La revista dice que los mexicanos parecían “anestesiados” ante los estragos de la violencia, pero ahora están despertando.
En su segunda entrega sobre la tragedia de los 43 normalistas, The New Yorker
advierte que su desaparición ha indignado tanto a México que sus
habitantes, que parecían “anestesiados” ante los estragos de la
violencia, están despertando y, al margen del desenlace final de la
búsqueda de los desaparecidos, el gobierno del presidente Enrique Peña
Nieto “tendrá que confrontar la amplia conmoción social y condena que
muy probablemente genere la confirmación de que los estudiantes están
muertos”.
Esta revista icónica que es referencia obligada entre los círculos políticos y literarios progresistas de Estados Unidos, se pregunta en el encabezado del artículo, ¿Podrán 43 estudiantes detonar una
revolución?”.
Francisco Goldman, el autor, dice que México “ha sido tomado”
por la historia de los 43 desaparecidos, y muchos se niegan a creer lo
peor hasta que ya no se pueda negar. Tumbas clandestinas con restos
humanos siguen apareciendo en las empobrecidas montañas de Guerrero. Se
especula que podrían contener los restos cuando menos de algunos de los
estudiantes, pero nada se ha confirmado. Un anuncio por parte del
gobierno podría darse en cualquier momento o incluso nunca darse, dice
Golman.
Aun cuando el gobierno anunciara que encontró a los estudiantes, continúa The New Yorker,
podría tomar semanas antes de que los forenses argentinos completen el
trabajo de DNA. “Esa espera podría ser todo el tiempo con el que cuente
el gobierno de Peña Nieto, para confrontar la amplia conmoción social y
condena que muy probablemente genere la confirmación de que los
estudiantes están muertos”.
Desde la desaparición de los estudiantes el 26 de septiembre, todos
los días, en la Ciudad de México y en todo el país, se celebran marchas y diversas acciones
cívicas, la mayoría de ellas pacíficas. “Muchos en México se preguntan
por qué los 43 desaparecidos han inspirado tal indignación en un país
que parecía anestesiado ante la violencia a gran escala”. La respuesta,
dice Goldman, puede estar en que la gente ya está harta de la violencia y
la impunidad.
En el pasado, dice The New Yorker, “las autoridades del gobierno y muchos en los medios de comunicación cómplices
han acudido al manual de gastadas artimañas, que consisten en
estigmatizar a las víctimas, presentarlas como responsables de su propia
suerte, o buscar formas de proyectarlas como si no fueran mexicanos
promedio. Hay quienes han tratado de hacer lo mismo con los 43
estudiantes, pero las acusaciones e insinuaciones no han tenido eco”.
Ahora, los vacíos en el gobierno de México son demasiado obvios,
observa Goldman. “El país parece estar tambaleándose en la orilla de un
terrible cataclismo o, con esperanza, de una transformación
alentadora”.
Fuente : Aristeguinoticias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario