiedad porque, agregó, “no es funcionaria pública”. ¿Es o se hace? El artículo 1 de la Convención Interamericana contra la Corrupción –que forma parte de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en los términos del artículo 1 párrafo segundo y 133 constitucionales– define “función pública” como “toda actividad temporal o permanente, remunerada u honoraria, realizada por una persona natural en nombre del Estado o al servicio del Estado o de sus entidades, en cualquiera de sus niveles jerárquicos”. ¿Angélica Rivera no desempeñaba una actividad honoraria como presidenta del Consejo Ciudadano Consultivo del DIF? ¿No es eso una función pública no remunerada?
Cuarta. En el último tramo de su gobierno EPN confiesa que la Casa Blanca no era una inversión de su esposa con la “liquidación” que le otorgó Televisa, lo que nadie, especialmente en el medio artístico, creyó. Esa mentira atroz y una pésima actuación le han costado, y mucho, a Angélica Rivera, quien si no podía ser una dama sí podía ser cauta y limitar la frivolidad que implican sus limitaciones educativas, éticas y cognitivas. Con Denisse Maerker, EPN dio un giro de 180 grados a la verdad oficial sobre la Casa Blanca: resulta que ya no fue un propósito personal de su esposa con cargo a su fortuna personal, sino una inversión de ambos, EPN y Angélica, lo que nunca constó en el larguísimo expediente de la “auditoría” (por llamarla de algún modo) que dirigió Andrade.
Quinta. Lo cierto es que, como el propio EPN reconoce, la Casa Blanca marcó un parteaguas en su gobierno. Antes las cosas funcionaban más o menos bien, tanto que logró el apoyo pluripartidista al ahora defenestrado Pacto por México. Después de la Casa Blanca todo empezó a salir mal para el gobierno de EPN en los más distintos frentes y culminó con la peor calificación personal de un presidente mexicano y el más bajo porcentaje histórico de votación en la elección pasada para su partido, el PRI. Me dicen que a partir de diciembre Peña Nieto partirá a Londres, donde tendrá su nuevo domicilio después de haber hecho el peor gobierno del que se tenga memoria.
@evillanuevamx
ernestovillanueva@hushmail.com
Fuente : Proceso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario