En Sao Paulo, Rio de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte,
Fortaleza, Salvador y otras ciudades del país reclamaban pacíficamente
más inversiones en transporte, en salud y en educación.
Foto: AFP - La manifestación en el Teatro Municipal de Río de Janeiro.
Sao Paulo • Decenas de miles de brasileños
salieron a las calles de las principales ciudades brasileñas para
protestar contra los multimillonarios gastos del Mundial-2014 y el
aumento del precio del transporte público, en plena Copa
Confederaciones. En Sao Paulo, Rio de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte, Fortaleza,
Salvador y otras ciudades del país, los manifestantes, convocados a
través de las redes sociales y sin liderazgo político o social definido,
reclamaban pacíficamente más inversiones en transporte, en salud y en
educación. En Brasilia, los manifestantes atravesaron los cordones de aislamiento que había montado la policía para que no se acercaran al Congreso y ocuparon en forma masiva el tejado de la histórica edificación diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer.
Los participantes en las protestas aprovecharon la orden de la gobernación de Brasilia para que los policías no reprimieran a los manifestantes y se expandieron por todo el tejado del Congreso, al que llevaron grandes pancartas con sus reivindicaciones.
Los participantes en la acción permanecieron cerca de media hora en esa área y después bajaron de forma pacífica tras un diálogo con las autoridades.
La policía estimó que unas 30 mil personas manifiestan en las calles de Sao Paulo, acercándose a la avenida Paulista, una de las principales de la ciudad.
"Vine porque quiero que Brasil despierte. No es solo por los pasajes, sino porque la educación y la salud son malas", dijo Diyo Coelho, de 20 años, que marchaba en Sao Paulo junto a un grupo de amigos y llevaba flores en las manos.
Unos 6 mil manifestantes marchaban por el centro de Rio de Janeiro, según la policía.
"Estoy aquí para mostrar que Brasil no es sólo fútbol. Aquí no hay sólo fiesta. Hay otras preocupaciones, como la falta de inversiones en cosas realmente importantes, la salud y la educación", dijo la abogada Daiana Venancio, de 24 años, que protestaba en Rio.
En Brasilia, 2 mil 500 manifestantes según la policía -y 5 mil según los organizadores- bloquearon la principal avenida donde se encuentran los ministerios y otros edificio del gobierno, y llegaron al Congreso. Muchos de ellos se bañaron en la fuente ubicada frente a la sede del legislativo.
"Como brasileño que viaja cada día en esos autobuses llenos a rebosar y que estudia en una universidad precaria, me he sentido en la obligación de estar presente en esta revolución", dijo Gael Rodrigues Honorio, un estudiante de ingeniería forestal de 21 años de la Universidad de Brasilia.
"Esto es sólo el comienzo. Vamos a conseguir mejoras, al menos aunque sea en el transporte y la salud", afirmó en medio de la protesta, vigilada por unos 400 policías.
Las manifestaciones comenzaron hace unos 10 días en Sao Paulo a raíz del alza del boleto de bus, tren y metro de 1.5 a 1.6 dólares, días antes del inicio de la Copa Confederaciones, un ensayo general del Mundial-2014 entre los campeones de cada continente, lo cual les ha dado una fuerte visibilidad dentro y fuera de fronteras.
Rápidamente, se expandieron a otras ciudades y la causa se amplió a denuncias contra los 15 mil millones de dólares destinados por el gobierno para el Mundial de fútbol del año próximo.
Los manifestantes piden ese dinero para vivienda digna, salud y educación públicas de calidad, en este país donde existe aún una gran brecha entre pobres y ricos.
Fuente : Milenio
educación. En Brasilia, los manifestantes atravesaron los cordones de aislamiento que había montado la policía para que no se acercaran al Congreso y ocuparon en forma masiva el tejado de la histórica edificación diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer.
Los participantes en las protestas aprovecharon la orden de la gobernación de Brasilia para que los policías no reprimieran a los manifestantes y se expandieron por todo el tejado del Congreso, al que llevaron grandes pancartas con sus reivindicaciones.
Los participantes en la acción permanecieron cerca de media hora en esa área y después bajaron de forma pacífica tras un diálogo con las autoridades.
La policía estimó que unas 30 mil personas manifiestan en las calles de Sao Paulo, acercándose a la avenida Paulista, una de las principales de la ciudad.
"Vine porque quiero que Brasil despierte. No es solo por los pasajes, sino porque la educación y la salud son malas", dijo Diyo Coelho, de 20 años, que marchaba en Sao Paulo junto a un grupo de amigos y llevaba flores en las manos.
Unos 6 mil manifestantes marchaban por el centro de Rio de Janeiro, según la policía.
"Estoy aquí para mostrar que Brasil no es sólo fútbol. Aquí no hay sólo fiesta. Hay otras preocupaciones, como la falta de inversiones en cosas realmente importantes, la salud y la educación", dijo la abogada Daiana Venancio, de 24 años, que protestaba en Rio.
En Brasilia, 2 mil 500 manifestantes según la policía -y 5 mil según los organizadores- bloquearon la principal avenida donde se encuentran los ministerios y otros edificio del gobierno, y llegaron al Congreso. Muchos de ellos se bañaron en la fuente ubicada frente a la sede del legislativo.
"Como brasileño que viaja cada día en esos autobuses llenos a rebosar y que estudia en una universidad precaria, me he sentido en la obligación de estar presente en esta revolución", dijo Gael Rodrigues Honorio, un estudiante de ingeniería forestal de 21 años de la Universidad de Brasilia.
"Esto es sólo el comienzo. Vamos a conseguir mejoras, al menos aunque sea en el transporte y la salud", afirmó en medio de la protesta, vigilada por unos 400 policías.
Las manifestaciones comenzaron hace unos 10 días en Sao Paulo a raíz del alza del boleto de bus, tren y metro de 1.5 a 1.6 dólares, días antes del inicio de la Copa Confederaciones, un ensayo general del Mundial-2014 entre los campeones de cada continente, lo cual les ha dado una fuerte visibilidad dentro y fuera de fronteras.
Rápidamente, se expandieron a otras ciudades y la causa se amplió a denuncias contra los 15 mil millones de dólares destinados por el gobierno para el Mundial de fútbol del año próximo.
Los manifestantes piden ese dinero para vivienda digna, salud y educación públicas de calidad, en este país donde existe aún una gran brecha entre pobres y ricos.
Fuente : Milenio
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