Un retrato de la alcaldesa de Temixco Gisela Mota en el panteón de Pueblo Viejo. Foto: Hugo Cruz |
Sobre la ejecución de Gisela Mota el pasado 2 de enero en su propia casa y cuando apenas había tomado posesión del cargo, el diario asegura que es “uno de los más impactantes” y que “es bastante claro [saber] quién mató a la señora Mota, pero no el por qué”.
Asegura que la alcaldesa se comprometió a combatir al narcotráfico en el municipio de Temixco, Morelos, “una importante estación de paso en una de las principales rutas para mover drogas a la Ciudad de México”. No obstante, dice, “apenas si tuvo tiempo para amenazar a los traficantes de drogas de la región”.
Sobre el gobernador de Morelos Graco Ramírez, The Economist asegura que éste “ofrece una teoría diferente” sobre el asesinato de la alcaldesa: “Él piensa que la señora Mota fue asesinada porque apoyó la toma de poder de las policías locales por parte del estado, una política conocida como Mando Único”.
No obstante, el medio de comunicación asegura que “si la señora Mota fue asesinada por criminales como castigo por apoyar el Mando Único, el asesinato desencadenó la acción que ellos trataron de evitar”. Se refiere a la implementación de esa medida se seguridad en Temixco y otros 14 municipios, incluida la capital, Cuernavaca.
A propósito del Mando Único, el texto asegura que en México existen dos mil tipos diferentes de policías locales, aparte de las estatales y federales, “muchos de éstas con pocos fondos y mal administradas”. Incluso, añade que algunas corporaciones y los alcaldes que las dirigen “están aliados con los criminales”.
De acuerdo con The Economist, “la toma de control de las policías locales por parte del estado fue la gran idea para combatir el crimen que se le ocurrió al presidente Enrique Peña Nieto tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa”.
Resalta que quienes defienden el Mando Único dicen que los estados pueden modernizar las fuerzas policiales, coordinarlas mejor y darles más dinero.
Y asevera: “Los alcaldes se enfrentarán a menos riesgo si no están directamente involucrados en el trabajo policial. Y los corruptos tendrán menos oportunidad de subvertirlo”.
No obstante, resalta que quienes critican la estrategia dicen que no hay pruebas de que modernizará a las policías. “Las fuerzas bajo comando del Estado no son inmunes a la corrupción. Dos exgobernadores del estado de Tamaulipas son buscados por la DEA de Estados Unidos”, recuerda el semanario.
El medio de comunicación destaca que antes de que Mota fuera asesinada, otros alcaldes parecían enfrentar mayores riesgos. En los últimos 10 años, dice, ha habido más ejecuciones de gobernantes en estados pobres como Michoacán y Oaxaca que en cualquier otro.
The Economist consultó a Bernardo Gómez de la consultora Misiones Regionales de Seguridad, quien afirmó que varios alcaldes del norte del país, desde donde se envía droga a Estados Unidos, tienen miedo de trabajar en los pueblos que los eligieron.
El pasado 20 de noviembre, el periódico británico se refirió a México y, en particular, al gobierno de Enrique Peña Nieto quien, dijo, es “el blanco del desprecio despiadado” entre los mexicanos debido a dos grandes problemas en su administración: la continua falta de seguridad y la prevalencia de la corrupción.
En su editorial titulado “El silencio de Los Pinos”, destacó las fallas que la administración del priista ha tenido, pese a las reformas estructurales que impulsó desde el inicio de su gobierno.
Fuente : Proceso.
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