Maximiliano von Götzen-Iturbide, “El Príncipe Imperial de México”

La realeza o familia real no es exclusivo para los países europeos o algunos asiáticos, pues México también tiene la suya, aunque esta “familia imperial” vive fuera de su reino.

Esta dinastía no es considerada como tal en nuestro país, pues no existe el “trono de México”, pero en Europa se codean con la nobleza del Viejo Continente como “los legítimos herederos de la dinastía mexicana De Iturbide”.
Hablamos de la familia Götzen-Iturbide Franceschi, encabezada actualmente por el “príncipe imperial” Maximiliano, quien es descendiente directo de Agustín de Iturbide, primer emperador mexicano al consumarse la Independencia del país.

Maximiliano o Maximilien von Götzen-Iturbide está casado con María Anna de Franceschi, quien desciende de una línea de nobles croatas y venecianos. Tienen dos hijos de origen australiano: Fernando con de 21 años de edad, quien sería el segundo en la línea de sucesión al “trono imperial”, y Emanuela, nacida en 1998.
Perth, Australia es la pequeña ciudad que alberga a los Götzen-Iturbide Franceschi. Maximiliano es empresario, gusta de practicar deportes, como la equitación y el esquí, y participa en competencias de yates.
Su vástago Fernando Leopoldo, fue educado en el exclusivo instituto suizo Le Rosey, donde han estudiado prácticamente todos los nobles que se conozca hoy en día.
Según sus allegados, el joven gusta de la historia mexicana y estudia actualmente administración gubernamental en la Universidad de Georgetown.
Él ha sido la cabeza de la Casa Imperial por cerca de 50 años, y es necesario aclarar que no está interesado en desempeñar algún papel político en México”, afirma el investigador Enrique Sada, quien es cercano a los Götzen-Iturbide.
En México la monarquía no existe, ya que la Constitución establece, en su artículo 12, que “no se concederán títulos de nobleza, ni prerrogativas y honores hereditarios, ni se dará efecto alguno a los otorgados por cualquier otro país”, por lo que si los Götzen-Iturbide quisieran venir a México serian unos completos desconocidos.
Sin embargo, la inexistencia de la monarquía en nuestro país no fue obstáculo para que, en 2011, Maximiliano Götzen-Iturbide fuera recibido en el Palacio Apostólico del Vaticano como el “legítimo heredero al trono de México” por Joseph Ratzinger, entonces papa Benedicto XVI.
Las raíces del Principe


En el año de 1823, Agustín de Iturbide abdicó al Trono de México y se exilió en Italia. En México fue declarado traidor y fuera de la ley por el Congreso. Se dictaminó que si volvía al país se le debía fusilar inmediatamente, decreto que exhibía el temor de que el antiguo emperador retornara del exilio.
Ignorando la sentencia de muerte, Iturbide se embarcó junto con su familia a México para prevenir al gobierno sobre los planes de España para reconquistar el país. En julio de  1824 fue arrestado por Felipe de la Garza, y el Congreso local condenó a muerte por fusilamiento a Iturbide.
“¡No soy un traidor, no!”, fueron las últimas palabras del primer emperador mexicano.
La nieta de Agustín de Iturbide, María Josepha, se convirtió en cabeza de la Casa Imperial de México en 1925, tras el fallecimiento de su tío, también de nombre Agustín.
María Josepha tuvo dos hijas. Su primer matrimonio fue en Hungría, el 12 de marzo de 1908 con el Barón Johann Nepomuk Tunkl, capitán de caballería del ejército imperial austro-húngaro. De este matrimonio nacieron dos hijas, María Ana Tunkl Iturbide y María Gisela Tunkl Iturbide, quien se casó en primeras nupcias en 1940 con el conde Gustavo Adolfo von Götzen.
María Gisela fue madre del conde Maximiliano Götzen-Iturbide, actual heredero al Trono de México.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial fue internada en un campo de concentración rumano junto con su segundo esposo, Charles de Garriere, acusados de “monárquicos y enemigos del pueblo”. Su heredero, según su testamento y con el consentimiento de sus dos hijas, fue su único nieto: Maximilien von Götzen-Iturbide.
Fueron dos las oportunidades que tuvo la familia Iturbide para gobernar México: la primera, cuando por aclamación popular, tras la consumación de la Independencia, Agustín de Iturbide fue coronado como el primer emperador del naciente país.
La segunda oportunidad surgió durante el Segundo Imperio, cuando Maximiliano y Carlota, al no poder tener descendientes, decidieron “adoptar” a los nietos del primer gobernante del México Independiente. Ahí surgió la historia contemporánea de los herederos de ambos imperios.
Maximiliano de Habsburgo, emperador desde el 10 de abril de 1864 al 15 de mayo de 1867, “adoptó” a Agustín de Iturbide y Green, nieto del consumador de la Independencia y primer emperador de la naciente nación mexicana, Agustín de Iturbide, y a su primo Salvador.
Sin embargo, este reinado duró poco, ya que Maximiliano fue fusilado en Queretaro en el año de 1867.
Nobles  y princesas en México

Nuestro país cuenta con varios compatriotas de sangre azul, pues sus antepasados se enlazaron con nobles de diversos países y, por ello, algunos son herederos al trono o tienen derecho a un título dinástico.
 
La escritora Elena Poniatowska, de ascendencia polaca, aunque nació en Francia, adquirió la nacionalidad mexicana en 1969. Al nacer adquirió el título de princesa, debido a que su padre fue el príncipe Jean Ciolek Poniatowski, quien descendía de la familia del último rey de Polonia, Estanislao II Poniatowski.
En la década de 1940, los Poniatiski llegaron a la Ciudad de México. A esta familia de linaje real pertenece Kitzia Nin Poniatowska, sobrina de Elena, quien también se dedica a la literatura.

Atleta y noble mexicano
    

En los Juegos Olímpicos de Invierno Vancouver 2010,  compitió por México en el deporte de esquí un príncipe llamado Hubertus Rudolph von Fürstenberg-von Hohenlohe-Langenburg, descendiente de la familia real de Württemberg, un antiguo principado ubicado en la actual Alemania.
Este deportista nació en la Ciudad de México en febrero de 1959. También es cantante, fotógrafo y empresario. En 1981 fundó la Federación Mexicana de Esquí y en 1984 representó a México en los Juegos Olímpicos de Sarajevo, Yugoslavia.
La madre de Hubertus Rudolph es la princesa Ira von Fuerstenberg, una noble ítalo-alemana y sobrina de Gianni Agnelli, el magnate de la marca de vehículos Fiat. El padre es Alfonso von Hohenlohe, quien introdujo el automóvil Volkswagen a nuestro país.
Algunos quieren monarquía en México
Si bien Maximilien Götzen Iturbide, heredero al Trono de México, no tiene pretensiones de buscar el poder en nuestro país, existen aquí diversos grupos que buscan “la restauración pacífica de la monarquía”.
En redes sociales se puede encontrar al grupo “Yo apoyo el regreso de la monarquía en México. Viva el III Imperio Mexicano” o también al “Partido Monárquico Mexicano”.
“Apoyamos el regreso de la Monarquía a México con don Maximiliano von Götzen-Iturbide, actual portador y protector de la Casa Imperial Mexicana, y príncipe imperial de México. En este sitio estamos en favor de la monarquía y de la Casa de Iturbide como única legítima Casa real que puede aspirar al trono de México”, afirman en un sitio de internet con más de cinco mil seguidores.
Según los seguidores de dichos grupos “Con el regreso de los emperadores se instauraría la monarquía constitucional… y México poseería la única monarquía del continente y tendría un sistema de gobierno muy parecido al de Reino Unido, España, Noruega, Suecia, Holanda, Bélgica, Mónaco, Luxemburgo o Liechtenstein”
Con información de Excélsior e Impunemex