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jueves, 1 de enero de 2015

Los días contados de Murillo Karam

MÉXICO, D.F. (Proceso).- En la víspera del cierre del periodo ordinario de sesiones del Senado, el lunes 15, el presidente de la Comisión de Justicia, Roberto Gil Zuarth, detectó que en la minuta de la Ley Orgánica sobre la Fiscalía General de la República proveniente de la Cámara de Diputados se introdujo un transitorio que le permitiría al actual titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, ser ratificado en el cargo hasta 2021 y estar al mando de las otras dos fiscalías, la de Delitos Electorales y la Anticorrupción.

                       
                                          Murillo Karam, el procurador cansado.
                                                   Foto: Benjamin Flores

El senador panista, responsable de la dictaminación de esta nueva ley, se acercó al coordinador de la bancada perredista, Miguel Barbosa, y le advirtió de esta argucia legal que prácticamente dejaba al cuestionado procurador general seis años más, pese a la crisis provocada por sus investigaciones en el caso de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y sus escasos frutos en los expedientes sobre anticorrupción.

Barbosa, presidente también de la Mesa Directiva del Senado, le dijo a Gil Zuarth y a otros senadores que estaban presentes en el salón de sesiones que la permanencia de Murillo Karam no debía ser un problema para aprobar la minuta, pues él tenía información en torno a que el próximo 6 de enero el exgobernador de Hidalgo sería removido de la PGR.

A pesar de estas negociaciones de última hora, la bancada del PAN decidió no aprobar la minuta proveniente de la Cámara de Diputados, ya que la autonomía de la nueva Fiscalía General de la República no iba a estar garantizada y en los más de 40 artículos del proyecto de dictamen sólo le dedicaban una fracción a la Fiscalía Anticorrupción, una de las propuestas centrales de Acción Nacional durante las negociaciones de la reforma política con el gobierno de Enrique Peña Nieto y el PRI.

“El PAN decidió no transitar en esta reforma por tres razones principales: No había tiempo suficiente para dictaminar; no se garantizaba la autonomía de la Fiscalía General de la República, con la posibilidad de que permanezca el actual procurador; y la minuta proveniente de la Cámara de Dipu­tados sólo le otorgaba un párrafo a las fiscalías Anticorrupción y de Delitos Electorales”, explicó Gil Zuarth.

En entrevista telefónica con Proceso, el senador panista argumenta que las “definiciones centrales sobre las fiscalías Anticorrupción y de Delitos Electorales las mandaron al reglamento y no a la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República”.

Esta situación se volvió “intransitable” para el PAN, la segunda fuerza política en el Senado. El PRI, coordinado por Emilio Gamboa Patrón, amagó con sacar el dictamen de la Fiscalía General a través de la mayoría de firmas de los integrantes de la Comisión de Justicia. Esto hubiera implicado el apoyo de la bancada del PRD.

Finalmente esta posibilidad no se concretó. En el último día del periodo ordinario de sesiones del Senado, el PRI no pudo sacar ninguna de las leyes que le interesaban al Ejecutivo Federal: Las reformas a la Ley de Obras, la Fiscalía General y el “decálogo” en materia de seguridad pública y mando único de las policías, mientras que el PRD tampoco pudo concretar la reforma política del Distrito Federal, la cual, una vez más, quedó para el próximo año; el PAN tampoco garantizó el nombramiento del nuevo fiscal anticorrupción.

“La minuta proveniente de la Cámara de Diputados está mal armada. No desarrolla correctamente las funciones de las dos fiscalías, tal como el PAN las había desarrollado en la reforma constitucional. No podíamos avalar una minuta que achicaba las funciones de los fiscales”, señala Gil Zuarth.

“Puro charalito”

–¿Qué hubiera implicado aprobar un fiscal anticorrupción con esa minuta? –se le pregunta a Gil Zuarth.

–Un fiscal anticorrupción sin posibilidad de ejercer citatorios de oportunidad implicaba que iba a agarrar a puro charalito y a los grandes tiburones de la corrupción no los podría perseguir –afirma.

–¿Cuáles son los siguientes pasos para aprobar la nueva Fiscalía Anticorrupción y la Fiscalía General de la República?

–Vamos a discutir este tema en el paquete de seguridad pública y justicia, en enero. Esto incluye las propuestas del Ejecutivo federal (el decálogo que anunció Peña Nieto el 27 de noviembre). Para nosotros lo más importante es que se diseñen dos fiscalías muy potentes y que se den garantías de autonomía del Fiscal General de la República, que no sea una extensión del presidente de la República, y que el Senado pueda intervenir y sancionar sus decisiones.­

La autonomía de la PGR y su transformación en Fiscalía General de la República fue una propuesta que introdujo el PAN en la reforma política. El gobierno federal aceptó, siempre y cuando no afectara a la actual administración peñista y entrara en vigor en 2018. Sobre estas bases las tres principales fuerzas políticas han negociado en el Congreso el diseño de la Fiscalía General y sus dos fiscalías dependientes.

En conferencia de prensa el miércoles 17, Barbosa aclaró que el PRD “no está de acuerdo en los contenidos que recibimos como minuta de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de la República”, y que ese partido “pugnará por reformar, adicionar lo que recibimos para que haya una Fiscalía Anticorrupción con herramientas claras, adecuadas, firmes para el desempeño de su función, y no hay intercambio”.

“No es un asunto de ‘dame tú, te doy yo’, son temas diferentes donde los contenidos y alcances son diferentes y donde en el parlamento no puede existir esa forma de resolver asuntos tan importantes”, afirmó Barbosa al ser cuestionado sobre si el PRI no condicionó su apoyo a la reforma política del Distrito Federal a cambio de que se aprobara la permanencia de Murillo Karam al frente de la PGR nueve años más.
Fuente : Proceso.

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