MÉXICO, D.F. (apro).- La tasa de desempleo nacional en marzo pasado se ubicó en 3.9% de la Población Económicamente Activa (PEA), muy por debajo del 4.8% registrado en el mismo mes del año pasado, informó hoy el INEGI.
Un vendedor de sandalias en Cuautla, Morelos. Foto: Margarito Pérez
Sin duda, un avance importante: si en marzo de 2014 casi cinco de cada cien personas en edad de trabajar no tenían un empleo, ahora son casi cuatro de cada cien los que no tienen un trabajo.
Esa tasa de desempleo general es, de hecho, la más baja para un mes de marzo desde 2008, el año de inicio de la gran crisis financiera internacional.
Inclusive, la tasa de desempleo urbano, que ilustra mucho mejor las condiciones del mercado de trabajo –porque está más organizado–, también resultó menor en un punto porcentual en términos anuales, pues pasó de 5.6% de la PEA en marzo de 2014, a 4.6% en marzo de este año.
Por otra parte, en términos trimestrales la tasa de desempleo general también mostró un descenso: 4.23% de la PEA contra el 4.84% registrado en el primer trimestre de 2014.
Esa es la buena noticia que dio hoy el Inegi al difundir los indicadores oportunos de ocupación y empleo en marzo pasado.
Pero hay varias malas.
Una es que si bien hay más empleo –96.1% de la PEA tiene un trabajo–, la tasa de informalidad laboral se mantiene prácticamente constante: en marzo se ubicó en 58% de la población ocupada, apenas tres décimas de punto porcentual menos que en marzo del año pasado, que fue de 58.3%.
Las cosas, pues, no se mueven gran trecho en ese terreno: casi seis personas de cada diez que trabajan, lo hacen en la informalidad.
Otra mala noticia es que si bien hay más empleos, éstos son de baja calidad.
El INEGI, para ofrecer información más completa sobre el mercado de trabajo, utiliza lo que llama “tasas complementarias de ocupación y desocupación”. Una de ellas es la “tasa de condiciones críticas de ocupación”, y que define así:
“Es un indicador de condiciones inadecuadas de empleo desde el punto de vista del tiempo de trabajo, los ingresos o una combinación insatisfactoria de ambos, y resulta particularmente sensible en las áreas rurales del país.
“Incluye a las personas que se encuentran trabajando menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a sus decisiones, más las que trabajan más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo, y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos.
“El indicador se calcula como porcentaje de la población ocupada. La tasa ascendió de 12.2% a 12.3% entre marzo de 2014 y el mismo mes de 2015”.
Parece un incremento marginal. Sin embargo, el deterioro de la calidad en los empleos ha sido una constante en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
En marzo del 2012, último año del gobierno de Felipe Calderón, la tasa de condiciones críticas de ocupación fue de 11.70% de la población ocupada.
Un año después, marzo de 2013, primero de Peña, ese indicador subió a 11.96%.
Ahora, como lo informa el Inegi, fue en marzo de 12.3% de la población ocupada.
En suma, más empleos, sí, pero de muy baja calidad.
Fuente : Proceso.
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