(Foto: Cuartoscuro)
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El país es el tercer “tirador” de este tipo de deshechos en América, sólo después de Estados Unidos y Canadá, señaló Heberto Ferreira Medina, académico del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la UNAM, campus Morelia.
Para el 2015, se habían tirado aproximadamente unas 900 mil toneladas de equipo. Si fueran apiladas, llenarían una plancha del zócalo capitalino por año y, de continuar esa tendencia, cada dos años podría atiborrarse el Estadio Azteca.
Explicó que son desechos que pueden llegar a contaminar los mantos freáticos y los hábitats; además, no hay cultura del reciclado.
El aumento en el volumen de basura electrónica se ha incrementado desde 2010, año en que cada mexicano, según datos del Instituto Nacional de Ecología, desechaba en promedio entre tres y cinco kilogramos. En 2015 se estima que la cifra creció a nueve kilogramos per cápita por año, advirtió.
Los riesgos
Los desechos electrónicos son “altamente contaminantes”.
Uno de los peligros lo representan componentes como los microcircuitos de las “tarjetas madre”, los tubos de rayos catódicos de los monitores viejos y las pilas, entre otros, que contienen cromo, plomo y cadmio, metales pesados tóxicos para la salud. “Se sabe que si una pila contamina una alberca el impacto durará decenas de años”, alertó.
Al hablar de las opciones que tienen los consumidores para que sus equipos sean desechados de manera segura, recalcó que debe alentarse la cultura del reciclado. “La recomendación no es tirar a la basura, es mejor esperar los ‘reciclatrones’ o ‘reciclones’, una iniciativa de la autoridad federal y de empresas del área”.
Finalmente, en el contexto del reciente apagón analógico, medida por la que se reemplazaron miles de aparatos de televisión, el académico comentó que desde las décadas de los 80 y 90 se ha acumulado gran cantidad de equipo obsoleto y en fechas recientes se desecha sin control.
(Con información de UNAM)
Fuente : Aristeguinoticias.
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