El gallinipper (izq.) comparado con un mosquito aedes albopictus. UF/IFAS / Sun Sentinel |
“En 2004 tuvimos en Florida muchísimos mosquitos de esta especie debido a los huracanes, uno detrás de otro, y el año pasado también se registró una gran población de ‘gallinipers' a consecuencia de la tormenta tropical ‘Debbie'”, explicó en una entrevista Phil Kaufman, profesor de Entomología de la Universidad de Florida.
“Este año no sólo nos podemos encontrar de nuevo con la presencia abundante de esta especie de mosquito en el estado, sino que puede que incluso se supere la cantidad registrada en 2012, algo que no me sorprendería nada”, apostilló Kaufman.
El científico ha publicado un estudio a través de su universidad en el que alerta sobre la “molesta” posibilidad de que una nube de este tipo de mosquitos, de “picadura dolorosa”, se abata sobre amplias zonas al norte de los Everglades.
Los Everglades son un enorme ecosistema pantanoso subtropical que prácticamente ocupa todo el sur de Florida y que tiene una enorme riqueza medioambiental.
“La picadura de este mosquito duele de verdad… lo puedo atestiguar”, dijo entre risas el científico, quien explicó que “muchas larvas sobreviven en plantas que flotan en el agua donde se desarrollan”. Además, los “gallinippers” son “omnívoros y devoran a otras larvas de mosquitos e incluso renacuajos”.
De hecho, el “supermosquito” hembra puede perforar incluso un tejido fino con su largo aparato bucal y luego la piel para succionar la sangre, lo que preocupa a los habitantes del sur de Florida, habitualmente ya muy fastidiados por la larga temporada de mosquitos tradicionales que condiciona en muchos sentidos la vida diaria.
No obstante, Kaufman insiste en que existen “muy pocas probabilidades” de que este zancudo, cuyo cuerpo puede alcanzar media pulgada de largo (12.7 milímetros) y superar en veinte veces el tamaño de los mosquitos comunes, pique a los seres humanos.
“La mayor parte de la gente nunca se va a encontrar con estos mosquitos, ya que habitan en zonas húmedas y rurales”, explica.
“Si los zancudos fuesen motocicletas, este mosquito sería la Harley-Davidson”, dado su “gran tamaño”, indica el experto en su estudio.
En él, se llega a la conclusión de que es muy probable que se produzca una plaga, “muy superior” a lo que se vio en 2012, aunque todo dependerá finalmente de la intensidad de las lluvias que caigan en Florida durante el verano.
Según explica Kaufman, las hembras de este tipo de zancudo, original del este de Norteamérica, ponen sus huevos en lugares húmedos donde las larvas se reproducen con más facilidad, especialmente cuando las aguas se desbordan como consecuencia de las fuertes lluvias.
“Los huevos de este insecto que guarda semejanza con el mosquito tigre asiático pueden permanecer secos y en estado latente, dormidos, durante años, hasta que las aguas los abren”, comenta.
Para combatirlos, el científico aconseja el uso de repelentes de insectos que contengan DEET, aunque reconoce que, debido a su enorme tamaño, este mosquito puede ofrecer más resistencia que otros menores.
Otras medidas preventiva que se pueden tomar para evitar las picaduras en el periodo estival son vestir pantalones largos y camisas de manga larga, especialmente cuando se está en lugares con agua estancada tras fuertes tormentas.
En cualquier caso, este mosquito está considerado más como una fuente de molestias que como un vector de enfermedades que afecte a los animales y seres humanos.
El primer registro escrito que se guarda de la presencia de este insecto data de 1897, cuando David Flanery publicó un informe en la revista especializada Nature donde describía a esta especie como un “supermosquito”.
Fuente : ElnuevoHerald
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