La pareja de jóvenes asesinada a tiros en Michoacán. Foto: Tomada de Facebook |
El doble homicidio consternó a la sociedad calentana, que exige justicia a las autoridades y que se deje de proteger a los delincuentes, según denuncias difundidas en redes sociales.
Una de las inconformes, Liduvina Zamora Betancourt, comentó: “¿Cómo es posible eso y el gobierno haciéndose pendejo como siempre, ¡ah! pero no pasa nada, todo tranquilo… resignación a su familia sobre todo a sus padres”.
El lunes 4 Jearim Itzel P., de 19 años, y su novio Óscar Isaías .T, de 20, ambos con residencia en la colonia 22 de Octubre, en la ciudad de Apatzingán, salieron a visitar el rancho de la familia del muchacho, llamado El Cahulote, ubicado en la población de Zarapitiro. Iban en una Chevrolet S-10, de redilas, de color blanco con negro.
Sin embargo, desde ese día no se volvió a saber de la pareja y sus familiares y amigos la buscaron por diversos lados, incluso publicaron sus fotos en redes sociales, hasta que la tarde-noche de ayer los jóvenes fueron localizados, ya sin vida y con impactos de proyectil de arma de fuego, en la caja de la misma camioneta en la que se habían trasladado hasta El Cahulote.
La unidad estaba en una parcela del rancho. El perímetro fue acordonado por los elementos de la Policía Michoacán y por el Ejército, mientras que el personal de la Unidad Especializada en la Escena del Crimen (UEEC), adscrita a la Fiscalía Regional de Justicia de Apatzingán, tomó el caso para trabajar en esclarecerlo, divulgaron fuentes allegadas al gobierno.
Con la muerte de Jearim Itzel aumentaron los feminicidios a 42 en lo que va del año en la entidad, ya que la semana pasada dos mujeres más fueron masacradas, una a machetazos en Zamora y otra de un tiro calibre .45, en Apatzingán.
El sacerdote José Luis Segura, de la parroquia La Presa del Rosario, quien ha sido amenazado por el crimen organizado, dijo en entrevista que todo es culpa del gobierno federal y sobre todo del excomisionado federal Alfredo Castillo, quien vino a detener, asesinar y desaparecer a las autodefensas para imponer otros nuevos cárteles, como Los Viagras, el H-3 y la Nueva Familia Michoacana, que protagonizan una guerra entre ellos por el control de la plaza.
Fuente : Proceso.
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