CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El pasado 3 de agosto un comando
irrumpió en un negocio ubicado en el Corredor Comercial de Chihuahua.
Ante la mirada impotente de empleados y amigos, los hombres armados
sustrajeron del local a Timmy Enns, dueño del local e hijo de un
empresario menonita.
Timmy Enns, hijo de un empresario menonita. Foto: Especial |
Según publica Sin Embargo, horas después, los plagiadores
exigieron una recompensa de tres millones de pesos por el joven
empresario chihuahuense para entregarlo con vida. Los familiares de Enns
cumplieron la petición pero los plagiarios faltaron a su promesa: el
cuerpo del joven fue encontrado 26 días después, con dos tiros y en
avanzado estado de descomposición.
Los
secuestradores ejecutaron a Timmy a pesar de haber cumplido con el pago
y tiraron su cuerpo en un lugar conocido como Granjas el Venado,
ubicado en el seccional Álvaro Obregón, en ciudad Cuauhtémoc.
El cadáver del joven fue localizado el 29 de agosto pero apenas el viernes pasado lo entregaron a sus familiares.
Habitantes de la comunidad menonita y empresarios de la región expresaron su indignación por el asesinato del joven.
No es el primer secuestro contra miembros de esa comunidad.
En septiembre de 2013, un comando ingresó a un rancho y privó de su
libertad a Isac Isbran Klasen, menonita residente de la comunidad Valle
de la Esperanza, ubicada en el municipio de Villa Ahumada, Chihuahua.
El asesinato de Enns ocurre siete años después del asesinato
de Benjamín Franklin LeBaron, fundador de un movimiento social contra
el secuestro, quien fue levantado de su casa la madrugada del martes 7
de julio de 2009 por al menos 20 hombres de vestimenta tipo militar.
El activista fue torturado frente a su familia, su esposa
fue violada frente a él y luego, junto con su cuñado que llegó unos
minutos después, fue llevado a una brecha que conduce a la cabecera
municipal de Galeana, donde los ejecutaron.
En 2009 encabezó protestas contra la inseguridad,
extorsiones y secuestros que padecía su comunidad tras la llegada de
grupos de la delincuencia organizada. Dichas movilizaciones iniciaron
con el secuestro de su hermano menor Erick.
Los captores pedían un millón de dólares por el joven pero
la familia se negó a pagar el rescate con el argumento de que no
alentarían que ocurrieran más casos como ese no sólo en su comunidad,
sino en todo el país.
Gracias a ese movimiento los secuestradores dejaron libre a Erick pero la lucha costó la vida de dos integrantes de la familia.
Fuente : Proceso.
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