La CIA |
La investigación legislativa que analizó más de seis millones de documentos en un periodo de cinco años establece que la CIA aplicó técnicas inhumanas de manera sistemática.
El primer punto indica que “la CIA sometió a más de tres prisioneros, como había admitido, a las técnicas de asfixia durante los interrogatorios”, los torturó “con la técnica del ahogamiento”, los mantenía despiertos hasta una semana, y “los alimentaba por el recto y los amenazaba con ejecutarlos”.
Todos estos interrogatorios, dice el reporte, fueron realizados por agentes de la CIA en “prisiones clandestinas”, con detenidos acusados de presuntos integrantes de células terroristas. Incluso, indica que un prisionero murió como consecuencia de las torturas practicadas por agentes estadunidenses.
En el segundo punto, el Comité senatorial subraya que el programa de interrogatorios de la CIA carecía de la supervisión adecuada. Además, destaca que “los agentes de la CIA se sentían insatisfechos con la capacidad y los métodos de entrenamiento que tenían los agentes encargados de los interrogatorios a los detenidos”.
“La CIA en muy pocas ocasiones fincó responsabilidades a los responsables de los interrogatorios”, dice el reporte.
Asimismo añade que la misma CIA obstruyó el trabajo de investigación que realizó el Inspector General de la dependencia.
En el tercer punto, el documento revela que la CIA “engaño” a la Casa Blanca y al Congreso federal sobre la efectividad e instrumentación de las técnicas utilizadas en los interrogatorios a presuntos terroristas.
Es más, dice que la CIA aceptó que obtuvo información relevante por medio de las torturas, con la cual, arguyó, se evitaron otros ataques terroristas, pero nunca aportó pruebas de ello.
“Personal de la CIA expresó sus preocupaciones sobre la legalidad de las técnicas de interrogatorio utilizadas con los detenidos, como la simulación de asfixia, pero los mandos de la dependencia los callaron diciendo que todo había sido autorizado”, dice el cuarto punto del reporte.
En el quinto punto, el Comité de Inteligencia del Senado destaca que la CIA “nunca reportó un número preciso de los detenidos que tenía en prisiones clandestinas”, a quienes sometió a prácticas inhumanas en los interrogatorios.
Por ejemplo, en un reporte informó que tenía detenidos a menos de 100 personas, cuando en realidad eran 119.
Incluso, hace notar que la CIA arrestó, acusó de terroristas y torturó a 26 personas inocentes.
En el sexto y último punto, el reporte del Comité de Inteligencia del Senado acusa a la CIA de “filtrar información a la prensa, en la cual exageró el éxito” de los métodos utilizados en sus interrogatorios, como parte de una campaña impostada para ganarse la simpatía y el respaldo de la población estadunidense.
Ante las exigencias del partido Republicano y de varios exfuncionarios que trabajaron en la presidencia de Bush de que no se desclasificara el reporte, el presidente Barack Obama dijo en una declaración por escrito que aun cuando la información sustenta graves acusaciones contra la CIA ha sido una herramienta fundamental en la lucha contra el terrorismo.
Además, recordó que nunca aprobó el uso de la tortura en las cárceles clandestinas y que por ello las elimino al llegar a la presidencia.
“Como lo he señalado en otras ocasiones, nuestra nación hizo muchas cosas correctas en esos años tan difíciles, pero al mismo tiempo algunas acciones contrapuntearon nuestros valores”, admitió el mandatario.
El trabajo de las agencias de inteligencia (espionaje) de Estados Unidos, agregó, ayudó a evitar que el grupo terrorista al-Qaeda, comandado por el saudita Osama bin-Laden, llevaran a cabo más atentados contra los Estados Unidos, aunque aclaró que eso no justifica la práctica de la tortura, prohibida por las leyes estadunidenses.
Obama destacó que el uso de la tortura fue contraproducente en el combate internacional contra el terrorismo y dañó la posición moral que Estados Unidos representaba ante la comunidad de las naciones. “Esas técnicas hicieron una daño significativo a la posición de Estados Unidos ante la comunidad internacional, y crearon más problemas en la búsqueda de nuestros objetivos y para los intereses con nuestros aliados. Es por eso que sugiero, usando mi autoridad como presidente, que nunca más se vuelvan a utilizar estos métodos”, enfatizó.
Tras las revelaciones del reporte, los departamentos de Estado y de Defensa ordenaron al personal diplomático y militar comisionado en el extranjero reforzar las medidas de seguridad ante la posibilidad de que surjan reacciones belicosas o actos de terrorismo por parte de agrupaciones fundamentalistas, sobre todo, en la región del Oriente Medio.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca ordenó al Departamento de Seguridad Interior fortalecer la vigilancia en las fronteras y dentro del propio territorio. Asimismo se dio la orden al FBI y a las demás agencia de inteligencia de estar vigilantes para evitar que presuntos sospechosos puedan llevar a cabo algunas acciones, en represalia por las ilegalidades cometidas por la CIA bajo el cobijo de la lucha contra el terrorismo.
Fuente : Proceso.
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