Trabajadores de Lexmark en Chihuahua. Foto: Especial |
La empresa les había prometido un incremento de seis pesos diarios pero no les ha cumplido. Otros trabajadores demandan el pago de vacaciones porque no las han tenido en cuatro años y otros exigen información sobre el rendimiento de su fondo de ahorro.
Por exigir ese derecho están sin empleo, sin dinero de liquidación, sin aguinaldo y viven amenazados.
Todo comenzó en octubre con la petición de incremento salarial. En Lexmark hay tres niveles de producción: A, B y C a los que los obreros ascienden según el número de celdas, líneas o procesos que generen. A mayor producción mayor salario. Quienes se encuentran en el nivel A ganan entre 85 y 105 pesos diarios; los del nivel B, entre 112 y 114 y los del nivel C, entre 114 y 120.
La mayoría de los trabajadores que están en plantón eran del nivel C pero una semana antes de aplicar el aumento de seis pesos les avisaron que por un cambio en los procedimientos, su salario quedaría estancado hasta el 2016 y además tenían que aprender el nuevo proceso para obtenerlo.
Primero 65 obreros buscaron asesoría legal, luego se unieron más hasta sumar 81. Les dijeron que por ley no podían obligar a la empresa a incrementar los seis pesos prometidos y la opción era crear un sindicato independiente a través del que podrían revisar las condiciones laborales.
Actualmente, comenta Susana Prieto Terrazas, abogada de los trabajadores en conflicto, los aumentos son discrecionales, “se los entregan sólo a los consentidos, no se los dan por desempeño ni antigüedad, por eso promovieron la constitución de un sindicato independiente”.
La única opción que prevé la ley para impedirlo es que se emplace a huelga por el equilibrio de patrones de producción. Así podrían revisar las condiciones laborales y el aumento del sueldo, explica la abogada.
La idea, dice, es que las empresas multimillonarias otorguen salarios base dignos a sus empleados y que no integren los bonos de puntualidad y producción a sus sueldos porque estos últimos no influyen en la pensión, aguinaldo y otras prestaciones.
El 3 de noviembre pasado el grupo de trabajadores inconformes acudió a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje para solicitar la creación de su sindicato. El presidente del organismo Joaquín Barrios les informó de manera verbal que en 60 días tendría que darles una respuesta.
De manera simultánea instalaron una carpa afuera de la planta de Lexmark y empezaron a repartir volantes afuera de la empresa para concientizar a sus compañeros sobre la situación laboral, refirió Prieto Terrazas.
La inconformidad alcanzó también a las plantas de Foxconn y de Eaton Busmann donde se instalaron plantones. En Scientific Atlanta de México, que pertenece al corporativo de Foxconn, también solicitaron la creación de un sindicato, por las mismas condiciones de trabajo.
En Eaton exigen el pago de vacaciones que han laborado porque la planta nunca cierra o les cambian días de vacaciones por faltas. Además denuncian el robo de intereses del fondo de ahorros porque de nueve mil pesos que invierten les dan sólo 80 pesos de intereses.
Conciliación y Arbitraje, con la empresa
La Junta Local de Conciliación y Arbitraje, denunció la abogada, filtró a Lexmark la lista de empleados que solicitaron la creación del sindicato y empezó la represión y el hostigamiento.
“Las maquiladoras en Juárez tienen seguridad mayor que en los Ceresos. Los guardias de seguridad vigilan los barandales, las bardas e intensificaron la seguridad, como los celadores en el Cereso. En todas las maquilas, nadie entra ni sale sin permiso”, acusa Susana Prieto.
Ya ubicados los trabajadores que buscan conformar el sindicato, la empresa empezó a presionarlos para cometer infracciones laborales. Por ejemplo a los del movimiento los tenían horas esperando y luego les imputaban faltas, explicó la defensora de los obreros.
Los descansos obligados por retardo son de tres días que se les descuentan del salario pero no consecutivos, los obreros deben pagar uno por semana y sólo de martes a jueves porque lunes y viernes hay mayor producción.
Debido a que no habían laborado un día les quitaban su bono de puntualidad y les disminuyeron el de despensa y del fondo de ahorro. De 700 u 800 pesos su salario bajaba a 400 pesos a la semana. Y “así trabaja toda la industria”, asegura la abogada.
Y el gobierno también
Según la abogada, el gobierno del estado aconsejó a la empresa no liquidar a los obreros. “El común denominador era que si alguien quería hacer un sindicato lo despedían pero ahora el gobierno les recomendó hostigarlos para obligarlos a renunciar”, afirma Prieto.
Y así fue, el hostigamiento fue en aumento. La empresa colocó cámaras en su lugar de trabajo y en la carpa donde mantenían el plantón y al resto de los trabajadores les prohibieron hablar con los del movimiento.
Luego cambiaron sólo a los disidentes a una celda llamada Reman 1, donde tenían que realizar trabajos para los que no estaban preparados. Tenían que descomponer cartuchos de tóner sin protección, lo que les afectó cara y nariz y presentaron problemas de conjuntivitis, entre otros.
Debido a que no sabían cómo trabajar en esa área bajó su nivel de producción así que los aislaron al centro de la planta, en un área llamada Almacén.
Cansados de la situación los días 7 y 8 de diciembre alrededor de 700 trabajadores hicieron paro técnico en una de las plantas de Lexmark, y el 9 y 10 y paró otra de las plantas.
En todos los casos los directivos pidieron al resto de los trabajadores que se fueran, les llevaron transporte especial y les pagaron el día para que no creciera el movimiento.
Sólo corrieron a los 81 obreros que solicitaron la creación del sindicato y llamaron a dos unidades de la Policía Ministerial y una de la Policía estatal para detener a una trabajadora que tenía un silbato que usaba para mantener alerta a sus compañeros sobre la movilización.
Los obreros lograron resguardarla e impedir su arresto pero no su despido. Además creció el miedo entre los empleados porque el mensaje fue que podrían ser privados de su libertad si insistían en la movilización.
Los 81 empleados despedidos sin liquidación tienen entre cinco y 13 años de antigüedad y sus edades van de los 25 a los 59 años. La mayoría son operadores y hay dos jefes de línea.
A ellos se sumaron 19 empleados más que fueron enviados a la Junta de Conciliación y Arbitraje el viernes pasado.
“Les dijeron que tienen dos opciones: o les pagaban su indemnización o los reinstalaban porque eran inocentes. Con ese anuncio casi creo que buscan tener un antecedente (las autoridades y empresarios) para decir que con ellos sí se pudo negociar y con los otros no porque están en conflicto”, considera Susana Prieto.
Y advierte que el movimiento de la industria maquiladora va a ir en aumento porque los juarenses están cansados de los bajos salarios y tratos denigrantes.
“En Ciudad Juárez hay sobre oferta de trabajo en las maquiladoras, buscan traer 17 mil empleados. La empresa Foxconn ya trajo mil personas de Palomas y de Ascensión, pero la situación se va a agudizar en Juárez porque no hay infraestructura para traer a tantas familias y están relegando a la gente de la ciudad en salarios.
“La mano de obra de Ciudad Juárez alcanzó los niveles de cantidad y calidad, lo han presumido, pero lo que no dicen es que es el salario más bajo del país en la industria maquiladora. Hacen lo que les da la gana con los trabajadores a raíz de contratación de gente de Chiapas, Tabasco y Veracruz que cuando vienen acá no juntan ni para regresar a su pueblo”, acusa Prieto Terrazas.
Los trabajadores, dice, aguantan porque hay la amenaza constante de parte del gobierno, de que la industria maquiladora se irá, lo que es mentira.
“Ya se fueron una vez (con la violencia) y llegaron los chinos. Se fueron a países como China y no la hicieron, en ningún lado les van a tolerar lo que hacen aquí, sólo en Chihuahua. Ahora que regresaron, que necesitan mano de obra, los gringos hacen lo que quieren: tiran sustancias al subsuelo, no prenden ni el aire acondicionado de una a cuatro de la tarde para abaratar el costo de la luz, porque a esa hora aplican la tarifa más alta, la triple A”, asegura.
Desprestigio a defensores
Durante su comparecencia ante la comisión de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Congreso del estado, celebrada la semana pasada, el secretario del Trabajo y Previsión Social estatal, Fidel Pérez Romero, culpó a abogados “deshonestos” de desestabilizar Ciudad Juárez por apoyar a trabajadores de las maquiladoras.
Sin embargo, en entrevista aseguró que no han entablado ninguna demanda contra abogados y reconoció que Juárez tiene el mayor número de demandas en el sector maquilador, con tres mil 28 denuncias.
En su comparecencia habló afirmó que en Ciudad Juárez hay 450 abogados que en 2015 atendieron 13 mil 900 demandas laborales y sólo dos litigantes concentran el 21% de la totalidad de demandas, pero no dijo nombres.
Al respecto, Prieto Terrazas señaló: “De arranque no puedo ser una extorsionadora con el poder que tienen esas empresas, no se les puede creer, los trabajadores están bien conscientes de la lucha que emprendieron y mi compromiso es social, porque en esto no voy a ganar económicamente, no tengo esa necesidad. Mi intención es retribuir algo a los cautivos de hacienda que son los pobres y trabajadores, un poco de lo que ellos nos dan”.
La semana pasada, en la tribuna del Congreso local el diputado del PAN Rogelio Loya Luna propuso exhortar a las autoridades federales y estatales a que intervengan en el conflicto laboral entre trabajadores y diferentes maquiladoras en Ciudad Juárez.
En particular sugirió que secretario del Trabajo y Previsión Social, Fidel Pérez Romero y el delegado de esa dependencia Cutberto Medina Cervantes, implementen mecanismos manera coordinada para atender la problemática entre los empleados y las empresas, con el fin de resolver el conflicto laboral.
Solicitó que las autoridades implementen mesas de diálogo en las que estén representados los trabajadores y las empresas, para construir consensos inmediatos y también exhortó a la Junta de Coordinación Parlamentaria cree una comisión especial conformada por tres diputados, para dar seguimiento y coadyuvar en la búsqueda de alternativas de solución al problema.
El legislador recordó que la industria maquiladora y manufacturera contribuye al 40% del empleo formal total y constituye el 98% de las exportaciones chihuahuenses.
Pidió un alto a los despidos injustificados, acoso y hostigamiento laboral por parte de Lexmark. “En Ciudad Juárez pararon todas sus líneas de producción, hecho que derivó en pérdidas de hasta seis millones 250 mil dólares, cifra que en nada se traduce en las cantidades millonarias que anualmente amasan estas empresas con la sangre, el sacrificio de la mano de obra mexicana”, subrayó.
Fuente : Proceso.
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