En las tres semanas que han pasado desde que
comenzaron los ataques israelíes contra el grupo islamista Hamas, más de
1.000 personas han muerto en los dos bandos.
La ONU dice que la gran mayoría de las muertes palestinas son civiles.Operación "Margen protector"
La abrumadora mayoría de las víctimas son palestinas: hasta el viernes, se contabilizaban al menos 798 muertos desde el 8 de julio, incluidos 185 niños y 93 mujeres, según el ministerio de Sanidad de Gaza. Naciones Unidas dice que cerca del 73% de los palestinos muertos eran civiles.Este sábado, durante la tregua humanitaria de 12 horas, las autoridades sanitarias palestinas anunciaron que el total de los muertos había superado los mil.
La Fuerza de Defensa de Israel (FDI) dice que ha dado muerte a más de 200 combatientes a los que denomina "terroristas" durante su ofensiva en Gaza.
Israel también ha sufrido bajas durante este enfrentamiento: 34 miembros de las fuerzas de defensa han muerto, además de tres civiles que fallecieron por causa de cohetes lanzados por Hamas desde Gaza.
Israel llamó a unos 65.000 reservistas para apoyar la operación y exhortó a los residentes de Gaza a evacuar áreas en las que operaba el ejército. Desde entonces, Hamas ha continuado lanzando cohetes a Israel, apuntando a pueblos y centros de importancia, incluidos Tel Aviv, Jerusalén y Haifa.
El comisionado general del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS), Pierre Krahenbuhl, declaró que los civiles estaban "pagando el precio más alto en la actual escalada militar".
"Condeno el bombardeo despiadado y la gran pérdida de vida", añadió.
Israel acusa a Hamas de lanzar cohetes contra civiles israelíes escudándose en civiles palestinos.
Señala además que sus fuerzas han hecho "esfuerzos sin precedentes para mantener a los civiles palestinos fuera del alcance del peligro, incluyendo la distribución de panfletos, llamadas telefónicas y envío de mensajes de texto". También asegura que ha abortado ataques para evitar el derramamiento de sangre entre civiles.
Operación "Pilar defensivo"
Comenzó con una incursión aérea que mató al comandante del ala militar de Hamas, Ahmed Jabari, a quien se acusaba de tener responsabilidad en "todas las actividades terroristas contra Israel desde Gaza" durante la década precedente.
Los antecedentes de la operación fueron una seguidilla de ataques por parte de grupos militantes palestinos, incluidas las Brigadas Qassam de Hamas, que lanzaron cientos de cohetes en el sur de Israel, mientras que el ejército israelí bombardeaba Gaza.
Una organización de derechos humanos israelí, B'Tselem, dijo que 167 palestinos murieron, incluidos 87 civiles. Seis israelíes -dos soldados y cuatro civiles- también perdieron la vida.
Zonas clave de Gaza en términos de infraestructura resultaron dañadas o destruidas en los ataques aéreos, incluida la oficina del primer ministro de Hamas, un complejo de gobierno que alojaba al Ministerio del Interior y los túneles utilizados para contrabandear de todo, desde alimentos hasta armas, hacia el sur.
Edificios de apartamentos, campos deportivos, guarderías de infantes y subestaciones eléctricas también fueron impactados.
Operación "Plomo fundido"
Un informe de Amnistía Internacional sobre la operación señaló que se perdieron vidas porque las fuerzas iraelíes "con frecuencia obstruyeron el acceso a servicios médicos". También condenó el uso de armas "imprecisas", tales como el fósforo blanco y el fuego de metralla.
Amnistía señaló, además, que Hamas y otros grupos militantes palestinos habían puesto en peligro a los civiles al lanzar cohetes desde barrios residenciales, en los cuales también guardaban armas.
Israel perdió seis soldados y tres civiles en la ofensiva de tres semanas.
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