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miércoles, 6 de mayo de 2015

Incumple México con bajar muertes maternas: Save the Children

MÉXICO, D.F. (apro).- La organización Save the Children dio a conocer que mediante la aplicación de programas sociales y otros incentivos en materia de salud, México cumplirá este año con 80% de las metas que se impuso en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

                          
                          Un recién nacido en el hospital Jesús Kumate. Foto: Eduardo Miranda


No obstante, destacó, las comunidades más vulnerables y marginadas del país permanecen particularmente ajenas a esos logros.
Precisó que en términos de mortalidad materna, México no cubrirá este año los ODM por el descuido en las necesidades de planificación familiar, el estado de salud y nutrición de las madres y la escasa capacidad de los trabajadores de primera línea, entre otros aspectos.



En el año 2000, subrayó, el gobierno mexicano se comprometió a reducir a 22 la cifra de muertes maternas por cada 100 mil nacidos en 15 años. Pero hace dos años esa tasa se ubicó en 38.2% a escala nacional, mientras que en estados del sureste como Puebla, Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Chiapas se elevó hasta 70% comparada con aquella.

De acuerdo con informes presentados por Save the Children en vísperas del Día de las Madres, que se celebra el 10 de mayo, la tasa de defunción durante el parto no está vinculada a la carencia de servicios médicos, sino más bien a la mala calidad de éstos.

Según la organización, 80.5% de las mujeres que fallecieron al dar a luz en 2011 lo hicieron en unidades médicas. De ese porcentaje, 87.9% tuvo control prenatal y 84% no era de habla indígena.

“La mitad de las muertes maternas fueron de personas que estaban afiliadas al Seguro Popular”, destacó el director de Asuntos Internacionales de Save the Children, Anthony Caswell.

Añadió que en 2010 se observó una relación inversa entre el gasto federal en salud y la razón de mortalidad materna (RMM), lo cual, apuntó, “refleja aún grandes carencias en la calidad y pertinencia del servicio”, ya que incluso con un aumento de cobertura, las muertes maternas siguen ocurriendo.

En consecuencia, la RMM en México es seis veces superior al promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), mientras que la Tasa de Mortalidad Infantil (TMI) resulta tres veces superior al promedio de los países miembros del organismo.

Save the Children resaltó que México tampoco cumplirá la meta de los ODM en lo que se refiere a la proporción de bebés que nacen con un peso inferior a 2.5 kilos –por las carencias alimenticias que sufrió la madre durante el embarazo–, ya que en 2012 esa tasa alcanzó 8.37% de los nacimientos a nivel nacional, superior en 1.5% a la meta de 6.8%.

La organización también reportó que 20% de los bebés nacidos en México no son revisados por un médico durante el primer mes de vida, y las tres cuartas partes de los hogares donde habitan menores de cinco años presentaron alguna categoría de inseguridad alimentaria en 2012.

Detalló, asimismo, que el riesgo de que la madre o el bebé tengan complicaciones de salud durante el embarazo o el parto es particularmente elevado entre las adolescentes. En 2009, precisó, 90% de jóvenes de 15 a 19 años fueron hospitalizadas debido a razones maternas, mientras que 31% de sus hijos nacieron prematuros y sufrieron más enfermedades que los hijos de mujeres adultas.

Según la organización, el embarazo adolescente es un fenómeno condicionado por factores sociales como la educación formal, lugar de residencia, nivel socioeconómico o etnicidad, pero también tiene mucho que ver la comunicación y la conectividad familiar. Esos factores, apuntó, generan que 40% de las adolescentes embarazadas en México no planeen o deseen la llegada del hijo.

El estudio sostuvo que un niño recién nacido en el sur del país tiene riesgo de morir 14% mayor que en el resto del país, si se toma en cuenta que esa región concentró 30% de los fallecimientos de menores de un año. Ese riesgo se eleva 68% superior al promedio nacional si la madre es indígena.

Además, añadió, la falta de inversión en materia de salud y en los programas sociales estanca el desarrollo de un “sistema de salud efectivo, equitativo y de cobertura universal”.

Según el informe, México sólo dedicó 6.2% de su Producto Interno Bruto al sector salud, una tasa 3% menor al promedio de los países miembros de la OCDE, que se eleva a 9.3%.

Además, aproximadamente la mitad de los gastos médicos de los mexicanos salen de sus bolsillos, una cifra superior en 12 puntos al promedio de la OCDE.

Presupuesto limitado

Save The Children destacó que en los últimos siete años fue “errática” la asignación de presupuesto a los principales programas sociales que cuentan con “acciones clave dirigidas a la salud de las niñas y los niños” y están “diseñados para las poblaciones más marginadas y rezagadas en materia de acceso a la salud”.

La suma de los presupuestos dedicados a esos programas, entre ellos Prospera –que cuenta con las vertientes de alimentación, salud y educación– o el Programa de Apoyo Alimentario (PAL), nunca representó más de 2.69% del presupuesto programable de la Federación, apuntó.

El único de esos programas que cuenta con un enfoque especial hacia la infancia (Seguro Médico Siglo XXI) consiste en financiar la atención médica de las niñas y los niños menores de cinco años, para “contribuir a evitar el empobrecimiento”, y sólo cuenta con 2.8% del presupuesto asignado a los programas sociales que atienden a la infancia.

El análisis de Save the Children destacó que al arrancar 2008 la Federación asignó 3 mil 387 millones de pesos a ese programa, pero en 2015 le bajó el presupuesto a 2 mil 605 millones de pesos.

Prospera fue el más beneficiado por el gobierno, ya que su presupuesto se triplicó en la década pasada al pasar de 24 mil millones de pesos en 2001 a más de 85 mil millones de pesos en 2015, y “es reconocido en todo el mundo como un programa exitoso para llevar servicios básicos de salud y alimentación a las familias más pobres del país”.

Sin embargo, la organización subrayó que “no queda del todo claro la medida en la cual las personas que reciben estos apoyos salen de la pobreza”, y observó que en realidad “el programa cubre necesidades básicas que de no existir constituirían una violación flagrante a los derechos básicos de las personas”.

Y la población que no puede recibir los apoyos alimenticios de Próspera, agregó, debe contentarse con el PAL, que este año fue dotado de 5 mil millones de pesos, equivalente a una octava parte de Prospera.

Los recursos asignados al programa IMSS-Prospera –cuyo propósito consiste en extender las acciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a zonas marginadas– equivalen a 10.4% del presupuesto de los programas que inciden en la salud infantil.

Save The Children aseveró que si bien ese programa se enfoca en zonas de alta marginación y en 2012 atendió a “cerca de 12 millones de personas” –sin precisar el número de menores de edad–, sólo se aplica en lugares donde cuentan con unidades de salud.

El programa que realmente lleva servicios de salud hacia las 18 mil localidades más marginadas del país es el de Unidades Médicas Móviles (UMM), que este año sólo recibió 789 millones de pesos, que cubre gastos operativos e insumos necesarios para proporcionar servicios de primer nivel, e incluye 154 intervenciones del Catálogo Universal de Servicios de Salud (CAUSES).

Según Save the Children, sólo 23% de los niños que viven en un entorno rural recibieron alrededor de cinco consultas de vigilancia médica en sus dos primeros años de vida, mientras que a 26% de los niños de entre 12 y 23 meses se les aplicó las cuatro vacunas del esquema completo de vacunación.
Fuente : Proceso.

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