Los ejemplares varados. Foto: Especial |
Sin embargo, pese a los esfuerzos, la marea bajó al límite durante la madrugada y las ballenas continuaban retornando a la orilla, hasta el punto que ya no fue posible regresarlas a aguas profundas. Por tal motivo, solamente se logró rescatar con vida a dos ballenas piloto adultas y una cría.
Por lo anterior, la Profepa activó la Red de para la Atención de Mamíferos Marinos establecida en la entidad con el fin de recabar evidencias que ayuden a determinar las posibles causas del varamiento, con el apoyo del Grupo Técnico Científico.
Inspectores de la Profepa y elementos de seguridad nacional se centraron en reincorporar a los ejemplares a aguas profundas, sin embargo las ballenas regresaban nuevamente a zonas bajas con dirección a la playa, lo que provocaba que volvieran a varar, situación que las deja en estado vulnerable.
Se estima que las ballenas se encontraban desorientadas debido a que ninguno de los ejemplares presenta daños o lesiones visibles; tampoco se detectó afectación por redes, artes de pesca o actividades antropogénicas que pudieran ocasionar o influir en el varamiento.
La totalidad de los ejemplares corresponden a ballenas piloto o Calderón de la especie Globicephala macrorhynchus, listadas en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-Semarnat-2010, en la categoría de “Sujeta a protección especial” (Pr).
Además, se dará destino final a los restos de los 24 organismos muertos al sepultarlos conforme lo establece el Protocolo de Atención para Varamiento de Mamíferos Marinos, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 17 de junio de 2014.
Las ballenas piloto tienen una cohesión social fuerte, es decir, que no abandonan a otras que están en peligro, aunque eso signifique la muerte. Por ejemplo, una ballena queda varada y las demás le siguen para estar con esa ballena y acaba toda la manada varada. Éstas no abandonan a otras, precisó la Profepa.
Fuente : Proceso.
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