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sábado, 23 de septiembre de 2017

El reality de Frida Sofía o la desmesura mediática de Televisa

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- De la tragedia ocurrida en el Colegio Enrique Rébsamen, donde han fallecido 25 personas (21 niños y cuatro adultos) al venirse abajo la pesada estructura del edificio, desde la mañana del miércoles 20 surgió la esperanza de rescatar con vida a una niña de primaria atrapada entre los escombros.
Labores de rescate en el colegio Enrique Rébsamen. Foto: Ángeles Torrejón
Labores de rescate en el colegio Enrique Rébsamen. Foto: Ángeles Torrejón
Cámaras, micrófonos, drones, despliegue de rescatistas y algunos familiares se trasladaron hasta la escuela para observar “el milagro”. Las principales televisoras, sobre todo Televisa, se enlazaron en vivo y durante nueve horas continuas transmitieron las labores de rescate que poco a poco se fue transformando en un reality show que terminó como un ejercicio de desmesura mediática y caos informativo.

La reportera de Televisa Danielle Dithurbide se convirtió en la principal conductora de este reality, que por momentos recordaba a La Rosa de Guadalupe y en otros traía a la memoria escenas de los sismos de 1985 y de la nada sutil manipulación emocional de los televidentes para olvidarse de los otros damnificados y de las otras aristas de la tragedia.


A las cámaras y señales de Televisa les siguieron también las de TV Azteca, Imagen TV, Canal Once, decenas de medios internacionales, jóvenes reporteros de medios digitales y rescatistas que se sometieron al control de la Policía Federal y de la Secretaría de Marina que tuvieron el control de la escuela devastada.


El almirante de la Marina José Luis Vergara Ibarra confirmó a los medios de comunicación que tras cuatro horas de maniobras de rescate habían detectado a una niña con vida.

“Hay una niña que aún escuchamos está con vida. Y es ahí donde realizamos el mayor esfuerzo porque está muy complicado el rescate”, confirmó el almirante ante las cámaras de Televisa.

El reality se llenó de ingredientes de todo tipo: una profesora aseguró que había una niña llamada Frida Sofía y que estaba en primaria; un “marino” (sin nombre preciso) dijo que una niña llamada Frida movió su mano y pidió agua; algunos medios aseguraron que la menor tenía 12 años.
La niña que se llamaría Frida se volvió la heroína sin rostro de una tragedia necesitada de símbolos y de las televisoras hambrientas de rating.

En sus transmisiones nocturnas, Televisa fue el único medio que tuvo el privilegio de estar cerca de las labores de rescate en el Colegio Enrique Rébsamen, mientras el resto de los medios fueron alejados ante la zona acordonada.

A cambio, los conductores de la principal televisora alabaron la labor de la Secretaría de Marina que tomaba el control de facto de este espectáculo digno de un maratón televisivo, con llamados a la esperanza y la frase “Fuerza México” repetida hasta el cansancio.

A la hora del noticiario estelar de “Las Estrellas”, los conductores Denise Maerker y Joaquín López Dóriga, revivido en las pantallas de Televisa, concentraron el 90% del tiempo de transmisión en el suceso del “rescate de Frida Sofía”.

Para ellos, el caso del rescate de Frida Sofía del colegio Rébsamen se volvió en “el símbolo de la esperanza de México”. López Dóriga no mordió completo el anzuelo del reality show y dejó sola a Denise Maerker cuando también “guardaba silencio” como si estuviera en el sitio de rescate y no en un estudio televisivo.

Lo mismo hicieron Imagen TV, TV Azteca y Milenio TV, pero sin el acceso privilegiado y en primer plano a las labores de rescate y sin la desmesura de Televisa.

Al filo de las 23 horas se subió en las redes sociales el video de dos jóvenes rescatistas que anunciaron, eufóricos, que habían rescatado a una niña llamada Frida Sofía o Ana Sofía. Las autoridades no confirmaron esta versión. Y los conductores de Televisa se molestaron.

Anticlimático, el titular de Educación Pública, Aurelio Nuño, en lugar de sumarse a la euforia colectiva, declaró en Televisa que le pedía a los familiares de los niños bajo los escombros de la escuela que se comunicaran a la SEP.

Surgieron otras versiones de que la niña no se llamaba Frida Sofía y también otras que indicaban que no había ninguna menor con vida bajo esos escombros. De la esperanza se cayó en el caos informativo, porque nadie confirmaba lo que durante horas alimentó las transmisiones televisivas.

En medio del reality, al filo de la medianoche, surgió un brote de nerviosismo por un “microsismo” que podría ser una réplica del sismo del 19 de septiembre. La alarma bajó, pero la transmisión de Televisa continuó hasta que ya no había esperanza de observar el rescate triunfal de una menor.

En su último reporte de esta mañana, la reportera Dithurbide afirmó que desde las 5 de la madrugada las labores de rescate “fueron suspendidas por completo, por lo frágil de la estructura”, y sólo hay un equipo de especialistas trabajando en los escombros de la escuela.

Los rescatistas civiles fueron desplazados. Ya nadie más en Televisa volvió a mencionar a la niña Frida Sofía, pero en TV Azteca, Hannia Novel, citando a la propia SEP, afirmó que en la lista de niños del Colegio Enrique Rébsamen no había ninguna menor que se llamara así.

La reacción en las redes sociales fue desde la decepción hasta la dura crítica a los medios de comunicación, en especial a Televisa, porque todo sonaba “perverso”.

Una niña que se movía, una niña que recibió agua, una niña que habló, que se comunicó con el exterior. Ahora resulta que nadie puede confirmar si existió, aunque ya todos saben que no se llamaba Frida Sofía.

A pesar de eso, en su primera plana de este 21 de septiembre, el periódico La Razón publicó como nota principal: “El país contiene aliento ante el largo rescate de la niña Frida”. Y El Universal también le hizo segunda en su primera plana: “La esperanza se llama Frida”.

Ahora, la decepción del reality se llama Frida.
Fuente : Proceso.

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