Fue, como lo narra el actor estadunidense en su reportaje publicado en la revista Rolling Stone, el 2 de octubre pasado.
Kate del Castillo y Sean Penn. Foto tomada del Twitter de la actriz mexicana |
Una velada extravagante
Primero llegaron los cocineros. Dos hombres avituallados de enseres domésticos, mariscos y carne para asar. Eran las doce del mediodía del 2 de octubre. Alguien había llamado para reservar dos cabañas, la “Urracas” y “Colibrí”. Tres mil pesos por noche. Las dos con mejores vistas en el complejo turístico del Mineral de Nuestra Señora del Rosario, una reserva ecológica de 5 mil 500 hectáreas que cuenta con cabañas, un hotel, un museo, un observatorio y una tirolesa.
Estaría de visita, dijo el que contrató los servicios de la Reserva, a nombre de la actriz Kate del Castillo.
La Reserva pertenece a la UAS, desde 1992 y fue visitada por el gobernador, Mario López Valdez, en noviembre de 2013, con el propósito de fortalecer “el patrimonio natural y turístico de Cosalá”.
Según una investigación realizada por Ríodoce dos semanas después del encuentro, llegaron a las tres de la tarde. Con los actores iba Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.
Temporada baja, ni en el hotel de ocho habitaciones ni en las cabañas había más huéspedes. Solo estaba el personal: tres o cuatro jardineros, un biólogo, dos afanadoras y dos o tres muchachos de la escuela de Biología de la UAS que ahí hacen sus prácticas profesionales.
El encargado de la Reserva y un vigilante que trabaja para una empresa privada de seguridad, les pidieron (lo cual es inusual) que abandonaran el lugar.
Los visitantes llegaron en varias camionetas cuando todavía no caía el sol. Dos de ellas se adentraron hasta las cabañas y el resto se apostó afuera de la Reserva. Varios vehículos avanzaron por el camino que lleva a la Mina (dos kilómetros abajo) y dos o tres permanecieron afuera.
Kate del Castillo, según la información recabada, se hospedó en la cabaña “Urracas”. El Chapo Guzmán en la “Colibrí”.
Los dos y sus “colaboradores” fueron guiados en un tour por la Reserva y se dijo que Guzmán Loera se quedó maravillado con una gran jaula instalada para la protección de guacamayas.
Después del recorrido comieron mariscos y carne asada, nadie del personal presente.
La estadía, discreta siempre, terminó a las dos de la mañana del sábado 3, cuando Kate pidió que le abrieran la puerta pues le había surgido un “problema personal” y tenía que retirarse. “Luego volveremos”, habría dicho. El Chapo ya se había marchado.
Habilitadas con cinco recámaras cada una, cocina integral, comedor, sala y un baño, la cabaña que habitó Kate mostraba los restos de una tertulia tranquila. La otra cabaña lucía intacta. Solo la recámara principal tenía las sábanas ligeramente movidas, como si alguien se hubiera recostado un rato para descansar.
Del grupo que llegó ese día solo quedaron los cocineros, quienes al día siguiente abandonaron el lugar después de desayunar.
Después de estar en la Reserva, Ríodoce trató de entrevistar a Kate del Castillo. Se hizo una llamada a su casa en Los Ángeles. Una asistente respondió y pasó la llamada a la actriz. Se le aclaró quien llamaba, de dónde y para qué.
Cuando se le preguntó si había estado recientemente en Cosalá, estalló en cólera. No dio tiempo de preguntar si se había reunido con el Chapo Guzmán. Solo dijo que estaba harta que la inventaran cosas y que ella nunca había estado en Sinaloa. Luego colgó.
Un seguimiento de la información se hizo en el Instituto de Inmigración para verificar si había registro alguno de su ingreso a México. Al funcionario entrevistado en la ciudad de México y que pidió reservas con su identidad, le llamó la atención cuando se le mencionó el nombre de Kate. “Ah, no es la primera vez que nos piden ese dato…”
—¿Quién se lo pidió antes?
—La Comisión Nacional de Seguridad.
—¿Puede checarnos la fecha?
El funcionario revisa sus archivos:
— Fue la primera semana de octubre.
De acuerdo al entrevistado, el último ingreso registrado de Kate del Castillo en Aduanas, es de julio de 2015.
—¿Pudo haber ingresado sin que haya quedado registro?
— Tenemos 305 millones de cruces de frontera al año que no quedan registrados en ninguna parte.
El relato que Sean Penn hace previo a la entrevista que publica en Rolling Stone coincide plenamente con la descripción que puede hacerse de las cabañas que existen en la Reserva: la explanada donde se llevó a cabo la comida, a cielo abierto, los pasillos oscuros entre una cabaña y otra, el ruido de las motosierras, que en el complejo es incesante y hasta las paredes blancas (todas blancas, de todas las cabañas), una de las cuales sirvió de trasfondo en la fotografías que el Chapo y el actor se tomaron como testimonio del encuentro.
Lo que cuenta el actor y lo que Ríodoce encontró en sus pesquisas difiere en los tiempos, con diferencia de tres o cuatro horas. Nadie reconoció al actor y tampoco ninguna de las fuentes mencionó la presencia de los hermanos Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar en la reunión.
El viaje que Penn narra después de salir de las cabañas en medio de un aguacero, fue a Guadalajara, pues ocho horas es el tiempo que se haría a buen paso partiendo de Cosalá.
El 3 de octubre por la noche, Kate del Castillo publicó una fotografía donde aparece con Penn en el marco de una presentación privada de su tequila “Honor”.
La PGR declaró al portal de noticias Animal Político que ese evento fue la “fachada” que utilizaron los actores para reunirse con el Chapo.
Al conocerse el encuentro entre los actores y el capo, la titular de la PGR, Arely Gómez, dijo a Joaquín López Dóriga, a través de su noticiero en Radio Fórmula, que ya tenían conocimiento de ese encuentro:
“Nosotros estábamos siguiendo al abogado, y este nos lleva al encuentro de estas personas. En esos momentos no se hace el operativo porque no había las condiciones para hacerlo”.
Tres días después del encuentro estalló la persecución en los altos de Durango.
Fuente : Proceso.
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