El Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo. Foto: Octavio Gómez |
Alfredo Castillo, el comisionado del gobierno federal para enfrentar el conflicto armado en Michoacán, ha seguido a pie juntillas esta cómoda práctica de actuar sin tener contacto con la ciudadanía afectada y menos con la opinión pública y la prensa.
Desde que el exprocurador del Estado de México y amigo de Peña Nieto llegó en enero a Michoacán, vio en Twitter el mejor instrumento político de comunicación para evadir cuestionamientos de la opinión pública
frente a las acciones que tomó y que algunos michoacanos consideraron violatorias de la Constitución del estado, como la sustitución de toda la estructura judicial y policiaca michoacana por agentes mexiquenses.
A través de 555 mensajes de menos de 140 caracteres, el representante del gobierno federal ha informado a su manera, sin dar detalles, de operativos como el registro de armas que llama injustificadamente “desarme”, pues las armas no se decomisan a las autodefensas, en realidad las registran y se las regresan; o la detención de un buque con más de 68 mil toneladas de mineral que irían a China de manera ilegal.
Tan sólo en estos dos casos Castillo no ha dicho a la sociedad todo lo que hay en cada acción. Por ejemplo, para el supuesto desarme, no precisa que hay muchas armas en Michoacán que no serán registradas por las autodefensas y que serían las que podrían usar en caso de un enfrentamiento con los grupos del crimen organizado.
Mientras que del buque detenido, el líder de las autodefensas, José Manuel Mireles, confesó que fueron ellos los que dieron toda la información acerca del robo y fraude que estaban cometiendo los empresarios chinos y los Caballeros Templarios, quienes extrajeron el material de una mina que no existía, pues dieron los datos de una empresa fantasma que, según documentos oficiales, era la responsable de los trabajos de sustracción en un lugar donde no había más que un letrero.
A través de los tuits, el funcionario ha establecido una forma para crear una imagen y dar la impresión de que la pacificación avanza en Michoacán combatiendo a los Caballeros Templarios, “desarmando” a las autodefensas y metiendo a la cárcel a algunos personajes como Hipólito Mora y el exgobernador interino Jesús Reyna.
Pero no da oportunidad de preguntar sobre el regreso de Los Zetas, la Familia Michoacana, los Beltrán Leyva, los cárteles del Golfo y Jalisco, quienes una vez más se pelean el espacio estratégico que representa Michoacán.
Quizá en el gobierno de Peña Nieto y, en el caso de Michoacán, del comisionado Castillo, piensan que con un tuit se puede tapar el sol o manipular la realidad con una versión oficial que al final no cumple su cometido; por el contrario, hace que se exalten las signos de una descomposición social y política que en menos de 140 caracteres se podría resumir así: “La violencia sigue y las autodefensas son la respuesta social a la incapacidad de gobernar, y no desaparecerán con un tuit”.
Fuente : Proceso.
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