Karina Cristina y Teresa Escobedo. Foto: Especial. |
Las víctimas se dedicaban a la venta de artículos militares como boinas, uniformes, cinturones, porta cartuchos, cascos, lentes, botas, cantimploras, equipos de supervivencia, entre otros.
Karina Estefanía Gutiérrez Escobedo estudiaba el séptimo semestre en el Tecnológico de Parral y Rita
Cristina era alumna de la Escuela Experimental “Miguel Hidalgo” en ese mismo municipio.
Habitantes y exrepresentantes seccionales de Atascaderos afirman que Teresa Escobedo Martínez era conocida como La Coyota y tenía relación con integrantes de un grupo delictivo del Cártel de Sinaloa.
Aseguran que en aquella zona sólo opera esa organización que se ha dividido en los últimos años y que enganchó por lo menos a dos jóvenes mujeres para ofrecer servicios sexuales.
Sin embargo, amigos de las víctimas las recuerdan como “buenas, trabajadoras y serviciales personas”.
Escobedo Martínez se dedicó durante un tiempo a la costura y siempre manejó negocios; “entraba y salía del pueblo”, comentan.
Relatan que Karina Estefanía y Rita Cristina eran consideradas buenas estudiantes. Ellas pertenecían a una familia unida que vivía bien por el trabajo incansable de su madre.
Hace aproximadamente un año, dos integrantes de la familia fueron “levantados”: un hermano de Teresa y otra persona.
De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Prevención, Seguridad y Justicia, en Guadalupe y Calvo hay cientos de mujeres viudas. El número se ha incrementado en los últimos años, ya que ese municipio llegó a registrar una tasa de homicidios casi del 300% por cada cien mil habitantes, la mayoría jefes de familia productivos.
Con ese panorama, policías de la región comentan que han surgido lideresas de grupos en diferentes comunidades o seccionales, quienes son respetadas y hasta temidas.
Los pobladores destacan la relación de la familia asesinada con los soldados, por la misma naturaleza de su negocio de venta de artículos militares que les obligaba a ir de un destacamento a otro.
Indican que ese pudo haber sido un motivo para victimarlos, aunque no hay una línea de investigación firme.
La versión oficial de la Zona Militar 42, con sede en Parral, señala que la familia integrada por la mujer de 51 años, sus dos hijas universitarias y dos sobrinos, fue privada de la libertad cuando transitaba en una camioneta Chevrolet Avalanche, entre Atascaderos del municipio de Guadalupe y Calvo en el estado de Chihuahua y Badiraguato, en Sinaloa.
Los cinco cuerpos fueron localizados en un lugar conocido como La Cueva de los Ramírez, de la comunidad Las Banquetas, municipio de Tamazula, Durango, aunque no fueron ultimados ahí.
La Zona Militar 42 explicó que familiares de las víctimas reportaron el lunes 11 su desaparición, por lo que colaboraron para localizarlos y enviaron un escrito al Mando Badiraguato para que apoyara en la búsqueda. Dicho mando fue implementado para operar en el Triángulo Dorado desde el 30 de junio pasado y depende directamente del secretario de la Defensa Nacional (Sedena).
Los cinco miembros de la familia fueron buscados durante tres días y localizados el pasado jueves 14 por la mañana en territorio duranguense. Por lo menos dos de los cuerpos (Teresa Escobedo y uno de sus sobrinos) tenían huellas de tortura.
La última vez que se vio a la familia con vida fue cuando salía de una base militar de Tamazula, Durango con dirección a Badiraguato, por lo que la Zona 42 afirma que pudieron haber sido asesinados en el camino de Atascaderos a Badiraguato.
En las corporaciones de la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo afirmaron que a unos metros de los cadáveres se encontraron los cuerpos de dos militares, lo que fue desmentido por la Zona 42.
Sin embargo, se desconoce si esos dos hombres estaban vestidos de soldados y sus cuerpos rescatados por su grupo delictivo.
La Zona 42 avisó del hallazgo a la 3ª Región Militar de Mazatlán, a la 20ª de Colima, a la 10ª de Durango, al 51 Batallón Cuauhtémoc, Veracruz y al Batallón 66 de Delicias, Chihuahua, pero no existían reportes de elementos militares desaparecidos en el Triángulo Dorado.
Los militares sí acompañaron a los agentes ministeriales al lugar, por temor, explicaron en la Zona 42.
Los cuerpos de los integrantes de la familia fueron enviados al Servicio Médico Forense (Semefo) de la Fiscalía Zona Sur en la ciudad de Parral. De inmediato, los cadáveres de los dos sobrinos fueron enviados a Atascaderos el mismo jueves y los otros dos permanecieron en la funeraria.
La Fiscalía de Chihuahua se apresuró a entregar todo el expediente a la Procuraduría de Justicia de Durango que investiga la multiejecución, ya que los cuerpos quedaron en su territorio.
Fuente : Proceso.
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