Barack Obama, presidente de EU. Foto: AP / Pablo Martínez Monsiváis |
Nadie los calló ni tampoco intentaron sacarlos del teatro o detenerlos. Por el contrario, Obama sorprendió a los mexicanos ilegales en Estados Unidos.
“Yo estoy de su lado”, les dijo y luego los invitó a sentarse y les prometió que hablarían más tarde.
Concluido su discurso, el mandatario estadunidense cumplió su palabra. Rodeado por el Servicio Secreto y personal de la Casa Blanca, se encontró con los hermanos Belman por dos minutos entre los bastidores del teatro, y los jóvenes indocumentados plantearon directamente su petición.
“Me dijo que iba a actuar y cumplir su palabra”, contó posteriormente Juan Belman, estudiante de la Universidad de Texas. “Nos corresponde a nosotros el seguir recordándoselo”, mencionó.
En declaraciones al diario Austin American Stateman, Mizraim señaló que la idea de gritar a Obama para exigirle una reforma migratoria ya estaba en sus mentes desde antes de acudir al teatro, pero no estaban seguros de que pudieran ingresar al lugar. Finalmente lo hicieron y esperaron el momento para actuar.
La ocasión se dio cuando Obama, casi al final de su discurso, criticó a los legisladores republicanos en el Congreso por bloquear todos los esfuerzos para ofrecer mejores condiciones a los estadunidenses promedio.
Cuando el presidente habló de su deseo de hacer que el sistema de inmigración funcione mejor, los Belman se levantaron de sus asientos y empezaron a gritar, con el temor de ser silenciados e incluso arrestados.
“Mi hermano y yo estábamos muy nerviosos al estar frente a él e interrumpir su discurso”, dijo Mizraim Belman, de 16 años de edad, estudiante de la escuela preparatoria Crockett High School en Austin.
“Sabíamos que esta era nuestra oportunidad, nuestras familias ya no pueden esperar más”, dijo al diario texano.
Juan Belman, de 21 años de edad, es un activista de la causa de los “dreamers” y no es ajeno a participar en protestas y actos de desobediencia civil.
En abril pasado, durante la Cumbre de los Derechos Civiles realizada en Austin, Belman se encadenó a la estatua de Martin Luther King Jr. en el campus de la Universidad de Texas.
Fuente : Proceso.
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