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martes, 5 de agosto de 2014

Los niños invisibles que cruzan todo México para llegar a EE.UU.

Recientemente Guadalupe González quedó sorprendida cuando al albergue de migrantes que atiende en Irapuato, Guanajuato, llegaron decenas de niños de la etnia Garífuna acompañados por seis mujeres que decían ser sus madres.
Un niño hondureño al llegar a Honduras tras ser repatriado de EEUU. Foto: AFP/Getty
Miles de niños de Centroamérica cruzan cada año por México.
Pero el asombro fue mayor cuando supo la forma como viajaban los menores hondureños: sin documentos migratorios y en un autobús que cruzó medio México –Guanajuato se encuentra en el centro del país- y que se detuvo en varias ciudades para reabastecerse de combustible y alimentos.
Lo peculiar del asunto es que a partir de la frontera con Guatemala el gobierno mexicano mantiene decenas de puestos de revisión migratoria en las carreteras, que supervisan especialmente a los autobuses de pasajeros.

Miles de migrantes de Centroamérica y otros países han sido detenidos en estas revisiones. Pero el vehículo con los niños garífunas hizo su ruta sin problemas hasta Irapuato, y tras un par de días de descanso reinició el camino a Ciudad Juárez, en la frontera norte.
"Los niños decían que los mandaron llamar sus familias en Estados Unidos porque el gobierno les iba a dar visa para quedarse. Se me hizo muy raro", explica González a BBC Mundo. La activista nunca supo cómo llegaron realmente los menores a su albergue.
La anécdota de los pequeños garífunas es un ejemplo de la forma como miles de niños centroamericanos cruzan por México cada año, de manera irregular y expuestos a secuestros, golpes, accidentes y el acecho de bandas de esclavitud sexual.
No se conoce el número exacto de menores que cruzan el país, pero organizaciones civiles creen que muchos consiguen su objetivo: de acuerdo con el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, entre enero y mediados de julio de 2014 el Instituto Nacional de Migración (INM) detuvo a unos 7,600 niños migrantes no acompañados, es decir, que viajan sin la custodia de un adulto.
Pero para esa misma fecha el gobierno de Estados Unidos había reportado que la Patrulla Fronteriza capturó a más de 57,000 menores. La mayoría, cerca de 44.000, eran originarios de Honduras o El Salvador, y el resto mexicanos o de otras nacionalidades. Prácticamente todos cruzaron por México.

"Nadie tiene la respuesta"

"No viajaron juntos los casi 60.000 que están en Estados Unidos, van poco a poquito, uno por aquí otro por acá"
Alejandro Solalinde, sacerdote
¿Cómo pueden viajar miles de niños centroamericanos por todo un país sin ser detectados? Una de las respuestas es la corrupción que "hace invisibles" a estos menores para los responsables de la vigilancia migratoria del país, le dice a BBC Mundo el sacerdote Alejandro Solalinde, fundador del albergue Hermanos en el Camino de Ixtepec, Oaxaca.
"No los ven porque sus ojos están en los bolsillos. Hay niños que sí pagan, hay mucha corrupción en esto. Pero a lo mejor es que los agentes de migración y de corporaciones policíacas nunca pensaron que fueran a generar un problema internacional y los dejaron pasar".
Otra explicación es la forma como realizan el viaje: la mayoría ingresa por los llamados "puntos ciegos", lugares sin vigilancia en la frontera con Guatemala.
Algunos se encuentran en zonas alejadas, incluso en áreas selváticas, pero otros se ubican a unos metros de las garitas migratorias, como ocurre en el cruce entre Ciudad Hidalgo, México, y Tecún Umán, Guatemala.
De allí emprenden camino al norte. Algunos siguen por la región montañosa del centro de Chiapas hacia la capital, Tuxtla Gutiérrez, donde abordan autobuses de líneas comerciales que los llevan a Ciudad de México. La mayoría de quienes siguen esta ruta viajan acompañados por traficantes de personas.
Otros -los menos- se mueven a pie o en transporte urbano desde la frontera hasta Arriaga, en la zona costera de Chiapas, donde suben a los ferrocarriles cargueros.

Prohibido subir a La Bestia


El gobierno mexicano estableció el Programa Frontera Sur, con el que pretende ordenar el flujo migratorio en la región, especialmente el que proviene de Centroamérica.

La estrategia contempla, entre otros elementos, otorgar permisos de internamiento temporal a ciudadanos de Guatemala y Belice, que servirán para transitar sin problemas dentro de los estados de Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Quintana Roo.

De acuerdo con el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, quienes salgan de este territorio sin visa serán devueltos a sus países de origen. Pero dentro de esta nueva política el gobierno mexicano también impedirá que el tren carguero, conocido como La Bestia, se utilice por migrantes para moverse hacia el norte.

Especialistas advierten que esta decisión sólo dispersará el flujo migratorio, pues como ha ocurrido en el pasado, los centroamericanos buscarán caminos alternos donde son más vulnerables a la violencia.

El secretario de Gobernación, sin embargo, afirma que la nueva estrategia busca proteger a los migrantes especialmente a los niños y adolescentes que viajan solos.
Los niños que van con sus familias o escoltados por traficantes de personas utilizan autobuses para moverse por el país. Los adolescentes, que casi siempre viajan solos, recurren más al tren.
A pesar de que son cientos los que cruzan la frontera cada día, los niños centroamericanos se mueven en grupos pequeños que suelen realizar trayectos cortos cada vez: llegan a una ciudad y permanecen unos días antes de reanudar el viaje, que puede durar semanas o varios meses hasta alcanzar la frontera norte. Por eso resultó inusual el arribo de menores garífunas al albergue de Irapuato.
Pero en todos los casos el común denominador es que los menores buscan siempre buscan pasar desapercibidos. "No viajaron juntos los 60.000 que están en Estados Unidos, van poco a poquito; uno por aquí, otro por acá", explica Solalinde.
"Los que van solos aprenden a sortear todo tipo de peligros, pero otras veces tal vez alguien los llevaba y los deja a la mera hora, o puede ser que sus padres los acompañaron y estando en la frontera los dejan ir solos. La verdad es que nadie tiene la respuesta exacta".

Prisiones

Como sea el viaje, para todos el camino es arriesgado. La Comisión Nacional de Derechos humanos (CNDH) ha documentado un promedio de 20.000 secuestros de migrantes cada año, y en muchos casos las víctimas son menores de edad.
Las organizaciones Todo por Ellos y Ririki, Intervención Social, aseguran que en poblaciones de la frontera sur, como Cacahoatán o Tapachula, operan grupos de esclavitud sexual, que proveen de niñas y adolescentes a centros de explotación en zonas turísticas como la Riviera Maya.
Quienes viajan por tren suelen ser extorsionados o son objeto de secuestro por pandilleros Mara y mexicanos, además de enfrentar el riesgo de caer, sufrir mutilaciones o perder la vida en accidentes.
Niños migrantes guatemaltecos detenidos en México. Foto: AFP/Getty
Más de 7.600 niños migrantes han sido detenidos en México este año, según las autoridades
Pero los niños migrantes no sólo son víctimas de la delincuencia: también padecen abusos de autoridades, según el sacerdote Pedro Pantoja, director del albergue Belén, Posada del Migrante de Saltillo, Coahuila.
Con la nueva ley de migración, en México ya no es delito ingresar al país sin documentos, sino que se considera una falta administrativa. Pero al mismo tiempo los extranjeros de países a los que se pide visa están obligados a contar con ella. Por ello el INM los detiene para iniciar un proceso de deportación.
Es el caso de los menores centroamericanos a quienes se envía a estaciones migratorias, lo que representa una contradicción: legalmente esos niños no pueden ser encarcelados, pero se los recluye en instalaciones similares a las prisiones.
Esos lugares padecen muchos de los problemas de las cárceles para adultos, como abusos a los internos, tráfico de drogas y castigos ilegales, según estableció la organización Sin Fronteras en su informe "La ruta del encierro. Situación de las personas en detención en estaciones migratorias y estancias provisionales".

¿Refugio?

En los últimos años ha esta creciendo el número de niños y adolescentes centroamericanos que abandonan sus países para reunirse con sus familiares en Estados Unidos, pero también para escapar de la violencia generada por pandillas y carteles de narcotráfico.
Madre y niño esperan para abordar autobús tras ser liberados de un centro de detención en EE.UU.
Cuando son devueltos, emprenden el viaje de regreso, sin que se considere las razones de porque las que partieron originalmente.
Cuando son devueltos emprenden de inmediato el viaje de regreso. Es otro de los problemas con estos menores, pues el gobierno mexicano no toma en cuenta las razones de la migración, asegura Diego Llorente, director del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova.
Muchos de estos niños tienen derecho a solicitar refugio, pero las autoridades no lo conceden. En 2013, por ejemplo, de los 9.893 menores que fueron detenidos por el INM, sólo a 50 se les concedió asilo, asegura el activista.
Así, para la mayoría de estos menores su única alternativa es viajar al norte; por eso buscan superar los obstáculos en su camino. El flujo no se detiene, recuerda el sacerdote Solalinde.
"Son casi 60 mil niños que ya están en Estados Unidos, nadie los vio. Pero los que siguen pasando, ¿dónde están?".
Fuente : BBCmundo.

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