Enrique Peña Nieto lanzó su estrategia para combatir el cambio climático en
México y de paso impulsar estas acciones como una vía de desarrollo
sustentable, sin embargo entre las 18 líneas de acción se contempla la
eliminación de los subsidios a la luz eléctrica y al agua, así como la
aplicación de los precios reales de los insumos.
“Ajustar gradualmente las tarifas de
uso doméstico de electricidad y agua a los precios reales de mercado,
con la aplicación de medidas compensatorias para grupos vulnerables”, es
el planteamiento federal.
El argumento plantea que esto es
necesario para “incentivar el incremento de la eficiencia tanto del
consumo energético como de agua” y darle a estas medidas económicas un
“enfoque climático”.
Distribuidos en tres puntos, el gobierno federal plantea que se requiere determinar tarifas energéticas conforme a un análisis de ciclo de vida que considere el costo de las emisiones del gas invernadero.
Sin embargo, la modificación, al alza o a
la baja, de las tarifas de consumo de estos insumos es y será, la
manzana de la discordia.
Por un lado, la sociedad –incluida la
Iniciativa Privada– abogan por la disminución de los precios al ver
afectado su bolsillo –sobre todo en el contexto del llamado gasolinazo que mes a mes incrementa el valor del combustible–; mientras que las empresas paraestatales –la CFE yPemex– defienden la aplicación de este tipo de medidas para evitar la quiebra.
En este sentido, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra),
a través de su presidente Rodrigo Alpízar Vallejo, considera que el
aumento de tarifas eléctricas de 8.54% para mayo lesiona la
competitividad de la industria, razón por la que buscaría un diálogo con
laSecretaría de Hacienda y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para encontrar otras opciones con respecto a dicho aumento.
Ambos se niegan a realizar cambios en el mecanismo para determinar esa tarifa.
En este sentido, hace unos meses la Cámara de Diputados recibió de la SHCP un
informe en el que advierte que reducir los cargos de las tarifas
eléctricas significaría un mayor incremento en los subsidios, lo que
agravaría la situación financiera de la CFE.
“(Reducir las tarifas eléctricas) tendría, consecuentemente, un impacto regional y nacional en los planes de inversión en infraestructura eléctrica para hacer frente al incremento de la demanda”, señala el documento.
Esto en respuesta a la solicitud presenta por el pleno cameral el pasado 9 de abril para que, con la Secretaría de Energía (Sener),
instrumentara un programa de reducción de las tarifas eléctricas para
la región de la Huasteca Potosina y la Zona Media, ante las elevadas
temperaturas que se registraron recientemente y fueron la causa de
incendios forestales.
La SHCP también mencionó que el gobierno
federal otorga un apoyo implícito a través de tarifas eléctricas
deficitarias y otro por medio del programa Oportunidades,
además de que en cumplimiento con los compromisos con las familias de
menores recursos, desde 2007 se otorga un apoyo adicional que
actualmente asciende a 60 pesos mensuales para cada una de las 5.4
millones de familias beneficiarias de dicho programa social.
No obstante, el documento oficial
destaca que las tarifas eléctricas, en particular las aplicadas al
sector doméstico, no alcanzan a cubrir los costos de generación, transmisión y distribución de la energía.
También subraya que las tarifas
domésticas consideran de manera implícita las características
socioeconómicas de la población al direccionar y concentrar el beneficio
en los usuarios de bajos consumos, asociados a menores ingresos al
pagar menores cargos tarifarios.
Por ello, plantea que cualquier apoyo
adicional al consumo de energía eléctrica debe ser otorgado por el
gobierno estatal o local, a través de los programas específicos
incluidos en sus presupuestos de egresos, ya que de esta manera se
evitará distorsionar aún más el costo del servicio eléctrico y comprometer la situación financiera del organismo suministrador.
Así, se augura que en las próximas
semanas suba de tono el debate en torno la eliminación de los subsidios a
la luz eléctrica y al agua y la aplicación de los precios reales de
los insumos, sobre todo al tratarse de un tema que tendría un
repercusión directa en el bolsillo de los mexicanos y que no son vistos
como una solución real para el tema energético de fondo.
Numeralia
Con motivo del debate legislativo en los ajustes a las tarifas eléctricas, el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados destacó las siguientes estadísticas:
* La CFE contaba con cerca de 36
millones de clientes a mediados de 2012 y de acuerdo con sus
estimaciones, crecerá anualmente en un millón en los próximos años.
* El consumo doméstico constituye 24.9%
de los ingresos clientelares de la CFE pese a que congrega a 88.41% de
los consumidores de la paraestatal.
* El sector industrial representa más de 50% de las ventas de CFE pese a que sólo equivale a 1% de los clientes.
* La CFE cuenta con 246 centrales generadoras contando 32 que eran operadas por la extinta Compañía de Luz y Fuerza.
* La Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP) determina la tarifa que los distintos usuarios del
servicio eléctrico deban pagar.
* Las tarifas destinadas a los hogares
son clasificadas por el nivel de consumo en ocho rangos (1, 1A, 1B, 1C,
1D, 1E, 1F y DAC) de los cuales los siete primeros están relacionados
con la temperatura media de cada región.
* La tarifa doméstica 1 básica tuvo un desliz anual entre 2 y 4 centavos por kw/h entre 1996 y 2012.
* Las tarifas comerciales están clasificadas en tres categorías: 2, 3 y tarifa de media tensión.
* Los precios de la energía industrial
en México alcanzaron un promedio de diez centavos de dólar
estadounidense por kw/h en 2007, indicador superior a la tarifa para
este mismo servicio en países como Noruega, Francia, Estados Unidos,
Corea del Sur, Polonia o España.
Fuente: Pulso ciudadano y Alto nivel
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