Conteo de boletas electorales en el Edomex. Foto: Miguel Dimayuga |
También repasó las claves necesarias para entender lo que estuvo en juego durante el evento, entre ellas, “la sobrevivencia del PRI como partido nacional dominante”. Indicó que durante las más de ocho décadas de gobiernos priistas, el Estado de México –calificado de “joya de la corona” – sirvió de “reducto político” del PRI, el cual “fue acusado durante años de desviar recursos de la entidad hacia campañas locales y nacionales cruciales”.
El NYT recordó que la elección se llevó a cabo entre Alfredo Del Mazo Maza, al que describió como “un vástago de la realeza del PRI” –por ser primo del presidente Enrique Peña Nieto y descendiente de dos gobernadores mexiquenses también llamados Alfredo Del Mazo–, y la morenista Delfina Gómez, una política “poco conocida” pero respaldada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien “vinculó explícitamente sus ambiciones presidenciales a la contienda estatal”.
De acuerdo con el diario neoyorquino, la campaña y la elección mostraron la “impopularidad profunda y generalizada del PRI en la entidad”, pero también la “naturaleza fracturada de la oposición”, dividida entre Gómez, la panista Josefina Vázquez Mota y el perredista Juan Zepeda.
El PRI, subrayó, tiene una “maquinaria de campaña tremenda” que afinó durante sus 70 años de control ininterrumpido de México, y posee una gran habilidad para triunfar en elecciones “al emplear métodos de fraude y coerción siempre más sofisticados”.
El periódico recordó que las autoridades abrieron más de 230 averiguaciones durante la campaña por la gubernatura del Estado de México –más del doble que hace seis años–, entre ellos porque el gobierno federal desplegó miembros del gabinete y otros funcionarios a la campaña de Del Mazo en la entidad, “lo que constituiría una violación de las leyes electorales”.
Fuente : Proceso.
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