Stephanie Magón Ramírez, de 23 años. Foto: Tomada de Facebook |
Estuvieron involucradas en fiestas o reuniones sociales previas a su asesinato, tenían signos de tortura y golpes mortales, laboraban como edecanes, modelos o cantantes contratadas por agencias y promotores en México, no pasaban de los 32 años de edad, su fallecimiento se relacionó con “accidentes” o bien, con la prostitución y la venta de droga; además de que físicamente eran muy parecidas.
Pero lo que también tienen en común, al menos hasta ahora en dos de los tres casos, es que sus familiares no están satisfechos con los resultados de la investigación que ha realizado la dependencia encabezada por Rodolfo Ríos Garza.
El pasado sábado 30 de julio, el cuerpo de Stephanie Magón Ramírez, originaria de Cali, fue hallado con golpes y desnudo en plena calle Miami, entre Chicago y Arizona, de la colonia Nápoles, por cierto, a un par de calles del domicilio del jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, siempre bien custodiado.
De acuerdo con una nota del diario colombiano El Tiempo, Stephanie era originaria de Cali, del barrio de Caldas, al sur de la ciudad. Tenía 23 años, casada y madre de un niño de cuatro. Trabajaba de modelo y vivía en un departamento de azotea que alquiló apenas en mayo pasado en el número 20 de la calle mencionada.
Según una tarjeta informativa de la PGJ, emitida horas después de que los vecinos hallaron el cadáver, éste estaba completamente desnudo y con “diversos golpes”, entre ellos, evidencias de traumatismo craneoencefálico y fractura de mandíbula.
Los protocolos forenses mencionan estos elementos como posibles pruebas de tortura. Sin embargo, la dependencia agregó que está a la espera de los resultados de la necropsia para establecer las causas de su muerte. En ellos podrían revelarse pistas para saber si cayó por los influjos del alcohol o alguien la empujó.
Según reportes de prensa, las pertenencias de la mujer estaban intactas en su departamento, incluidas su bolsa de mano con dinero, por lo que se podría descartar el robo como móvil del asesinato.
La Procuraduría dijo que estableció contacto con el Instituto Nacional de Migración (INM) y la embajada de Colombia en México para localizar a sus familiares y obtener datos que permitan determinar su estancia migratoria en el país, además de realizar los trámites para su repatriación.
De acuerdo con el reporte de El Tiempo, no son claras las causas de la muerte de Stephanie, pues una versión indica que después de una reunión con amigos en su departamento, fue hallada en un auto en la mencionada colonia con golpes en la cara y la cabeza y sin ropa. Otra versión asegura que cayó por las escaleras desde un noveno piso.
La PGJ llamó a declarar a las personas que el viernes antes de la muerte de la joven convivieron con ella en la supuesta fiesta.
Como antecedente familiar de la víctima, el diario informó que hace un año, un hermano de Magón Ramírez fue asesinado cuando trabajaba en Brasil.
El diario indica que la joven estaba a punto de terminar estudios en el Instituto Nacional de Telecomunicaciones (Instel). Directivos del instituto consideraron su fallecimiento como “en extrañas circunstancias”.
En un comunicado, aseguraron: “Era una joven sociable y buena estudiante. Había viajado a México en mayo pasado como modelo de la agencia New Icon Model Management para cumplir un cuantioso contrato y otras ofertas de agencias de publicidad”.
Mile Virginia Martín y el caso de la Narvarte
Los datos revelados por el Instel sobre el trabajo de Stephanie destacan, debido a que la víctima trabajaba en una agencia de modelos de nombre similar al de “MS Model Management”, empresa que expidió una carta de trabajo a Mile Virginia Martín, una de las cinco víctimas del multihomicidio de la colonia Narvarte, que curiosamente ayer cumplió un año sin solución por parte de la PGJ.
En la edición de esta semana (2074), Proceso recuerda el caso del asesinato de la mujer colombiana ejecutada en el departamento 401 del edificio marcado con el número 1909 de la calle Luz Saviñón, junto con la activista Nadia Vera, la maquillista Yesenia Quiroz, la trabajadora doméstica Alejandra Negrete y el fotoperiodista Rubén Espinosa.
El cuerpo de Mile fue hallado semidesnudo, con signos de tortura, violencia sexual, su ropa interior en la boca y una herida de bala en la cabeza.
Apenas ocurrió el hecho, la PGJ filtró información a algunos medios de comunicación para construir cierto perfil de Mile: colombiana, modelo, involucrada con la prostitución y el narcotráfico, dueña de un automóvil Mustang, mismo que fue robado por los presuntos asesinos.
Según la versión difundida por la Procuraduría, los tres sujetos fueron al departamento a robar un paquete de droga que supuestamente Mile recogió en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) días antes. No obstante, según el expediente, las autoridades aeroportuarias revisaron 400 horas de videograbaciones y en ninguna hallaron imágenes de la mujer en el lugar o recogiendo algo.
De acuerdo con el expediente del caso, la joven trabajaba en la agencia de modelos MS Model Management, cuyo dueño, Marco Antonio Aguado López, fue buscado por agentes de la PGJ para que declarara sobre los antecedentes de la víctima. Sin embargo, no lo localizaron en el domicilio registrado y ahí paró la investigación.
Apenas ocurrió el crimen, integrantes de la comunidad colombiana en México –entre ellos el grupo Me Muevo por Colombia–, denunciaron el trato de discriminación y estigmatización que, tanto las autoridades capitalinas como ciertos medios de comunicación, dieron a la víctima.
A un año del multihomicidio, sólo hay tres personas consignadas, pero sin sentencia; además, las autoridades no han comprobado ningún móvil del crimen ni han confirmado el supuesto nexo entre Mile y las tres personas encarceladas en el Reclusorio Oriente.
La “caída” de Aleja Pulido
El 4 de julio de 2012, la cantante Diana Alejandra Pulido Duque, conocida en el mundo artístico como Aleja Pulido, murió al caer del séptimo piso del edificio Higuera Sánchez 2, departamento B-703, complejo habitacional Parques Polanco, en la calle Lago Alberto 320, delegación Miguel Hidalgo.
Como en los casos anteriores, la PGJ filtró información del expediente para construir el perfil de la mujer que vino a México a buscar una oportunidad de ser cantante. En ese camino, una de sus tías la presentó con un promotor musical y comenzaron a grabar su primer disco.
Sin embargo, ella comenzó a involucrarse con personas con quienes salía y tenía relaciones sexuales. La Fiscalía de Homicidios de la Procuraduría aseguró que tenía amistades “superficiales” y que incluso tres días antes de su muerte se practicó un aborto. Una de las líneas de investigación que se siguió fue la de que, posiblemente era parte de una banda de asaltantes colombianos.
El titular de la dependencia, Marco Reyes, es el mismo que ahora atiende el caso de Mile Virginia Martín.
La versión que se difundió de la muerte de Aleja consistió en que una noche acudió a una cena, donde conoció a un hombre con dinero que supuestamente la podría ayudar para financiar su carrera. Éste la invitó a su departamento.
Luego de beber alcohol, ella intentó seducirlo y al acercarse al balcón, cayó. La necropsia arrojó que tuvo 15 traumatismos, entre fracturas y golpes. Las autoridades descartaron la violación, aunque se hallaron rastros genéticos del acompañante en los brazos de la víctima.
Minutos después de la caída, el hombre identificado como Jorge Julio Jiménez, huyó del lugar en su auto de lujo. Amparado, tres meses después se presentó a declarar ante las autoridades y se dijo inocente de la muerte de Sthepanie. La PGJ no logró vincularlo a la muerte de la mujer. Ocho meses después, la autoridad determinó que fue un accidente debido a que ella estaba ebria.
La madre de Aleja viajó a México para exigir una investigación profunda sobre el hecho, pero no obtuvo respuesta.
Colombianas, en total vulnerabilidad
Yarima Merchán Rojas, coordinadora de la agrupación Me Muevo por Colombia, lamentó que en la Ciudad de México continúen los asesinatos de colombianas y que la PGJ realice investigaciones de dudosa calidad.
En entrevista con Apro, aseguró que el reciente asesinato de Sthepanie es muestra de la “vulnerabilidad”, discriminación y estigmatización a las que se enfrentan las colombianas que vienen a México a buscar una oportunidad de trabajo.
“Vuelven a decir que es edecán, como si no tuviera relevancia. Es lo mismo que hicieron con Mile. Creemos que ser colombiana es factor de vulnerabilidad. Nos preocupa mucho esta situación”, aseguró.
La representante de colombianos residentes en México adelantó que pedirán a las autoridades de la embajada de Colombia que se pronuncien sobre este y los demás casos descritos, debido a que hasta el momento no tienen una buena imagen del trabajo que realiza la dependencia encabezada por Rodolfo Ríos.
“Ya sabemos que no investigan… Estamos en una situación de vulnerabilidad que no tienen plazos. No hay nadie que vea bien por ellas (las víctimas) ni que las defienda. No hay quién atienda los casos ni quien dé acompañamiento a las víctimas y a sus familias”, lamentó.
Fuente : Proceso.
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