OAXACA, Oax. (proceso.com.mx).- El Ejército Popular Revolucionario
(EPR) afirmó que la masacre de Iguala en el estado de Guerrero, es un
crimen de Estado y forma parte de una ofensiva
policiaco-militar-paramilitar porque desde su lógica criminal se trata
de dar un “escarmiento” y de enviar un mensaje de terror a los que se
organizan y defienden sus derechos.
El grupo guerrillero considera que “ante esta terrible y lacerante
realidad es legítima y valida la justicia popular, se hace necesaria e
imprescindible. Al respecto toda iniciativa que emane de la creatividad
popular es válida y bienvenida”.
Respecto a las posturas del presidente Enrique Peña Nieto y del
gobernador Ángel Aguirre, calificó de “embustes del priismo asesino de
siempre y el perredismo caciquil de Guerrero que estos actos de
terrorismo puede ser obra del mítico crimen organizado”.
El grupo insurgente reiteró que lo acontecido en Iguala, Guerrero, el
26 y 27 de septiembre, “fue una masacre, un crimen de Estado, un crimen
de lesa humanidad planificado desde las altas cúpulas castrenses y
policiacas, cuya cadena de mando se extiende hasta el Ejecutivo como
jefe supremo de las fuerzas armadas”.
Considera que estos atentados son “un acto de terrorismo de Estado
que se enmarca en el plano nacional como parte de una ofensiva contra
los que se organizan y protestan ante las injusticias y arbitrariedades
de este putrefacto régimen”.
En un comunicado fechado hoy desde la comandancia de zona de Guerrero
recalcó que “los crímenes de Estado no se resuelven con un simple
‘perdón’, ni mucho menos con ‘consultas ciudadanas’ para decidir si
renuncia o se queda el gobernador Ángel Aguirre Rivero, eso no es más
que demagogia pura y retórica barata, un manotazo de desesperación ante
la creciente ira y protesta popular”.
El grupo rebelde que apareció en 1996 resaltó que “ante esta afrenta
más al pueblo ni siquiera bastan las renuncias o juicios políticos
contra funcionarios de segundo y primer nivel, se requiere la aplicación
de la justicia de acuerdo a protocolos internacionales tipificándolos
como crímenes de Estado y de lesa humanidad, si es que en verdad se
quisiera hacer justicia.
También señal que “es falso que lo que está aconteciendo en el país
se deba a la inexistencia de un Estado de derecho, como también es falso
que exista un Estado fallido. Tlatlaya en el Estado de México e Iguala
en Guerrero son sólo un botón de muestra de la existencia de un Estado
policiaco-militar y un estado de derecho oligárquico”.
El EPR señaló que “desde su trinchera de lucha exigen la presentación
con vida de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro
Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, y de los eperristas Gabriel Alberto
Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya detenidos-desaparecidos en la ciudad
de Oaxaca el 25 de mayo del 2007.
Insistió en que los 7 asesinados, 4 de ellos estudiantes, 43
normalistas más detenidos-desaparecidos, decenas de heridos varios de
ellos de gravedad, decenas de torturados, decenas de amenazados, decenas
de desplazados, el hallazgos de fosas clandestinas, no puede ser obra
del crimen organizado, ni mucho menos es un simple incidente, se trata
de una masacre, de un crimen de Estado, de un crimen de lesa humanidad
perpetrado dolosamente por los cuerpos policiacos, militares y
paramilitares como parte de la política de terrorismo de Estado que se
aplica de manera sistemática en México.
Fuente : Proceso.
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