Sigmundur David Gunnlaugsson niega cualquier relación con las revelaciones. Foto: AP / Brynjar Gunnarsson |
pueden apoyar al gobierno en las labores conjuntas, disolvería el parlamento y convocaría elecciones generales”, escribió Gunnlaugsson en su página de Facebook antes de que se anunciara su dimisión, al tiempo que declaró que no tenía miedo a enfrentarse a los votantes.
Sin embargo el presidente islandés afirmó que no disolvería el Parlamento hasta que no explorara posibles alternativas, entre ellas consultar con otros partidos, incluido el partido Independencia con el que forma alianza de gobierno.
Gunnlaugsson llegó al cargo de primer ministro en 2013 con el apoyo del Partido de la Independencia, cuyo líder Bjarni Benediktsson, actual ministro de Finanzas, también aparece en el #PanamaPapers.
Según los documentos divulgados por más de 100 medios a través del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), Gunnlaugsson poseía, hasta finales de 2009, el 50% de una empresa llamada Wintris creada por su esposa en las Islas Vírgenes Británicas en 2007 para gestionar su fortuna con ayuda de la firma panameña Mossack Fonseca.
Ahí depositaron casi cuatro millones de dólares en bonos en los tres principales bancos islandeses que se hundieron en la crisis de 2008.
Gunnlaugsson entró en el Parlamento islandés en 2009 y a finales de ese año vendió su 50% de participación en Wintris a su esposa por un dólar.
La noticia generó una de las protestas más grandes de la historia en Islandia el lunes pasado cuando más de 100 mil personas se reunieron en el centro de Reikiavik para pedir la renuncia del primer ministro que se concretó este martes.
Además los ciudadanos exigieron su dimisión a través de la plataforma “Petitions24” en la que en un poco más de un día reunieron más de 22 mil 200 firmas. En su manifiesto exigían que “tan pronto como sea posible (Gunnlaugsson) desaparezca del parlamento.
“Ha sido culpable de un grave defecto moral”, señalaba el texto en el que se le acusaba de no revelar a los electores sus lazos y los de su esposa con sociedades anónimas en el extranjero durante la crisis financiera que vivió Islandia.
Fuente : Proceso.
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