Vehículo dañado tras el ataque armado en Badiraguato. Foto: Especial |
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Una nueva guerra entre cárteles de la droga comenzó. Rafael Caro Quintero decidió enfrentarse al Cártel de Sinaloa. Con el apoyo de Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito –sobrino de Joaquín El Chapo Guzmán–, e integrantes de Los Zetas, los Beltrán Leyva e integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación, reclama el derecho de cruzar drogas libremente por su viejo territorio.
El comandante de la Tercera Región Militar, Alfonso Duarte Múgica, ha confirmado que El Mochomito, hijo de Alfredo Beltrán Leyva, fue el instigador directo del primer ataque de esta guerra: una razia en el terruño del Chapo contra la madre del capo hoy encarcelado. Pero dentro de la organización criminal aseguran saber de quién es la mano que impulsa la conflagración: Rafael Caro Quintero, narcotraficante conocido en los ochenta como El Príncipe.
Una investigación de Proceso revela que Caro Quintero (otrora líder del Cártel de Guadalajara, preso durante 28 años y liberado en agosto de 2013 por fallas en su proceso judicial) se ha fortalecido en los dos años y 10 meses que lleva libre a través de alianzas con el Cártel de los Beltrán Leyva y otras organizaciones criminales.
Se asegura que regresó plenamente al negocio de las drogas. Trafica mariguana, metanfetaminas y cocaína pese a que la Procuraduría General de la República lo persigue, luego de que el gobierno de Estados Unidos reclamara airadamente al gobierno de México por la liberación del capo e hiciera la solicitud formal de extradición.
Las fuentes consultadas para este reportaje señalan que el narco, originario de La Noria (en Badiraguato, el mismo municipio donde está la ranchería La Tuna, atacada por un comando el sábado 11), exige mover libremente la mercancía ilegal por lo que fue su antiguo territorio –el Triángulo Dorado de Sinaloa, Durango y Chihuahua– sin pagar derecho de piso al Cártel de Sinaloa, que ahora controla mayoritariamente esa zona. Y los líderes de ese cártel –El Chapo e Ismael El Mayo Zambada– no se lo han permitido.
Cuando El Príncipe fue liberado (tenía 60 años) de la prisión de mediana seguridad de Puente Grande, Jalisco, supuestamente tuvo un encuentro con Guzmán Loera y Zambada García. Según las fuentes, la junta transcurrió en calma y El Chapo y El Mayo le dieron la bienvenida, pero dejaron claro que ellos ostentaban ahora el poder y acordaron que Caro Quintero se mantendría en paz.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2069 de proceso, ya en circulación
Fuente : Proceso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario