El presidente Enrique Peña Nieto en su primer Grito de Independencia. Foto: Octavio Gómez. |
La necesidad de recurrir al viejo recurso del acarreo a fin de rellenar la plaza más importante del país y celebrar la gesta de la Independencia en un escenario creado para darle una imagen de aceptación, expresa
precisamente el alejamiento y el rechazo social que Peña Nieto tiene desde que llegó a la presidencia y que se ha extendido luego de la aprobación de las reformas constitucionales, especialmente la energética.
Las cadenas de televisión bajaron el sonido cuando comenzaron a expresarse los gritos de repudio a Peña desde abajo del balcón presidencial en Palacio Nacional. La mayor parte de los periódicos y estaciones de radio tampoco quisieron registrar estas manifestaciones espontáneas de la gente que no está de acuerdo con la gestión del priista.
A pesar de estos actos de autocensura movida por intereses económicos y políticos, es evidente que Peña Nieto no es un presidente que goce de la simpatía popular y, al parecer, eso no le interesa pues confía en que el viejo aparato de cooptación de su partido el PRI volverá a tener resultados favorables para las elecciones del 2015 y seguir manteniendo el control en la mayoría de los estados y en el Congreso de la Unión.
Pero el acarreo y la cooptación no alcanzan a tapar la evidente baja de aprobación del gobierno de Enrique Peña Nieto que se ubica en 47.6% de la población y que en los últimos tres trimestres han registrado una caída constante, de acuerdo con una encuesta de Consulta Mitofsky.
Peña Nieto es el primer presidente de las últimas administraciones con un rechazo social de más del 50% de la población. Desde agosto del año pasado cuando tenía 57.3% de aprobación, Peña Nieto ha perdido cerca de 9 puntos porcentuales en las mediciones del último año.
Es evidente que Peña Nieto es uno en la imagen oficial y otro en la realidad. En el discurso se presenta como un presidente modernizador y capaz de enfrentar los problemas más agudos del país. Pero en los hechos se expresa como un político incapaz de resolver los temas de la violencia y la inseguridad, de la crisis económica y el desempleo.
La encuesta de Consulta Mitofsky difundida hace unas semanas indica que 74% de los encuestados cree que la situación económica del país es mala, mientras que 75% considera que la situación de seguridad en la nación es reprobable.
El acarreo al que ha incurrido Peña Nieto no sólo es reprobable porque convirtió en festejo artificial lo que antes era una fiesta popular, lo que muestra la necesidad que tiene de tapar el rechazo social que tiene su gobierno en apenas su segundo año.
Fuente : Proceso.
Autor : @GilOlmos
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