La campaña que TV Azteca lanzó contra Miguel Herrera –entrenador de la Selección nacional hasta la semana pasada– constituyó el factor determinante a la hora de decidir su despido. El hecho evidencia el papel protagónico que las empresas televisivas tienen en el devenir del futbol mexicano: fueron esos consorcios los que pusieron al Piojo y definieron, por tanto, el rostro del representativo, y los que inflaron al técnico y le permitieron hacer cuanto quiso…
Miguel "El Piojo" Herrera. Foto: Xinhua / Jorge Martínez / Mexsport
MÉXICO, D.F. (Proceso).- A las 5:49 a.m., del 27 de julio, el periodista David Faitelson recibió un tuit de su excompañero Christian Martinoli, controvertido narrador de futbol de TV Azteca, que decía: “Saludos David, sólo para decirte que ya sé lo que sentiste cuando (Cuauhtémoc) Blanco te agredió. Abrazo fuerte”.
Segundos antes, Martinoli había sido golpeado en el cuello por el entrenador de la Selección nacional, Miguel El Piojo Herrera, mientras el comunicador hacía fila para pasar el filtro de seguridad en el aeropuerto de Filadelfia. El incidente fue difundido por el comentarista. El Piojo lo negó.
La víspera, el representativo tricolor había ganado la Copa Oro al superar 3-1 a Jamaica en la mejor presentación del Tri durante un torneo envuelto en polémicas decisiones arbitrales que sistemáticamente beneficiaron a México.
En marzo de 2003, Faitelson, siendo reportero de la televisora de Ricardo Salinas Pliego, recibió un puñetazo en la nariz por parte del ídolo americanista Cuauhtémoc Blanco, en Veracruz.
El escándalo se desató cuando José Ramón Fernández, titular del programa DeporTV –contraviniendo la orden de la propia televisora– decidió difundir el video en el que se observa cómo Blanco le pega al periodista, sin mediar provocación.
A 12 años de aquel bochornoso episodio, Faitelson revela los detalles de un pacto institucional entre las dos principales televisoras del país para evitar, dice, la divulgación de aquel video.
“José Ramón luchaba contra algunos ejecutivos que ahí siguen todavía, y estos ejecutivos querían mantener la relación adecuada con el grupo, en este caso América y Televisa. Hubo llamadas de los hermanos (Javier y Ricardo) Pérez Teuffer directamente a Gustavo Guzmán, quien sigue siendo el hombre importante del futbol en TV Azteca. Había mucha presión para que me callara. Uno de los hermanos era presidente del América (Javier) y, el otro (Ricardo), director de Eventos Deportivos de Televisa.”
Faitelson, quien laboró durante 25 años en el consorcio de Salinas Pliego, cuenta que su empresa pretendía obligarlo a mentir, a que señalara: “’Aquí no pasó nada’. Había presión para esconder el video en el que se ve cuando Cuauhtémoc se asoma por una ventana del vestidor del estadio Luis Pirata Fuente y me da un golpe por la espalda”. El hecho ocurrió el sábado de la primera semana de marzo de 2003, tras un partido Veracruz-América.
El día siguiente, por la mañana, mientras personal de TV Azteca y el plantel del equipo América esperaban en Veracruz el momento de abordar el vuelo que los llevaría de regreso a la Ciudad de México, Faitelson fue objeto de una segunda agresión. Según relata, el presidente del equipo se le acercó para burlarse: “Ya te tocaba, gordito, el golpe que te dio Cuauhtémoc”. El cronista recuerda la reacción: “José Ramón lo remató: ‘¡Pérez Teuffer es un pendejo!’”.
Ese día, ya por la tarde, Fernández recibió la instrucción de TV Azteca: la grabación quedaba “embargada” hasta nuevo aviso, y por lo tanto nadie se enteraría del ataque. Sin embargo, el director de DeporTV dio la contraorden: “El video va porque va”, rememora Faitelson.
A diferencia de lo ocurrido hace 12 años, ahora TV Azteca, encabezada por los mismos directivos, decidió actuar de manera enérgica e inmediata, exigiéndole a la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) investigar la agresión a Martinoli y aplicar sanciones.
Faitelson entiende la postura de la empresa porque, arguye, ahora las redes sociales están más desarrolladas y el asunto Herrera-Martinoli se convirtió “en una bola de nieve”. Así, abunda, la televisora estaba presionada para reaccionar, por tratarse del ataque contra un periodista, sin importar si cubre deportes, espectáculos, política o economía.
“De no haber actuado así TV Azteca y la Femexfut, ¿qué tipo de mensajes habrían mandado al país en los tiempos que vivimos? Fue un atentado a la libertad de expresión. Y el futbol mexicano no lo podía permitir” asienta.
Faitelson, quien conoce las entrañas de la televisora del Ajusco, no tiene dudas de que la Femexfut despidió a Herrera debido “a la petición de TV Azteca y el clamor popular”.
El ataque y la solidaridad
El 29 de julio, cuando recibió el mensaje de Martinoli, Faitelson aún permanecía en Toronto, cubriendo los Juegos Panamericanos para ESPN. “Con esa frase entendí que Christian buscaba apoyo moral, y lo contacté. Cuando te agreden llegas a sentirte culpable: ‘Yo me metí en el asunto, yo critiqué demasiado, yo traspasé la línea’. Y a veces no son agresiones físicas. Basta con que sean verbales”.
–¿Cuando logras comunicarte con Martinoli, la agresión de Herrera ya había sido difundida en las redes sociales? –se le pregunta.
–Estaba cocinándose. David Medrano fue el primero que publicó el mensaje en Twitter, porque al parecer se encontraba en el aeropuerto, pero en mi teléfono recibí el mensaje de Christian muy temprano. Al principio no dimensioné el asunto, y unos minutos más tarde le contesté: ‘Christian, tienes todo mi apoyo. Me parece una barbaridad y una vulgaridad lo que acaba de hacer el tal Piojo’.
–¿Le sugeriste hacer público el incidente?
–No. Simplemente le dije que mantuviera la tranquilidad, que dijera la verdad y punto. Me respondió: ‘Lamentablemente todavía no encontramos un video de la agresión’. ‘Por mi parte te creo, y meto las manos al fuego por ti’.
“Me comuniqué con Christian un poquito más tarde. Me comentó: ‘La cámara de seguridad del aeropuerto no funciona; Miguel se salvó de que lo grabaran’. Le reiteré: ‘Tu palabra vale todo. Sé la clase de persona que eres’.”
Faitelson considera que, en situaciones así, un periodista no busca la vía de la demanda ni intenta llevar a su agresor a la cárcel. Al menos no fue su caso en 2003. “Al día siguiente del golpe, Cuauhtémoc fue forzado por el club América a ofrecer una disculpa. Y nada más”.
Desde hace meses El Piojo se sentía ofendido por las críticas de Martinoli hacia su desempeño y actitudes. Pero la relación empeoró tras la derrota de México (1-2) ante Ecuador, el pasado 19 de junio. El resultado consumó la eliminación del equipo mexicano en la primera fase de la Copa América Chile 2015. Entonces, el narrador arremetió contra el técnico:
“Lo único que hace es prometer humo, porque nadie le pide ningún tipo de resultados, nadie le exige números en la mesa. Por eso él dice con ligereza: ‘Ganaremos la copa’. Si El Piojo no gana la Copa Oro y no va con el equipo a la Copa Confederaciones, se tiene que ir de la Selección mexicana, porque México lo que necesita es un entrenador y no un porrista, un entrenador y no un marquetinero, un entrenador y no un populachero.”
A su regreso a la Ciudad de México, el 21 de junio, Herrera amenazó en conferencia de prensa, sin mencionar nombres: “Hay un solo pendejo que me ataca, y ya sabrán todos quién es. En algún momento me lo voy a encontrar”.
Inmediatamente, el aludido le respondió en su cuenta de Twitter: “La elegancia del entrenador nacional me encanta: no es porrista, es barra brava”. Indignado, Herrera avivó el pleito: “No soy eso, pero ojalá en algún lugar te pueda encontrar para arreglar las diferencias”. Y así fue.
El lunes 27 de julio, el entrenador vio al comunicador y lo golpeó. Ninguna cámara del aeropuerto filmó el momento. Tampoco hubo seguridad ni vigilancia en la transitada zona.
La única evidencia del momento fue grabada por un pasajero con su celular. Se ve cuando El Piojo traspasa el cordón de la fila que conduce al filtro de seguridad y se encamina hacia el narrador, a quien reta de forma reiterada: “¡Vamos a la calle!” y le llama maricón. Martinoli se limita a levantar ambas manos como asumiéndose víctima de un asalto a mano armada. A escasa distancia observa el delantero Carlos Vela, mudo.
El video también muestra el instante en que Mishelle Herrera (hija del Piojo) empuja a Martinoli por la espalda. Luego, enfurecida, se lanza contra Luis García –quien es compañero de Martinoli– y lo abofetea. Herrera aleja a su hija de la escena y le ofrece disculpas a García. Después, el jugador Héctor Herrera contiene a Luis García con un abrazo. El mediocampista también negaría los hechos al llegar a la Ciudad de México.
Pero el analista de TV Azteca David Medrano ya había informado del incidente en su cuenta de Twitter, @medranoazteca: “Lamentable. En el Aeropuerto de Filadelfia el técnico mexicano Miguel Herrera golpeó a Christian Martinoli, cronista de TV Azteca”.
La respuesta
Desde ese momento, la televisora utilizó todos sus recursos para denunciar el conflicto: Abrió su noticiero estelar, Hechos, conducido por Javier Alatorre, con ese escándalo. Y sin pausas ni cortes comerciales le dedicó al tema 36 minutos y 34 segundos. En varias ocasiones, Alatorre se refirió a una Copa Oro “abollada”.
La empresa mandó varias unidades móviles de transmisión al aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México, donde incluso dispuso de una sala especial para hacer un enlace directo con el narrador agraviado.
El lunes el asunto siguió copando los espacios informativos de TV Azteca. La tarde de ese día, TV Azteca envió una enérgica carta a la Femexfut, en la que exigió una urgente investigación para aplicar las sanciones correspondientes.
Después, en su programa, Alatorre expuso ante la opinión pública que Herrera violó el código de ética de la federación, el cual establece que toda persona que ostente un cargo en esa agrupación debe tener una conducta digna, auténtica e íntegra.
La agresión del entrenador “fue un ataque a la libertad de expresión, un ataque a todo el gremio periodístico”, insistió Alatorre, quien también se lanzó contra los hermanos Giovani y Jonathan dos Santos, quienes aplaudieron las acciones de Herrera.
En su cuenta de Twitter, Giovani escribió: “Grande Miguel Herrera. Ya ciérralo Martinoli”, mientras Jonathan publicó: “Eres grande Miguel Herrera. Que ladren los perros”. Minutos después, los hermanos borraron sus respectivos mensajes.
Alatorre aprovechó una imagen que el propio Giovani subió en su cuenta de Instagram para arremeter contra el futbolista. En esa foto, tomada en el vestidor del equipo, el delantero aparece acostado, sin camisa ni calzado, al lado de la Copa Oro y bebiendo una gran botella de champaña.
En contraste, aquel lunes Televisa Deportes le destinó cinco minutos al conflicto, poniendo incluso en duda la agresión.
El martes 28, el virtual presidente de la Femexfut, Decio de María –quien oficialmente asumió el cargo el 1 de agosto–, anunció el cese de Miguel Herrera, a menos de 48 horas del episodio en Filadelfia. Concluía así un proceso de 21 meses, que empezó cuando El Piojo logró la clasificación de México al Mundial de Brasil 2014. Pero no obtuvo resultados extraordinarios en ese torneo ni en ninguno posterior. Sin embargo, su verdadero declive comenzó el 7 de junio pasado, cuando en plena veda electoral publicó tuits proselitistas en favor del Partido Verde Ecologista de México. Actualmente es investigado por ese hecho.
“La violencia no cabe en la sociedad, en la familia, en nuestra familia y mucho menos en ningún deporte. Nadie que quiera imponerse con agresiones y no con ideas y conceptos sobre el principio de la libertad de expresión puede ser miembro de la Federación Mexicana de Futbol”, apuntó De María.
En mayo de 2014, Proceso le preguntó a Herrera: “¿Está preparado para vivir lo que los seleccionadores han experimentado: llegan como los ‘bien amados’ y se van como los ‘malqueridos’?”.
–¿Y dónde está el que dijo eso? (Miguel Mejía Barón, entrenador del Tri en el Mundial de Estados Unidos 1994). Recluido en su pueblo, allá en Puebla. Eso es una tontería. Si llegaste bien amado, trabaja bien para seguir siéndolo…
Martinoli y el abofeteado García son narradores peculiares: durante las transmisiones lo mismo ofrecen pormenores del juego que comentarios chuscos. Sin embargo, con frecuencia se les acusa de incurrir en el albur, el juicio poco fundamentado o explosivo.
“Tienes toda la razón del mundo. Hay algunas cosas que tendrían que ser más moderadas, porque empiezas a pisar un terreno muy delicado y una línea realmente muy frágil respecto de la libertad de expresión. Considero que Martinoli y García son dos personajes muy inteligentes como para saber cuándo realmente no tienen que rebasar esa línea”, comenta Faitelson.
Según el periodista, la forma de narrar de ese dúo se presta a la burla subida de tono, pero expresa que ese estilo “es una forma que los chicos que han nacido con la tecnología diferente la digieren y aceptan”.
Y afirma que si los seleccionados nacionales y su técnico “quieren el periodismo rosa que sólo van a recibir en Televisa con base en sus porristas, es problema de ellos. Pero si hay un comunicador que ejerce otro tipo de críticas, entonces no les gusta, no se sienten cómodos, y los quieren destruir. Trabajar en Televisa es aceptar la empresa que tiene el poder en el futbol mexicano, entendiendo que puede haber gente muy valiosa ahí, pero no son periodistas críticos. Son porristas”.
Fuente : Proceso.
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