MÉXICO, D.F. (apro).- Luego de la sorpresiva renuncia del Papa
Benedicto XVI, distintos medios de comunicación se han dado a la tarea
de plantear diferentes hipótesis sobre los motivos que orillaron al
jerarca de la iglesia Católica a tomar dicha decisión.
Este jueves,
por ejemplo, la revista italiana Panorama dio a conocer que el Papa
recibió en diciembre último un documento, redactado por tres cardenales
de primer nivel, en el que se detallaba un “panorama terrible” de la
actual situación de la Curia Romana.
Según la revista, el expediente
también hacía referencia a “las resistencias al cambio y a la operación
de transparencia y limpieza que quería Joseph Ratzinger”.
El
dossier incluiría los textos de entrevistas privadas con prelados,
laicos y religiosos, realizadas por los purpurados Julián Herranz,
Salvatore de Giorgi y Josef Tomko, los miembros de la comisión
cardenalicia encargada de investigar el origen de la filtración de
documentos conocida como Vatileaks.
Se trata, según la revista, de
la segunda parte de un informe cuyas primeras conclusiones habían sido
reportadas al Pontífice en el mes de julio de 2012.
“Ratzinger sale
duramente probado del coloquio con la comisión investigadora. Encuentra
la fuerza de hablar sólo con el hermano Georg. Se confiesa admitiendo,
quizás, de haber descubierto un rostro de la Curia vaticana que no había
jamás imaginado”, apunta el medio italiano.
El diario The New York Times (NYT) también aportó otros elementos adicionales.
Informó que las conferencias y libros presentados sobre el
encubrimiento de la Iglesia a Marcial Maciel durante la visita del Papa
Benedicto XVI a México, en marzo del año 2012, habrían persuadido al
pontífice para considerar la idea “de hacerse a un lado”.
El pasado
martes 12, NYT publicó que la renuncia del Papa se realizó en momentos
en los que el catolicismo “enfrenta escándalos de corrupción y
pederastia en el mundo”, de acuerdo con lo revelado por un experto
italiano y oficiales del Vaticano.
“Aparentemente, Benedicto XVI no
se sintió a la altura de la tarea de presidir una institución que ha
carecido de un líder fuerte por una década, desde que Juan Pablo II
comenzó a sufrir del mal de Parkinson”, difundió el diario neoyorquino.
La visita a México de Benedicto XVI, agregó, fue ensombrecida por los
casos de violaciones y pederastia de Marcial Maciel, fundador de los
Legionarios de Cristo, “una poderosa y conservadora orden religiosa con
lazos cercanos al papado de Juan Pablo II”.
De acuerdo con el
rotativo, “durante la visita, grupos de víctimas y otros abogados
organizaron conferencias de prensa y otros eventos para llamar la
atención a lo que ellos veían como una mancha negra de la Iglesia en
abusos sexuales, aunque Benedicto XVI, cuando era jefe oficial de
doctrina, había abierto la investigación contra el padre Maciel”.
Expertos del Vaticano dijeron al diario que “Ratzinger podría servir
mejor a la Iglesia renunciando”, una decisión momentánea con muchas
consecuencias que aún no se entienden.
El exsacerdote mexicano
Alberto Athié participó entre los grupos que denunciaron las presuntas
complicidades de encubrimiento de pederastia entre Maciel y el
pontífice, informó NYT.
Athié es autor, junto con José Barba y
Fernando M. González, del libro La voluntad de no saber. Lo que sí se
conocía sobre Maciel en los archivos del Vaticano desde 1944 (Grijalbo),
que fue presentado en Guanajuato el 24 de marzo de 2012, durante la
visita de Benedicto XVI.
Sobre el viaje que el Papa realizó a
México, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, dio a conocer que
Benedicto XVI sufrió una caída, pero eso no fue determinante en su
renuncia.
“No puedo desmentir este episodio, puedo afirmar que de
todas maneras no fue relevante ni para el viaje, de tal suerte que no
influyó en lo más mínimo en la gira que, como todos sabemos, prosiguió
sin problemas”, indicó. El diario La Stampa de Turín publicó que, de
acuerdo con un prelado, Benedicto XVI sufrió un accidente nocturno que
le provocó una herida en la cabeza en su viaje a México, en marzo de
2012.
El hecho ocurrió la madrugada del 25 de marzo de ese año en su
habitación en el Colegio Miraflores de la ciudad de León, y como se
trató de un pequeño corte, la delegación apostólica decidió no
divulgarlo.
“Sus colaboradores le preguntaron qué había ocurrido. El Papa dijo que se había caído”, indicó el prelado al medio italiano.
La fuente explicó que el Pontífice se había levantado para ir al baño
y, como ocurre cuando uno despierta en la madrugada en un ambiente no
habitual, no encontró el interruptor de la luz y entonces se movió en la
oscuridad.
La almohada de su cama y la alfombra de su habitación quedaron manchadas de sangre.
Como la herida no era profunda ni preocupante, todo se hizo desaparecer
y se prefirió no dar a conocer la noticia a los medios de comunicación,
añadió el prelado.
“En las horas sucesivas, entre el baño de
multitud y otras cosas, Benedicto XVI no se lamentó en lo absoluto. No
tuvo problemas al usar la mitra que le pusimos en la cabeza durante la
misa en el Parque Guanajuato-Bicentenario”, aseguró la fuente.
“Todo salió bien y sólo en la noche, al regreso a la residencia de las religiosas, se medicó de manera más cuidadosa”.
El lunes pasado, cuando el Papa anunció de forma sorpresiva su
renuncia, el diario vaticano L’Osservatore Romano sostuvo que su
decisión había sido tomada tras el viaje apostólico a México y a Cuba,
sin agregar detalles.
Benedicto XVI estará oculto del mundo
El
propio Benedicto XVI salió al paso de las especulaciones sobre su
posible influencia en el cónclave para elegir al nuevo Papa u ocupar en
el futuro cargos en algún dicasterio vaticano, y aseguró que permanecerá
oculto del mundo, como en días pasados lo anunció el portavoz de la
Santa Sede, Federico Lombardi.
“Estaré retirado en la oración,
oculto al mundo, aunque siempre cerca de todos ustedes”, precisó el
Pontífice en un encuentro con los párrocos romanos realizado en la sala
Pablo VI del Vaticano.
Añadió:
“Tenemos que trabajar para que se realice verdaderamente el Concilio Vaticano II y se renueve la Iglesia”.
En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano envió una carta al
Papa la que manifiesta que “con estupor, pero también con espíritu de
fe”, el pueblo de México ha recibido la noticia de su renuncia, después
de haber examinado reiteradamente ante Dios su conciencia.
Destaca que al pueblo mexicano se vio alentado con su mensaje de no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal.
La carta, firmada por el cardenal Francisco Robles Ortega, presidente
de la CEM, agradece al máximo líder de la Iglesia católica “por
ayudarnos a tomar conciencia que, siendo destinatarios del amor divino
debemos convertirnos en instrumentos de su caridad, asumiendo
solidariamente nuestras responsabilidades para favorecer un desarrollo
integral, del que nadie quede excluido”.
Al referirse a la visita del Pontífice que realizó a México el año pasado, puntualizó:
“Siempre guardará el recuerdo de su amorosa solicitud, manifestada en
su inolvidable Visita Pastoral, en la que nos animó a no dejarnos
amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valientes y trabajar para que
la savia de nuestras raíces cristianas haga florecer nuestro presente y
nuestro futuro, y así, mediante un esfuerzo solidario, renovar a la
sociedad desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en
paz para todos”.
Fuente : Proceso
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