El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, parece haber
encontrado la fórmula para sacar a su país, tercera economía mundial,
de un estancamiento de dos décadas.
El primer ministro Shinzo Abe tomó medidas drásticas para estimular la economía japonesa. |
Según Fung Siu, editora regional de Asia de la Unidad de Inteligencia del semanario británico The Economist, el secreto de este enfoque es su combate simultáneo de distintos frentes.
"Está usando varias herramientas de política económica al mismo tiempo y la credibilidad que ha ganado haciendo todo lo que había prometido ha generado una reacción positiva de la economía", le dijo a BBC Mundo.
Las tres patas
Abe, quien asumió en diciembre, anunció apenas comenzado su mandato una inyección adicional de más de un billón de yenes (US$104.000 millones) para estimular la economía con una inversión pública en infraestructura."Está usando varias herramientas de política económica al mismo tiempo y la credibilidad que ha ganado haciendo todo lo que había prometido ha generado una reacción positiva de la economía"
Fung Siu, The Economist
"Estas dos medidas han tenido varios efectos. El yen ha experimentado una notable devaluación que ha ayudado al sector exportador. A su vez, las importaciones se han encarecido, lo que ha contribuido a elevar la tasa de inflación y estimular a los consumidores a gastar ahora y no postergar las compras para cuando bajen los precios, la trampa de la deflación", explicó Fung Siu.
El consumo, que constituye un 60% del Producto Interno Bruto (PIB) japonés, creció un 0,9% en este primer trimestre, mientras que las exportaciones aumentaron un 3,8% de la mano de una devaluación del yen de un 30%.
"Y todavía falta aplicar la tercera pata de la 'Abenomics', la reforma interna. Abe impulsa un aumento salarial, una flexibilización del mercado laboral y de la regulación para estimular la inversión extranjera. A corto plazo, esto podría ayudar más a la recuperación", explica Fung Sui.
Problemas
En estos 20 años de estancamiento económico, Japón se ha convertido en el país con la deuda fiscal más alta del planeta: un 240% del PIB.
Si por el momento la prioridad es salir de la trampa de la deflación, a mediano y a largo plazo, el país tendrá que encontrar alguna solución a esta gigantesca deuda fiscal.
"Japón desembolsa mucho dinero por los intereses de esta deuda. Si la tasa de interés, muy baja hoy, aumenta tendrá serios problemas", afirma la editora de The Economist.
Sumado a esto, está el tema demográfico. En 1989 sólo el 11,6% de la población tenía más de 65 años: dos décadas más tarde, esa proporción se ha duplicado.
Japón es uno de los países con mayor expectativa de vida del planeta, loable logro de una sociedad que tiene un impacto económico.
"La población económicamente activa está achicándose con lo que la recaudación impositiva tiene una tendencia a la baja. Si para solucionarlo aumentan los impuestos, se pone en peligro el crecimiento económico, pero si no se lo hace, se pone en peligro el servicio de la deuda y la expansión fiscal", explica Fung Shi.
Otro de los problemas, al parecer más coyuntural, es que la bolsa japonesa se ha desplomado después de meses de ganancias. Tan sólo este jueves, el índice Nikkei cayó un 5,2%, su nivel más bajo desde abril. De este modo, ya acumula una pérdida del 13% desde la semana pasada.
Algunos analistas han visto en ello un síntoma de que la "Abenomics" está resquebrajándose.
Sin embargo, el gobierno japonés aclaró que la caída bursátil representa un "desarrollo natural" en el esfuerzo de Abe por sacar a la economía de su prolongado letargo.
¿Modelo a imitar?
La primera reacción global a la debacle, acordada por los líderes del G20, fue estimular la economía con medidas keynesianas.
La crisis de la deuda soberana que se disparó con Grecia en 2010 fue el punto de partida para una visión alternativa que priorizaba la austeridad fiscal para ganar la confianza de los inversores y salir de la crisis.
A la luz de la recesión en la eurozona y el estancamiento en el Reino Unido, los keynesianos han destacado la recuperación económica de Estados Unidos y este éxito inicial de las "Abenomics" para exigir un cambio de política en Europa.
"Japón está haciendo lo que dicen los textos de economía. Cuando la economía se contrae, hay que expandir la política fiscal y monetaria. Pero no hay señales de que vaya a haber un cambio de rumbo en Europa", afirma Feng Sui.
Consecuencias internacionales
El otro precio de la "Abenomics" es internacional. La caída del yen genera un problema de competitividad a otras naciones exportadoras como Alemania o Corea del Sur.En la eurozona, Alemania se ha opuesto hasta el momento a una devaluación del euro, algo que ha agravado los problemas de los países periféricos de la eurozona como Portugal o Grecia.
"Japón está haciendo lo que dicen los textos de economía. Cuando la economía se contrae, hay que expandir la política fiscal y monetaria. Pero no hay señales de que vaya a haber un cambio de rumbo en Europa"
Feng Sui
"Si se devalúa también el euro se podría estimular las exportaciones de Alemania y Francia. Esto serviría para la eurozona en su conjunto", afirma Scott Minerd, de la firma financiera internacional Guggenheim Patterns.
La expansión cuantitativa de Abe tiene un riesgo adicional que puede impactar a América Latina: la proliferación de la "hot money".
"Las bajas tasas de interés de los países desarrollados y la política de flexibilización monetaria hace que los inversores especulen con el dinero generado y busquen ganancias más altas en los países en el desarrollo. Esta inversión cortoplacista afecta el valor de las monedas locales y la competitividad", le dice a BBC Mundo Nicole Moussa, economista de la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
¿Guerra comercial a la vista? Una cosa está clara. Por el momento, con la cercanía de las elecciones parlamentarias en julio, estos potenciales peligros no le quitan el sueño al primer ministro Shinzo Abe.
Fuente : BBCmundo
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