Dichas demandas serán
decididas por el mismo tribunal cuyas prácticas denunció la película, la
cual será proyectada en el Juzgado 18 civil el 5 de noviembre, ya que
fue ofrecido como prueba en contra de los realizadores.
‘Presunto Culpable’ será proyectado en el Juzgado 18 civil el 5 de noviembre, ya que fue ofrecido como
prueba en contra de los realizadores.
Previamente, la Juez 17 civil estuvo a cargo del caso, pero se excusó luego de reconocer públicamente que carecía de imparcialidad para decidir.
MENSAJE DE ROBERTO HERNANDEZ DIRECTOR DE PRESUNTO CULPABLE:
Hace algunos años, junto con Layda Negrete—la madre de mis dos hijas y entonces mi pareja—tuve la oportunidad de hacer un documental que se llamó “Presunto Culpable.” El documental cuenta la historia de Toño Zúñiga; un joven injustamente condenado a 20 años de prisión por un homicidio que no cometió. Toño se hubiera quedado en la cárcel si Layda Negrete y yo no hubiéramos investigado y filmado su caso. La cinta se estrenó en cines en febrero del 2011, y a la postre se convirtió en el documental más visto en la historia de México. También ganó un Emmy como mejor investigación periodística del año cuando se transmitió por televisión en EUA, donde pudo verse sin problemas. Sin embargo, en México el Poder Judicial Federal censuró la película tres semanas después de su exhibición, iniciando así una serie de procesos legales que desde entonces no han cesado. A la fecha, Presunto Culpable enfrenta tres demandas civiles por un monto mínimo reclamado de tres mil millones de pesos, además de varias otras demandas de amparo que atacan los permisos para exhibir la película en TV, cine y DVD. Las tres demandas civiles fueron interpuestas por:
Víctor Daniel Reyes, el testigo que acusó falsamente a Toño Zúñiga, José Manuel Ortega Saavedra, el Policía Judicial que detuvo a Toño Zúñiga sin una orden de aprehensión y sin pruebas.
La familia Reyes, que reclama que el documental muestra la fotografía del cadáver del joven Juan Carlos Reyes Pacheco (tomada por peritos de la PGJDF).
Lamentablemente, en lugar de cambiar, las autoridades han preferido usar el propio sistema judicial y sus ineficiencias, para
silenciarnos. En lugar de preguntarse como es que Toño Zúñiga llegó a la cárcel siendo inocente, prefirieron negar su inocencia. En lugar de disculparse con Toño por hacerlo perder años de su vida, las autoridades prefirieron desacreditar la película y usarla políticamente. Durante su campaña para reelegirse como Presidente del Tribunal, Edgar Elías Azar usó la película para obtener el voto de sus colegas. En una sesión a puertas cerradas con el pleno del TSJDF, Elías Azar dijo que había que esperar a que el asunto se “enfriara,” y después salir a medios a decir que “este tipo” (refiriéndose a Toño)
no había probado su inocencia. Públicamente, Elías Azar ha dicho que la justicia del DF se ve mal retratada en el documental porque éste está editado mañosamente.
Pero la realidad es distinta de lo que Edgar Elías Azar quiere hacernos creer. Sabemos que Toño Zúñiga fue una de miles personas juzgadas sin Juez, acusadas sin pruebas, arrestadas sin orden de aprehensión; uno de los más de 40,000 presos que languidecen en las cárceles de la Ciudad. Sabemos, por una encuesta a presos que Layda y yo aplicamos recientemente, que 67% de los hombres y mujeres presos y sentenciados en las cárceles de la Ciudad de México en el año 2012 fueron sentenciados—según dicen—a pesar de ser inocentes.
LA INJUSTICIA QUE VIVIÓ TOÑO ZÚÑIGA
A Toño Zúñiga lo acusaron de matar a una persona con un arma de fuego, junto con una banda de narcomenudistas en Iztapalapa. Aparentemente, 5 personas habían participado en el homicidio. Pero la PGJDF detuvo solamente a Toño. Increíblemente, lo acusaron con una prueba de pólvora que resultó negativa.
También lo acusaron usando a un testigo ocular: Un joven llamado Víctor Daniel Reyes Bravo, que luego de pasar la noche en un separo del Ministerio Público, “recordó” que había visto a Toño Zúñiga en la escena del crimen. Pero Víctor Reyes desde el principio le dijo a la policía que él no vio quién disparó el arma. Y cuando en el juicio le preguntaron cómo sabía que el acusado se llamaba Toño Zúñiga, respondió que el nombre se lo habían dado los propios policías. Y cuando durante un careo Toño le preguntó que había podido formular retratos hablados del resto de los atacantes, pero no del propio Toño Zúñiga, Víctor Reyes dijo: “no deseo contestar esa pregunta”.
Las únicas pruebas que tenía la Procuraduría contra Toño Zúñiga fueron un testigo que no vio quién disparó. Un testigo que no conocía el nombre del acusado, pero que tampoco había podido describirlo físicamente antes de su detención. Una prueba de pólvora negativa. Y con eso lo acusaron de homicidio. A pesar de una acusación tan carente, el juez 26 penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, un hombre llamado Héctor Palomares Medina, condenó a Toño a 20 años de prisión.
LA FILMACIÓN: AUTORIZADA POR EL PROPIO TRIBUNAL
Layda y yo logramos reabrir el caso cuando nos dimos cuenta que el abogado que defendió a Toño Zúñiga había falsificado su cédula profesional. Sobre esa base, la Quinta Sala Penal ordenó la reposición del juicio. Días después, me reuní con un asesor de Guadalupe Carrera Domínguez, entonces Presidente del Tribunal, para plantearle que deseábamos filmar el juicio. Me preguntó que por qué deseaba hacer esto. Contesté que los mexicanos necesitábamos entender mejor nuestra justicia. Le dije que el TSJDF no podía seguir encarcelando gente inocente, y que para cambiar era fundamental hacer un gran esfuerzo
de pedagogía pública. Guadalupe Carrera Domínguez estuvo de acuerdo, y nos concedieron el permiso de filmar.
Semanas después estábamos filmando en el juzgado 26 penal. Esperábamos que la Policía Judicial viniera a dar lo mejor de sí para defender su investigación. En lugar de eso, José Manuel Ortega Saavedra, el Policía Judicial que arrestó e interrogó a Toño vino a decir que ni siquiera recordaba el asunto. “Y si usted fue detenido por mis elementos y se encuentra detrás de estas rejillas, es porque usted es el responsable. Por algo está usted aquí.” Esa fue la respuesta del judicial cuando durante un careo Toño le preguntó con qué pruebas le acusaba. La Fiscal Marisela Miranda Galván no se atrevió a explicar de forma pública sus razones para acusar a Toño. Presentó las conclusiones del caso en un disquete. “Porque es mi chamba” fue la
respuesta que recibió Toño cuando le preguntó por qué lo acusaba. Y después el juez Palomares reiteró la sentencia de 20 años de prisión.
Así operaban y así operan las autoridades que deciden el alcance de nuestras libertades. Es ante el mismo Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal cuyas prácticas denunciamos con Presunto Culpable ante el cual Layda Negrete y yo estamos siendo demandados por $3,000,000,000.00 millones de pesos. Juzgados con los mismos métodos absurdos que denunciamos en Presunto Culpable, litigamos por nuestro derecho a la libertad de expresión. Litigamos contra quienes robaron su libertad a Toño Zúñiga. Desde marzo del 2011, a la fecha, no hay una sola sentencia en nuestra contra. El juicio largo, ineficiente y absurdo es el dique que la autoridad opone para que nadie más se atreva a cuestionarla.
El proceso mismo es el castigo.
Mientras tanto, gracias a que tenemos un Poder Judicial que no sirve como mecanismo de rendición de cuentas, México sigue teniendo policías con armas pero que carecen de reglas. Policías que tienen órdenes pero que carecen de leyes. Policías con patrullas y uniformes pero maltratados por el Ministerio Público que los comanda. Y defensores anémicos incapaces de hacer rendir cuentas a la policías y fiscales que arrestan sin pruebas, y que obtienen condenas sin haya jueces jueces en los juicios. No descansaremos hasta que esa realidad cambie.
Fuente : Aristeguinoticias
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