Los mexicanos Jaime y Enrique Byrom Aparicio controlan una
parte importante de la venta de entradas a los estadios y la renta de
habitaciones para hospedarse en Brasil. Ellos deciden los precios.
Llevan años en el negocio, al menos desde México 1986, y su
participación ha encarecido un espectáculo que solía ser popular. En
conivencia con la FIFA, son parte de la élite que ha desatado la ira de
los brasileños.
Tickets para los partidos. Desorbitados. Foto: Reuters / Ricardo Moraes |
BRUSELAS/RÍO DE JANEIRO
(Proceso).- .- La historia se repite en todo Copacabana, el barrio más
turístico de Río de Janeiro. Si uno quiere reservar un cuarto durante el
Mundial, no puede hacerlo directamente en el hotel. El recepcionista ni
siquiera puede informar si hay disponibilidad: “Nosotros no hacemos las
reservas para el Mundial, tiene que llamar a la empresa Match
Hospitality”, dice, y le da al interesado un número telefónico.
Hace más de dos años Match Hospitality compró los derechos
sobre cerca de 80% de los cuartos de Río de Janeiro. “Son muy pocos los
hoteles de cinco a tres estrellas que no vendieron sus cuartos a Match,
simplemente porque es la agencia oficial de la FIFA. Solamente las
posadas, los moteles y unos hoteles en Copacabana rechazaron la oferta”,
añade la directora.
Match Hospitality reservó entero el hotel Mar Palace desde
2012. Hilton Linos, el gerente del establecimiento, reconoce: “Somos
meros prestadores del servicio para Match. Ni le puedo decir el país de
origen de mis huéspedes durante el Mundial porque no tenemos acceso a
ellos”.
Si algo distingue los negocios de venta de entradas y
alojamiento para el Mundial de Brasil es la opacidad y el abuso. Eso ha
contribuido a la masiva ola de protestas en el país.
Y los hermanos mexicanos Jaime y Enrique Byrom Aparicio
son los propietarios mayoritarios de la empresa Match Hospitality, con
sede en Zug, Suiza…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1962 de la revista proceso, actualmente en circulación.
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