El misil RPG-7 de fabricación rusa cayó en un bote de basura pero no explotó.
El proyectil fue disparado desde una camioneta negra modelo Yukón, cuyos tripulantes huyeron después de lanzar el artefacto.
Tras el atentado se activó el Código Rojo con el que se alerta a todas las fuerzas de seguridad que se dieron a la tarea de rastrear el vehículo, sin éxito hasta el momento.
El ataque obligó al alcalde de Piedras Negras, Fernado Purón, a emitir una alerta en su cuenta de la red social Twitter:
Mientras que en Saltillo, el secretario General de Gobierno, Víctor
Zamora, dijo que el artefacto que no estalló fue desactivado y recogido por expertos en explosivos de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Aseguró que el atentado es una respuesta a las acciones de la policía estatal por los aseguramientos de droga y la captura de bandas de secuestradores.
En los últimos meses la violencia se ha reactivado en la ciudad fronteriza de Piedras Negras, plaza que controla el grupo Los Zetas y por donde realizan el contrabando de droga a Estados Unidos.
Fuente : Proceso.
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