Pedro Miguel/ La Jornada
“Tras la presentación de las fabricaciones exculpatorias de la Secretaría de la Función Pública por las fastuosas e inexplicables propiedades de Enrique Peña, su esposa y su secretario de Hacienda, el sospechoso principal se apresuró a formular una sincera disculpa a la sociedad. Y muchos se preguntaron de qué podía disculparse si un par de horas antes su empleado acababa de exonerarlo de toda pesquisa judicial y si, como intentó establecerlo Virgilio Andrade, las casas de Las Lomas, Ixtapan de la Sal y Malinalco habían sido adquiridas no mediante recursos de procedencia ilícita sino con el sudor de la frente de los respectivos propietarios.
¿Se trataba acaso de una disculpa por haber pretendido tomarle el pelo al país durante nueve meses con una simulación tan inverosímil como la que interpretó Virgilio Andrade? ¿Era una expresión genuina de malestar del declarante consigo mismo por conducirse de manera tan frívola y dispendiosa en un contexto en el que millones de mexicanos han sido arrojados a la miseria por obra de la política económica de Peña y Videgaray?
No. El propio Peña explicó que la disculpa era por haber suscitado sospechas”.
Katia D’ Artigues/ El Universal
“La pregunta, ahora, es qué vamos a hacer como sociedad. Sí, tras la exoneración que hizo el subordinado secretario Virgilio Andrade de sus jefes Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray se pueden hacer muchas cosas. Aprovechémoslo: el sainete de Andrade del viernes pasado es la demostración perfecta… de lo que no podemos permitir que vuelva a pasar (…)”.
Denise Maerker/ El Universal
“La revelación hecha por Carmen Aristegui y su equipo tuvo consecuencias. Y eso no pasa todos los días. Lo común es que las denuncias de corrupción caigan rápidamente en el olvido o en un vacío aterrador: nadie investiga, nadie tiene facultades para hacerlo, no se violaron leyes, a nadie le importa o a los que les importa, poco o nada pueden hacer (…)”.
Alejandro Encinas/ El Universal
“Poco convincente resultó el “les ofrezco una sincera disculpa”, con el que Enrique Peña Nieto pretende superar el escándalo en que ha estado involucrado junto con su esposa y sus colaboradores cercanos al, presuntamente, haber incurrido en conflicto de interés por la adquisición de bienes inmuebles que, pese a las “exhaustivas indagatorias” del titular de la Función Pública, no lograron acreditar el origen de los recursos para su adquisición ni demostrar las operaciones mercantiles regulares de compra-venta de cualquier inmueble (…)”.
Publicadas el lunes:
Ramón Alberto Garza/ Reporte Índigo:
“(…) A contracorriente se habilitó una dormida Secretaría de la Función Pública y se designó al frente –por disposición del mismo hombre que sería investigado- a un Virgilio Andrade que acabó escudándose en tecnicismos para, con subterfugios y retruécanos legaloides, evadir su responsabilidad.
El resultado final: que el escándalo se recicló tres veces, produciendo tres crisis de Estado que lesionan directamente la imagen y credibilidad del régimen y de su titular.
Su primera crisis fue en el momento de su descubrimiento por el equipo de investigaciones de la periodista Carmen Aristegui.
La segunda fue con la salida del aire de Aristegui y su equipo, en los momentos en que se estrenaba como vocero de la Presidencia a un ex director jurídico de MVS.
Y la tercera al emitir un veredicto que, si se encuesta hoy a los mexicanos, se vería que tiene un bajísimo nivel de credibilidad. De nuevo el tema a las primeras páginas.
Tan fácil que habría sido pronunciar desde el primer día el discurso del perdón”.
Raúl Trejo Delarbre/ La Crónica de Hoy:
“(…) El secretario Andrade y el discurso gubernamental sobre ese asunto sostienen que como no hay infracción expresa a la letra de la legislación en materia de responsabilidades públicas, la compraventa de la casa no fue inadecuada. Se trata de una justificación a partir exclusivamente de una lectura literal y estrecha de los reglamentos. Andrade y el Presidente no toman en cuenta los beneficios a las empresas de Higa en el Estado de México y, además, ignoran las dimensiones éticas de la integridad, la honestidad y el interés público.
Peña Nieto ha reconocido que la adquisición de la residencia propició “interpretaciones que lastimaron e incluso indignaron” y por ello ofreció una disculpa. Siempre es saludable que los gobernantes reconozcan errores y sepan rectificar. Pero la de Peña es una disculpa sin convicción ni credibilidad: un empleado suyo dictamina que no hay conflicto de intereses (como si el hecho de indagar la responsabilidad de su jefe no fuera, de suyo, conflicto de tal índole), el gobierno y quienes le hacen eco se ufanan porque esa averiguación determinó que la legalidad no fue quebrantada, a partir de tal conclusión el Presidente se disculpa, ¿de qué? Aún en ese gesto, Peña Nieto y sus subordinados siguen creyendo que los ciudadanos miran la realidad con anteojeras.
ALACENA: Periodistas que investigan
La adquisición de la “Casa Blanca” para la familia Peña fue conocida gracias al meticuloso trabajo de Daniel Lizárraga, Rafael Cabrera y otros periodistas del equipo encabezado por Carmen Aristegui. Contribuciones como ésas y la necesidad de seguir indagando y difundiendo acciones del poder político escamoteadas a la transparencia hacen más lamentable que sigan ausentes de la radio”.
Leo Zuckeman en Excelsior:
“No hubo sorpresas. Terminó la investigación que realizó la Secretaría de la Función Pública sobre las casas Higa-San Román del Presidente, su esposa y el secretario de Hacienda. No se cometió ninguna ilegalidad; todo fue kósher de acuerdo a Virgilio Andrade. Acto seguido, el presidente Peña ofreció disculpas: reconoció que, si bien no violó la ley, pudo haberse visto mal y, por eso, pidió perdón a fin de recuperar la confianza. Acto seguido, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, hizo lo mismo: admitió que, a pesar de haber comprado su casa en Malinalco sin violar la norma, pudo haberse malinterpretado y por eso más disculpas. Así la estrategia orquestada por el gobierno para tratar de darle carpetazo a uno de los eventos más escandalosos de este sexenio.
Investigación cerrada con cero ilegalidades, disculpas de los involucrados y vámonos a otras cosas. Lo hicieron el viernes para tener poca reacción mediática. Es el mejor día para gestionar notas vergonzosas, ya que la jornada siguiente, el sábado, es cuando menos noticieros hay y menos lectores tienen los periódicos. Bien pensada y ejecutada, entonces, la estrategia gubernamental para cerrar este tema y apostarle al olvido de la gente. La pregunta es si les funcionará. Dependerá, me parece, de lo que hagan, a partir de ahora, tres actores importantes en toda democracia: la oposición, los medios y las organizaciones ciudadanas (…)”.
Jorge Fernández Menéndez en Excélsior:
“(…) El 5 de febrero pasado decíamos en este espacio que no veíamos que existieran “elementos legales suficientes para procesar o castigar a Angélica Rivera, Luis Videgaray o al presidente Peña sobre estos temas. En todo caso habrá que revisar los contratos otorgados a las constructoras involucradas. Pero si no hay irregularidades en ellos no hay delito que perseguir. En el caso de la señora Rivera, por más desaseada que haya sido la compra de su propiedad, ella no era funcionaria pública, y tampoco esposa del Presidente cuando compró la casa. Se podrá argumentar que el manejo en todos los casos puede ser sospechoso, incluso, alguien argumentará que fue poco ético, pero de lo que estamos hablando es de decisiones legales y de aplicación de la justicia”. Y en términos legales, insistimos, no hay delito alguno que perseguir… aunque sea políticamente incorrecto decirlo.
También decíamos el 5 de febrero pasado que las comisiones legislativas como las que se propuso impulsar “son instrumentos de promoción y una vía para canalizar ataques, pero no para determinar la culpabilidad o no de un funcionario (…)”.
Julio Hernández/ La Jornada
“No por larga e inequívocamente prevista resultó menos escandalosa la grotesca exculpación que un secretario de opereta ofrendó a su patrón, Enrique Peña Nieto (que para ello le había instalado en un cargo de falsa contraloría), y a Luis Videgaray, a cuyo cobijo faccioso también debe Virgilio Andrade Martínez el ocupar la alcahuetería institucionalizada cuyo nombre oficial es Secretaría de la Función Pública.
La orquestación política fue rematada con sendas cartas de presuntas disculpas de Peña y Videgaray, que en lugar de sosegar los ánimos, como pretendían los estrategas de Los Pinos, reforzaron en muchos mexicanos la convicción de que la nación está en manos de una cleptocracia cínica y que la protección desvergonzada que el bufón del rey dio a conocer en tragicómica conferencia de prensa el pasado viernes es una garantía anunciada de impunidad en los casos que hoy lleva adelante la clase política mafiosa (en particular, los relacionados con la riqueza energética), sin castigo alguno la adquisición de ostentosos bienes inmuebles (enriquecimientos menores, en el contexto de los negocios multimillonarios en dólares que se están cerrando), suficiente la verborrea legaloide para exculpar, presta la maquinaria institucional para blandir títulos ilegítimos de inocencia, atenta la resonancia mediática para hacer eco de las disculpas de cocodrilo de Enrique y Luis y de las nuevas medidas a tomar para, ¡ahora sí!, combatir a fondo la corrupción (…)”.
Fernando Belaunzarán/ Mexican Times
“La realidad superó a la comedia. No hubo sorpresas, no hubo engaño, no hubo revelaciones. Lo cómico deviene precisamente del cumplimiento cabal de los pronósticos; de un trabajo que nació sin credibilidad y que resultó también sin imaginación; de que el gobierno (nos) dio la razón a sus detractores. Desde que Enrique Peña Nieto nombró a Virgilio Andrade al frente de la Función Pública y le encomendó investigarlo por un presunto conflicto de interés en la adquisición de la llamada “Casa Blanca” de la calle de Sierra Gorda en Las Lomas de Chapultepec, muchos declaramos que eso era una burda pantomima. Reconozco que el secretario no nos falló.
Que un empleado investigue al jefe ya es conflicto de interés. Que el primero haya sido nombrado por el segundo y que éste le haya dado la encomienda sólo lo agrava. Para cubrir esa evidente deficiencia anunciaron que la investigación sería revisada por un panel de expertos, cosa que no se cumplió. Al parecer no encontraron a nadie con el ánimo de sacrificar su reputación por servir de tapadera. Esehonor se lo dejaron completito a Virgilio, quien no supo explicar por qué incumplió el compromiso de una supervisión de notables (…)”.
John M. Ackerman/ Proceso
“Con cada coletazo, el dinosaurio priista va destruyendo una a una las instituciones de la supuesta “transición democrática”. Cualquier organismo público que haya tenido en algún momento un espíritu ciudadano o una independencia política ha sido domesticado o cooptado por el aparato. El intento de Enrique Peña Nieto de resucitar como tapadera coyuntural a la ya desaparecida Secretaría de la Función Pública (SFP) es un ejemplo particularmente claro de la consolidación de este perverso rasgo del autoritarismo mexicano (…)”.
Jorge Ramos/ Facebook
“Cero credibilidad en la investigación de la Casa Blanca en México. Virgilio Andrade dijo que no hubo conflicto de interéses. Andrade pasará a la historia como una de las figuras más tristes y patéticas de la política mexicana; le tocó absolver a su jefe -de quien tiene un gran retrato en una pared de su oficina- y cumplió.
Pero el conflicto no desaparece. El conflicto de interés está cuando la esposa del presidente “compra” una casa de 7 millones de dólares en condiciones especiales e inusuales a un contratista del gobierno y luego ese mismo contratista se beneficia. Lo mismo ocurrió con la casa de Videgaray, un “presidenciable” para el 2018.
El otro conflicto es cuando un subordinado disque “investiga” a su jefe y luego lo libra de culpa. Ahora le toca al congreso mexicano iniciar una investigación independiente pero quizás no se atrevan. Hay muchos con colas que les pisen y la oposición no se atreve a ser oposición (…)”.
Ricardo Raphael/ El Universal
“Se equivocaron los periodistas: nadie incurrió en conflicto de interés. Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera y Luis Videgaray han sido absueltos. Virgilio Andrade, pontífice máximo de la ética pública, los ha exonerado. La Casa Blanca de la primera dama se adquirió mediante operación inmaculada. Lo mismo que la residencia de fin de semana en Malinalco, del secretario de Hacienda, o la propiedad en Ixtapan de la Sal del Presidente de la República (…)”.
Enrique Galván Ochoa/ La Jornada
El jueves 6 de noviembre el gobierno mexicano revocó, de manera sorpresiva, el fallo de la licitación del tren de alta velocidad México-Querétaro, ganada por un consorcio liderado por la empresa China Railway Construction Corporation, propiedad del gobierno chino, y en el que figuraban tres empresas mexicanas vinculadas estrechamente al PRI y al presidente Enrique Peña Nieto. Ese es un dato fundamental en la historia de la Casa Blanca que hasta entonces ocupaba la familia presidencial, de acuerdo con Aristegui Noticias. Una las empresas nacionales era Constructora Teya, que pertenece a Grupo Higa, la cual edificó obras millonarias para el estado de México cuando Peña Nieto fue su gobernador. Grupo Higa, propiedad del empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, también alquiló aeronaves al PRI para la campaña presidencial de 2012, a través de su filial Eolo Plus, agrega la información. Sin embargo, el viernes pasado el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, dio a conocer el resultado de la investigación que realizó sobre el asunto y no encontró rastros de tráfico de influencias. Dijo que Angélica Rivera, además, no tiene hoy relación alguna con el inmueble ubicado en la calle Sierra Gorda, en las Lomas de Chapultepec, porque regresó la posesión del inmueble a Grupo Higa, en diciembre de 2014, luego de que un mes antes apareciera el reportaje de Aristegui Noticias. ¿Y por qué lo devolvió si todo era legalito? Hizo un negocio desastroso. La mansión tiene un valor de 7 millones de dólares, aproximadamente. Aquellos días su equivalente era de 91 millones de pesos. Pero con la devaluación, ahora vale la mansión 119 millones de pesos. ¿Y la regresó? Acaba de perder 28 millones”.
Carlos Puig/ Milenio
“El secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, dio a conocer su reporte de investigación del posible conflicto de interés del presidente Enrique Peña Nieto y del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en relación a la adquisición de tres casas y la vinculación de esas transacciones con contratistas gubernamentales. La conclusión de Andrade es que no hay falta que perseguir. Con el informe de la Función Pública se sincronizaron dos disculpas, una del Presidente y otra de Videgaray, por sus acciones habrían creado una percepción que deterioró la confianza (…)”.
Juan Ignacio Zavala/ Milenio
“Escondidos tras las faldas de la señora, que es quien ha pagado todos los costos del lodazal que hicieron, los señores del gobierno han dado por concluido -oficialmente- los escándalos de corrupción inmobiliaria que hemos podido conocer a la fecha (…)”.
Raymundo Rivapalacio/ El Financiero
“El secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, hizo el viernes pasado lo que se sabía hace meses haría: exoneró al presidente Enrique Peña Nieto y al secretario de Hacienda, Luis Videgaray –su gran amigo– de cualquier ilegalidad derivada de haber realizado operaciones inmobiliarias a través de un constructor amigo que ganó millonarias licitaciones en el Estado de México y a nivel federal, y dijo que no habían incurrido en un conflicto de interés. El tinglado político incluyó las disculpas de Peña Nieto y de Videgaray por haber generado la duda en la opinión pública sobre la integridad de su gobierno. Para ellos, el asunto está cerrado. Para muchos otros, es una burla”.
Gil Gamés/ El Financiero
“Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil recibió la gran noticia: la Secretaría de la Función Pública exoneró al presidente Enrique Peña Nieto y al secretario de Hacienda Luis Videgaray, de incurrir en conflicto de intereses en la adquisición de propiedades vinculadas a empresas contratistas del gobierno federal. Gil piensa que la ventaja de tener al frente de esta investigación a un funcionario enérgico y gallardo como Virgilio Andrade es que con él no hay tu tía, duro y a la cabeza, caiga quien caiga. Mju”.
Miguel Treviño/ Reforma
“¿Qué lección se puede sacar de esta crónica de una farsa anunciada? La investigación de la “Casa Blanca” es un instructivo, en caricatura, de lo que no debe ser el trabajo de una agencia gubernamental que busca evitar corrupción. El Informe Andrade es un prototipo, en negativo, de una pesquisa que busca encontrar el comportamiento indebido en el ejercicio de un cargo público”.
Denise Dresser/ Reforma
“Que quien me investigue sea mi cuate para ver si favorecí a mi cuate”, escribió la periodista Katia D’Artigues. He allí la frase lapidaria que resume la investigación sobre el conflicto de interés en México. He allí el resultado de llevar a cabo un proceso en el que quien decide si hubo conflicto de interés -Virgilio Andrade- llegó al puesto con un conflicto de interés. He allí el precio de que un empleado evalúe a su empleador en lugar de que un fiscal independiente lo haga. Todos exonerados, nadie acusado (…)”.
Fuente : Proceso.
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