El líder de la Cámara de Representantes, John Boehner. Foto: AP |
“Ha sido muy duro”, reconoció el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
Luego Reid detalló que “el compromiso que hemos alcanzado proporcionará a nuestra economía la estabilidad que necesita desesperadamente. Nunca es fácil para ambas partes llegar a un consenso, es muy difícil, unas veces más difíciles que otras, pero esta vez fue muy duro. Las últimas semanas hemos vistos
diferencias muy marcadas entre los dos campos que habrían podido abocarnos a la catástrofe. Pero al final los adversarios políticos dejaron a un lado sus diferencias y desacuerdos para evitar el desastre”.
Después de semanas de encarnizada lucha entre demócratas y republicanos, de un cese de actividades de cientos de miles de burócratas federales y de turbulencias en los mercados, el acuerdo en discusión, si finalmente es promulgado, básicamente dará a Obama lo que ha exigido desde hace meses: un aumento al techo de la deuda y financiamiento para su administración.
Así, el acuerdo extendería la autorización de Estados Unidos para contraer préstamos hasta el 7 de febrero, a pesar de que el Departamento del Tesoro cuenta con herramientas para ampliar temporalmente su capacidad de endeudamiento más allá de esa fecha si el Congreso no actúa a principios del próximo año.
Derivado del acuerdo se financiaría a los organismos gubernamentales hasta el 15 de enero, poniendo fin a un cierre parcial que se inició con el nuevo año fiscal el 1 de octubre pasado.
Una vez que el Senado avale el acuerdo, la Cámara de Representantes hará lo propio para después enviar la legislación al presidente Obama, quien finalmente debe promulgar la ley.
La propuesta no será bloqueada por los congresistas, aclaró el líder de la Cámara de Representantes, John Boehner.
Incluso, el senador republicano Ted Cruz, quien antes se había opuesto a cualquier acuerdo que no incluyera un retiro de fondos para el programa de salud conocido como Obamacare, ofreció no demorar la discusión de la iniciativa.
No obstante, si el Senado y la Cámara de Representantes se las arreglan para superar obstáculos de procedimiento antes del jueves 17, cuando se agota la capacidad del gobierno para endeudarse, la solución será simplemente temporal y dejará abierta la posibilidad de una nueva paralización parcial de la administración federal a principios del próximo año.
Y es claro que los legisladores republicanos continuarán con la lucha contra el plan de salud de Obama, al tiempo que buscarán una mayor responsabilidad fiscal del gobierno federal.
Fuente : Proceso
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