MÉXICO, D.F. (apro).- El despliegue militar que se vio desde las primeras horas de este miércoles en las inmediaciones del penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, tuvo una explicación: custodiar el traslado de 13 narcotraficantes al Aeropuerto Internacional de esta ciudad para ser extraditados a Estados Unidos, entre ellos Edgar Valdez Villarreal, La Barbie, y Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss.
Edgar Valdez Villarreal, "La Barbie", y Jorge Eduardo Costilla Sánchez, "El Coss". Fotos: PGR
Una vez que las fuerzas castrenses cumplieron su misión, la Procuraduría General de la República (PGR) ofreció una rueda de prensa en que la se encargó a apagar la ola de rumores sobre un nuevo motín en la prisión de la que se escabulló, en julio pasado, el líder del Cártel del Pacífico, Joaquín Guzmán Loera, al confirmar que los 13 extraditados eran requeridos por la justicia estadunidense.
“Dicha extradición se realiza una vez cumplidos los procedimientos que establece la legislación mexicana, correspondiente a los acuerdos emitidos por la Secretaría de Relaciones Exteriores”, dijo Tomás Zerón de Lucio, director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
La entrega –dijo el funcionario– se ha llevado a cabo en cumplimiento a los acuerdos de cooperación internacional en materia de procuración de justicia, así como del Tratado de Extradición suscrito por México y los Estados Unidos de América, y en el espíritu de colaboración en la lucha contra el crimen organizado de los gobiernos de ambos países.
En la rueda de prensa, Zerón detalló que los 13 extraditados enfrentan cargos en Estados Unidos por la comisión de diversos delitos: asociación delictuosa, narcotráfico, homicidio, lavado de dinero y portación de armas de fuego, entre otros.
Asimismo, comentó que para el procedimiento de entrega se implementó un operativo interinstitucional en el que participó personal de la Agencia de Investigación Criminal y la Subprocuraduría Jurídica y de Asuntos Internacionales de la PGR, así como efectivos del Ejército que se encargaron de custodiar el traslado hacia la terminal aérea, donde fueron puestos a disposición de las agencias correspondientes de los Estados Unidos.
Encabezaron el grupo de extraditados La Barbie y El Coss. El primero operaba para el Cártel de los Beltrán Leyva y fue detenido el 30 de agosto de 2010, acusado de los siguientes delitos: delincuencia organizada, privación Ilegal de la libertad, posesión de cartuchos de uso exclusivo, contra la salud y homicidio calificado.
Nacido el Laredo, Texas, el 11 de agosto de 1973, Valdez Villareal es reclamado por la Corte Federal de Distrito del Este de Lousiana, por narcotráfico y lavado de dinero. El gobierno de Estados Unidos ofreció en su momento una recompensa de 5 millones de dólares por su cabeza.
En el momento de su captura, La Barbie era un narcotraficante en ascenso. Su actividad criminal data de alrededor de 1992, cuando su nombre empezó a ser mencionado a raíz de ejecuciones perpetradas en Tamaulipas por gatilleros bajo su mando. En aquel entonces era gatillero del Cártel del Golfo.
Hábil en el oficio de matar y de corromper a policías, Valdez Villarreal creó en Tamaulipas una red de espías que atrajo la atención de El Chapo Guzmán, quien lo reclutó. Se incorporó a la célula formada por los hermanos Arturo, Alfredo y Héctor Beltrán Leyva, conocidos en su etapa de esplendor como ‘Los Tres Caballeros’.
El gatillero de origen estadunidense fue pieza clave en la conformación de la estructura de sicarios que Guzmán Loera utilizó después de su primera fuga, en enero de 2001, para irrumpir en Tamaulipas, territorio ampliamente conocido por La Barbie.
Desde antes de su captura, la DEA ya le seguía los pasos. En 2006 Steve Robertson, agente de esa corporación, declaró que La Barbie era un fugitivo, un traficante significativo. “Definitivamente queremos tenerlo en nuestras manos”, remató. (Proceso 1766)
En los cinco años que permaneció en prisión, Edgar Valdez Villarreal cambió. En 2012 la periodista Anabel Hernández reveló que el narcotraficante se volvió cristiano y siempre llevaba una Biblia bajo el brazo. (Proceso 1881)
Jorge Costilla Sánchez, El Coss, creció al lado de Osiel Cárdenas Guillén. En 2003 asumió el mando del Cártel del Golfo, pero su reinado sólo duro nueve años. El 12 de septiembre de 2012 fue capturado y enfrenta cargos en una Corte de Distrito Sur de Texas, por la distribución de contrabando de marihuana y cocaína en diversos puntos de Estados Unidos, así como lavado de dinero.
Antes de su captura, era uno de los más narcotraficantes mexicanos más buscados el FBI. Ofrecía 5 millones de dólares por su cabeza, por 30 millones de pesos de la PGR.
El Coss tiene actualmente 44 años. Ante de iniciar su carrera criminal, trabajó como policía municipal en Matamoros de 1991 a 1995.
De ahí saltó a las grandes ligas del crimen organizado bajo el mando de Cárdenas Guillén, quien lo arropó al punto de convertirlo en su brazo derecho con el paso del tiempo.
Afianzado, El Coss comenzó a construir su propio imperio a costa de traiciones y la protección de la Marina hasta el miércoles 12 de septiembre de 2012, cuando fue capturado en una zona habitacional de la ciudad de Tampico, Tamaulipas.
El resto de los narcotraficantes extraditados son:
José Emanuel García Sota: Enfrenta cargos en la Corte Federal del Distrito de Columbia, por su presunta participación, en febrero de 2011, en el homicidio de un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, y la tentativa de homicidio de otro agente de la misma Agencia.
Martín Daniel Castillo Rascón: Es reclamado por la Corte Federal del Distrito Oeste de Texas por su presunta responsabilidad en los delitos de delincuencia organizada y secuestro.
Aureliano Montoya Peña: Fue detenido el 27 de junio de 2012 y es reclamado por la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois, por narcotráfico y asociación delictuosa.
Ricardo Valles de la Rosa: Se encuentra detenido desde marzo de 2010 y es reclamado por la Corte Federal del Distrito Oeste de Texas, por los delitos de asociación delictuosa, homicidio, portación de arma de fuego y narcotráfico.
Luis Humberto Hernández Celis: Está detenido desde el 15 de mayo de 2010, lo reclama la Corte Federal del Distrito Oeste de Texas por asociación delictuosa, narcotráfico, homicidio en un país extranjero, portación de arma de fuego y delitos de violencia. También se le relaciona con la participación, en 2010, de los homicidios de los empleados consulares en Ciudad Juárez.
Alberto Núñez Payán: Fue detenido el 27 de noviembre de 2010 y es reclamado por la Corte Federal del Distrito Oeste de Texas. Se le relaciona con los delitos de asociación delictuosa, delincuencia organizada, narcotráfico y lavado de dinero.
Jean Baptiste Kingery: Fue detenido en septiembre de 2012 por su probable participación en la comisión de delitos de delincuencia organizada. Además, enfrenta cargos en Arizona por los delitos de tráfico de armas y municiones de Estados Unidos a México, tentativa para contrabandear bienes en Estados Unidos y falsedad de declaraciones.
Julio César Valenzuela Elizalde: Relacionado con delitos contra la salud, es acusado por la Corte Federal del Distrito de Arizona por conspirar para el tráfico de metanfetaminas y asociación delictuosa.
Antonio González Platas: Curiosamente no tiene antecedentes penales en México, pero es requerido por la Corte de Circuito del Condado de Pulaski, en Arkansas, por el delito de violación.
Antonio Reynoso González: Tampoco cuenta con antecedentes penales en México, pero lo reclama la Corte Federal de Distrito del Sur de California por asociación delictuosa y contra la salud.
Carlos Montemayor: Fue detenido el 30 de agosto de 2010 y se le relaciona con la organización delictiva de Edgar Valdés Villareal; lo reclama la Corte Federal de Distrito del Norte de Georgia, por los delitos de asociación delictuosa, contra la salud y lavado de dinero.
Antes de que la PGR hiciera anunciara formalmente la extradición de los 13 presuntos delincuentes, esta agencia dio a conocer la masiva presencia de fuerzas federales en las inmediaciones del penal federal del Altiplano.
Familiares y abogados de internos reportaron lo siguiente: “Están cerradas las puertas del penal y ni siquiera los trabajadores de limpieza y de la cocina han podido ingresar”, dijeron a Apro.
Helicópteros están sobrevolando el penal y afuera hay seis unidades conocidas como “rinos” pertenecientes al Ejército y a la Policía Federal, describieron.
Según refieren, la presencia federal en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso), Número 1 comenzó desde la madrugada, con la llegada de unidades de la Marina e incluso de una unidad del servicio médico forense.
Fuente : Proceso.
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