Curzio. Periodismo acotado. Foto: Germán Canseco |
“El análisis político es central en un año electoral” como el que ya vive el país. Por tanto, “es incomprensible” pedirle a un director de noticias que desaparezca una mesa de debate político. Es como “descarrilar a una selección de futbol cuando viene el Mundial de Rusia”, comenta.
Su caso lo inscribe dentro de un “preocupante estrechamiento de la libertad de expresión en el país”, en el que “cada vez se van teniendo menos posibilidades” de hacer periodismo. De hecho, observa un proceso de tres estados: a los reporteros que exhiben el vínculo entre la política y el crimen organizado, les cuesta la vida; los periodistas que realizan reportajes de investigación y documentan la corrupción, pierden el empleo; “y ahora hemos llegado al punto en que la opinión también se castiga”.
Curzio se reconoce como “un hombre moderado” en sus opiniones, ubicado en “un centro equidistante de la vida política” del país. “Si un moderado como yo pierde el empleo por esto, ¿qué va a suceder con los periodistas que realizan investigaciones sensibles?”, se pregunta.
En entrevista el viernes 6, el periodista y académico narra los hechos que derivaron en su renuncia del noticiero Primera emisión.
Se abstiene de señalar al gobierno, en particular a la Presidencia –“porque no lo sé”; “porque no me consta”–, como responsable de solicitar la “cabeza” de sus dos colaboradores, pero admite que “la concatenación de hechos sugiere” que dicha solicitud está vinculada a las críticas que éstos lanzaron en la tertulia del 28 de septiembre contra la propuesta del PRI de eliminar el financiamiento público a los partidos políticos y reducir los senadores y diputados plurinominales; así como a la pertenencia de María Amparo Casar a Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad, organización que ha incomodado al presidente Enrique Peña Nieto.
La “amable petición”
Curzio recuerda que, el 29 de septiembre, el presidente de NRM Comunicaciones, Edilberto Huesca Perrotín, lo llamó a su oficina y de manera amable le soltó:
“–Mire, Leonardo, yo creo que la tertulia política la tenemos que dejar.
“–Pero, ¿por qué razón?.
“–Hay estudios que demuestran que el noticiario tiene una magnifica salud hora por hora, pero no así la tertulia política de los jueves.”
Curzio dice que se sorprendió. “Jamás en la vida nos comimos los cortes comerciales ni nos pasamos del tiempo que teníamos asignado a la tertulia: entre 35 y 40 minutos. No había números que indicaran que el rating se estuviera hundiendo”, comenta.
Refiere que argumentó: “En la radio moderna las tertulias son las que marcan la diferencia con respecto a las radios ‘voceteras’, donde un señor dice y no hay posibilidad de interacción. Aquí la radio sirve para hablar y dialogar”.
“Hay otras cuestiones que comercialmente podrían ser más atractivas”, insistió Huesca
“Podría ser”, respondió Curzio, “pero la propuesta editorial que yo dirijo incluye el debate político. Además, me parece de particular relevancia que eso exista en este país y en este año con el propósito de ampliar la deliberación pública”.
Según la versión de Curzio no hubo acuerdo y Huesca insistió en eliminar la tertulia: “Creo que (ese segmento) hay que quitarlo”, le dijo.
“‘Y qué plantea usted’, le pregunté, y fue entonces que me pidió que salieran estos dos colaboradores (Casar y Raphael) y que pensáramos en un formato diferente.”
Curzio dice que insistió. Argumentó que actualmente, con la existencia de las redes sociales e internet, la información fluye de manera casi instantánea. Un noticiario largo no puede quedarse con noticias que ya circularon por las redes sociales.
“Yo le decía: ‘Qué le voy a contar a la gente de lo que dijo Enrique Ochoa Reza o Andrés López Obrador o Margarita Zavala, si la gente esa información ya la tiene. Lo que quiere es una interpretación de hacia dónde van las cosas. Creo que los programas matutinos de radio lo que agregamos son entrevistas con los protagonistas y el análisis de los expertos’. Eso es lo que yo sostuve. Pero él insistió en que había que separarlos (a los colaboradores)”, comenta.
“Piénselo”, exhortó Huesca.
“Pues me la pone fácil: la respuesta es no. Y si usted me pide eso, en un tono cordial y urbano, yo me voy a tener que ir”, dijo Curzio.
“Piénselo el fin de semana”, reiteró el empresario.
“Muy bien. Nos vemos el lunes, pero le digo de antemano que así no.”
Recuerda que el lunes 1 condujo con normalidad su programa radiofónico. “Como a eso de las 11 de la mañana Huesca me preguntó: ‘¿Qué ha pensado, Leonardo?’
“Lo mismo que le dije el viernes: yo no puedo pedirles a María Amparo Casar y a Ricardo Raphael que salgan. No les puedo dar ese argumento comercial porque no creo en él, y aunque así fuera, en esa circunstancia, yo también me iría.
“Y eso –añade—fue finalmente lo que sucedió.”
Censura
El periodista y analista político Ricardo Raphael expresó el miércoles 4 que la salida de Curzio se debía a la tertulia del 28 de septiembre. En su columna “Política zoom” del jueves 5 en El Universal, sostuvo: “Me consta que fueron los argumentos vertidos en la tertulia los que detonaron nuestra salida”. Y calificó los hechos como “un acto de censura”.
Y es que, en dicha tertulia, Raphael y Casar señalaron que la propuestas del líder nacional del PRI, Ochoa Reza, y de los dirigentes del Frente Ciudadano para eliminar el financiamiento público y reducir los senadores y diputados plurinominales eran “populacheras”, “absurdas” y “un engaño a la población”. Y advirtieron de los riesgos de dejar el financiamiento de los partidos en manos de particulares. “Sería legalizar la ilegalidad”, señaló Casar.
Raphael acusó a Ochoa de “haber utilizado el ánimo polarizado posterior al terremoto para hacer avanzar una propuesta cuya intención es reducir la pluralidad democrática en México”, pues si se acepta la propuesta del PRI de reducir los legisladores plurinominales, el tricolor tendría 46% de las curules en la Cámara de Diputados y 49% del Senado.
A Raphael esa propuesta le parecía “mezquina hasta el tuétano” y un “ejercicio ruin”.
–Ricardo Raphael dice que la tertulia del 28 de septiembre detonó la solicitud de sus cabezas –se le comenta a Curzio.
–La concatenación de hechos sugiere eso.
Dicha “concatenación” fue así: Raphael hizo un comentario crítico al PRI el 26 de septiembre. Ochoa Reza le habló por teléfono unas horas más tarde a Curzio y le pidió espacio en su programa para “aclarar ciertos puntos”. Al día siguiente, el 27 de septiembre, Ochoa entró al aire y “dijo lo que a su interés convenía”. El día 28 tuvo lugar la tertulia en la que Casar y Raphael tundieron las propuestas de Ochoa. Y el viernes 29 vino la solicitud de Huesca a Curzio para eliminar la tertulia y “separar” a los dos analistas.
“Esa es la secuencia de hechos. Eso es lo que tengo”, comenta Curzio.
–Siguiendo con la concatenación de hechos, la crítica era al PRI, pero el PRI no tiene la capacidad de presionar a un concesionario; quien la tiene es quien domina al PRI: Presidencia de la República. ¿Te parece que tiene sentido ese análisis?
–En el entorno genérico en el que vivimos, de un inapropiado balance de financiamiento de los medios, donde predomina el público sobre el privado, podría ser, pero no tengo ninguna constancia ni ningún elemento para afirmarlo.
“Y al señor Huesca se lo pregunté: ‘Oiga, ¿esto se debe a una llamada de alguien?’. Y me respondió: ‘Le aseguro que no me llamó nadie’.”
–Si los argumentos comerciales no son creíbles, ¿cuáles fueron las razones por la que te pidieron la renuncia de Casar y Raphael? ¿Qué explicación le das? ¿Quién está detrás?
–No te lo puedo decir porque no lo sé. El escritor español Javier Marías decía que hay palabras o nombres que de pronto saberlos o no saberlos te pueden envenenar el alma. Y cuando te estás muriendo ya no tiene tanto sentido preguntar qué veneno te mató.
“Perdí el trabajo, un espacio que quería mucho, un equipo del cual me siento orgullosísimo… en fin, me mataron radiofónicamente. Pero no sé quién está detrás. Si lo supiera te lo diría y lo denunciaría con todas sus letras.
“El señor Huesca insiste en que fue una decisión meramente comercial. Es la versión que tengo hasta ahora. Lo cual me parece una pésima idea; que lo comercial se confunda con lo editorial me parece muy poco saludable para la vida democrática de este país.”
–Pero como periodista, ¿no te gustaría saber?
–Claro que me gustaría y lo voy a saber en algún momento. Y en el momento en que lo sepa lo voy a decir…
–¿Lo que pasó es ajeno a que María Amparo Casar sea directiva de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (organización que ha irritado al presidente Peña Nieto)?
–No es ajeno. No hay manera de desvincularlo. Lo que no te puedo decir es cómo se ensambló. Para mí el contexto explica claramente eso.
Costos gubernamentales
Para Curzio lo que le pasó con NRM Comunicaciones es “un síntoma” de que las empresas “no sienten que tienen una responsabilidad ante sus audiencias” y de que existe “un estrechamiento de la libertad de expresión”.
Se remite a la propuesta que Peña Nieto hizo al principio de su gestión: crear un órgano profesional y ciudadano que administre la publicidad oficial. “Se está terminando el sexenio, ¿tú has visto ese órgano? Yo tampoco”, dice.
–Si miramos lo que te ocurrió en la coyuntura de las elecciones, ¿cómo lo interpretas?
–Para mí es incomprensible. Es como si a una selección de futbol la descarrilas cuando viene el Mundial de Rusia. El tema del análisis político es central en un año electoral. No lo puedo entender.
Añade: “No sé las motivaciones, las peticiones ni los nombres, pero en política y en periodismo las cosas se juzgan por sus resultados y, en este caso, mi querido amigo, he ingresado temporalmente a las filas del desempleo…”
–¿No crees que hayan sido muy costosas tu salida y las de Casar y Raphael?
–Costosísima. Yo perdí el trabajo y un proyecto editorial de 18 años. Ya lo reharé. Pero para la empresa ha sido muy duro.
Y refiere que las redes sociales se han ensañado con los argumentos expuestos por Huesca. “Lo que él dice es increíble e inaceptable para un director de noticias. Oiga, la opinión no se vende y los medios deben recordar que son un servicio público y que nuestro deber como periodistas es formar ciudadanía”.
–Hablaste de costos para la empresa. ¿Hay costos para el gobierno?
–También. Si la decisión fue meramente empresarial, le ha generado un costo absurdo al gobierno, pues me están preguntando gobiernos extranjeros y relatores de libertad qué está pasando en México.
“A ver, creo que soy un hombre moderado en mis opiniones; equidistante en la vida política del país. Si un moderado pierde su trabajo por esto, ¿qué va a pasar con los periodistas que investigan temas sensibles?”, concluye.
Esta entrevista se publicó el 8 de octubre de 2017 en la edición 2136 de la revista Proceso.
Fuente : Proceso.
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