Una protesta en contra del 1% en Wall Street. Foto: AP
Tal situación de desigualdad social, señala el informe, amenaza no sólo el desarrollo humano sino a la economía global.
El documento, dado a conocer el pasado 19 de enero, indica que la proporción de riqueza de ese 1% más rico del planeta aumentó de 44% en 2009 a 48% el año pasado.
Bajo las tendencias actuales, Oxfam espera que el 1% más rico llegue a poseer más del 50% de las riquezas de todo el mundo para 2016.
En cambio, el 80% de los que menos tienen en el mundo cuenta con sólo el 5.5% de las riquezas totales.
La investigación del grupo coincide con el inició del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, donde multimillonarios, empresarios y políticos se congregan para discutir sobre políticas económicas globales.
La directora ejecutiva de Oxfam, Wimmie Byanyima, que será una de seis figuras que co-presentará la cita en Davos, dijo que utilizará la influencia de la entidad para demandar una acción urgente con el fin de reducir la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres.
Byanyima afirmó que la escala del problema de desigualdad global es “simplemente asombrosa” y agregó que la concentración de riquezas desde la recesión financiera de 2008-2009 no sólo es peligrosa, “sino que debe ser revertida”.
“Es hora que nuestros líderes utilicen los poderes que les fueron conferidos para luchar por un mundo más justo y próspero”, indicó la experta en un comunicado. “Seguir como si nada hubiera cambiado para las elites no es una opción sin costos, una falla para combatir la desigualdad hará retroceder la lucha contra la pobreza en décadas. Los pobres son golpeados en doble medida, al aumentar la desigualdad y debido a que la desigualdad extrema golpea el crecimiento, con menos para ser compartido por todos”, agregó.
Según Byanyima, en Davos las personas más pobres del mundo deben poder hablarle directamente a los más poderosos y ricos. “El mensaje que estamos dando es que la creciente desigualdad es peligrosa. Es mala para el crecimiento y para la gobernabilidad de los países. Estamos viendo que la concentración de riqueza captura poder y deja a los ciudadanos de a pie sin voz y desprotegidos de sus intereses”, continuó.
Brecha
El año pasado, el grupo había anunciado para la cita en Davos que las 85 personas más ricas del planeta tenían la misma riqueza que el 50% de los habitantes más pobres del mundo, un total de 3 mil 500 millones de personas.
La entidad con sede en Londres sostuvo que esa brecha es ahora más amplia, con 80 de las personas más ricas del mundo que tienen la misma cantidad de riqueza que el 50% de los más pobres.
“¿Queremos vivir realmente en un mundo donde el 1% de la población sea dueña de más riqueza que el restante 99%? La escala de la desigualdad social es simplemente espantosa y a pesar de los problemas de la agenda global, la brecha entre ricos y el resto de la población está creciendo muy rápidamente”, continuó Byanyima.
Oxfam informó en su estudio que el 52% de las riquezas globales que no son propiedad del 1% más rico pertenece, sin embargo, a aquellos que se encuentran en el grupo de los 20% más ricos.
La restante población posee sólo el 5,5% de las riquezas globales, y sus bienes promedio eran en 2014 de 3 mil 851 dólares por adulto.
En el caso del 1% de las elites más ricas del mundo, su fortuna promedio es de 2.7 millones de dólares por adulto.
El estudio se dio a conocer un día antes que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reveló en su mensaje del Estado de la Unión, que pedirá por un aumento de los gravámenes para las personas más ricas del país, con el fin de ayudar a las clases medias.
En octubre pasado, un reporte elaborado por el gigante bancario de Suiza, Credit Suisse, también había concluido que el 1% de la población más rica del planeta poseía cerca de la mitad de las riquezas del mundo.
En tanto, el organismo británico The Equality Trust, que hace campaña para reducir la desigualdad social en el Reino Unido, concluyó en un documento dado a conocer este mes que en 2008 las 100 familias más ricas de Gran Bretaña vieron sus riquezas aumentar en al menos 15 mil millones de libras esterlinas (22 mil 670 millones de dólares), período durante el cual los salarios promedios de la población británica crecieron en sólo mil 800 dólares.
Las 100 personas más ricas del país tienen la misma riqueza total que el 30% de las familias británicas, agregó ese estudio.
La desigualdad social se ha convertido en uno de los temas más candentes de la campaña electoral en vistas a los comicios generales de mayo próximo en Gran Bretaña, en los que el primer ministro David Cameron, del Partido Conservador, busca obtener una reelección para seguir en el poder.
La oposición laborista acusa a Cameron de haber reducido tanto el presupuesto público que ha dejado a muchas familias trabajadoras sin dinero suficiente para hacer frente al creciente costo de vida en el país, al mismo tiempo que permitió que los más ricos obtengan beneficios y alivios impositivos para traer su dinero al Reino Unido.
Inestabilidad
Tanto el papa Francisco como la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, han sido algunas de las personalidades públicas que advirtieron que una creciente desigualdad social dañará a la economía mundial en caso de no resolverse ese problema de forma urgente.
En ese mismo sentido apunta el libro El capital en el siglo XXI (2013), escrito por economista francés Thomas Piketty , el cual destaca que el mundo se está dirigiendo a un escenario de concentración de riqueza no visto desde el siglo XIX, cuando la brecha entre ricos y pobres se profundizó a partir de la Revolución Industrial.
La tesis central del libro es que cuando la tasa de retorno de la inversión en capital es mayor que la tasa de crecimiento económico a largo plazo, el resultado es la concentración de la riqueza, y esta desigual distribución de la riqueza causa inestabilidad social y económica.
Piketty propone un sistema global de impuestos progresivos a la riqueza para ayudar a reducir la desigualdad y evitar que gran parte de las riquezas queden bajo control de una pequeña minoría.
El citado informe de Oxfam indica que las 80 personas más ricas del mundo se duplicaron sus fortunas entre 2009 y 2014, y que existe una tendencia creciente para que esas riquezas sean utilizadas como “herramientas de presión (lobby)” para incrementar aún más los intereses de esa elite.
Destaca además que más de un tercio de los mil 645 multimillonarios enlistados por la revista estadounidense Forbes heredaron parte o todas sus riquezas, mientras que 20% cuenta con intereses en los sectores financieros o de seguros, un grupo que registró un aumento de flujo económico del orden del 11% en los doce meses previos a marzo de 2014.
Estos sectores gastaron 550 millones de dólares para poner presión a los legisladores en Washington y Bruselas durante 2013, de acuerdo con Oxfam.
Y agregó que durante la campaña electoral de Estados Unidos en 2012, el sector financiero proveyó de 571 millones de dólares en “contribuciones de campaña”.
“Me sorprendió que me invitaran a co-presentar la cita de Davos porque nosotros somos una voz crítica. Nosotros desafiamos a las elites poderosas”, afirmó Byanyima.
La ONG británica llamó en ese sentido a los gobiernos a adoptar un plan de siete puntos para combatir la desigualdad mundial, incluida una campaña contra la evasión fiscal por parte de compañías e individuos ricos; la adopción de un programa de salarios vitales para todos los trabajadores; la creación de servicios públicos gratuitos y universales como salud y educación; y una redistribución de las recaudaciones impositivas de forma justa, desviando los gravámenes del trabajo y consumo hacia el capital y las riquezas.
El plan también aboga por una legislación de salarios igualitarios y la promoción de políticas económicas que den a las mujeres ingresos equiparables a los de los hombres; la creación de redes de seguridad para los pobres con salarios mínimos; y un acuerdo global para combatir la desigualdad social.
“La desigualdad extrema no es sólo un accidente o una regla general de la economía. Es un resultado de políticas. Y con políticas diferentes puede ser reducida. Soy optimista que se puede lograr un cambio al respecto”, afirmó Byanyima.
“Hace algunos años, la idea de que la pobreza extrema era dañina estaba en los márgenes del debate político y económico. Pero tras haber presentado nuestra evidencia concreta y dar a conocer nuestros argumentos, estamos viendo un consenso creciente de parte de líderes del sector empresarial, de la economía, de la política e incluso de líderes religiosos”, concluyó la directora de Oxfam.
Fuente : Proceso.
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