Julia Alonso, una de las madres en busca de su hijo desaparecido. Foto: Germán Canseco |
A través de su cuenta de twitter @JuliaAlonso15, quien se lanzó sola a la protesta, ha solicitado apoyo a diversos activistas y a la ciudadanía para que la ayuden a instalarse en la calle a pesar de la lluvia que cae sobre la Ciudad de México.
Algunos de sus tuits han sido: “SOS necesito carpas por favor ayuden. Madres en busca de sus hijos”. “El juez q absolvió a Raúl salinas y la mayoría del poder judicial están podridos es una especie depredadora”. “#Desaparecidos #Solidaridad: me faltan tarimas y ayuden me por favor”. “Solicito ayuda urgente necesito
tarimas para instalar el campamento afuera de segob”. “Me podrían ayudar ya estoy afuera de SEGOB. Y no he conseguido carpas”.
Alonso, junto con Margarita López, encabezó una huelga de hambre de diez días en noviembre pasado, también afuera de Segob, la cual levantaron al recibir promesas de los funcionarios calderonistas de que buscarían a sus hijos. En esa ocasión, Julia Alonso estuvo a punto de ser hospitalizada porque corría riesgo de sufrir un coma diabético, según los paramédicos que la atendieron.
El mes pasado su compañera de ayuno, Margarita López –quien en mayo realizó una segunda huelga con una decena de madres–, recibió los restos de Yahaira Guadalupe, su hija, pero Julia Alonso considera que en su caso no hay avances. Ella vive en Estados Unidos a partir de que recibió amenazas por sus investigaciones sobre el paradero de su hijo.
Uno de sus mensajes va dirigido hacia el titular de Gobernación, a quien le cuestionó: “Hasta cuándo vamos a tener que implorar por la justicia para nuestros desaparecidos @osoriochong”.
Uno de sus tuits recientes menciona: “Gracias a todos los compañeros que me están apoyando. Son por nuestros hijos”. En su perfil de la red social, la mujer se describe de esta manera: “Orgullosa de ser Guerrerense incansable madre en busca de un mundo mejor. No hay camino para la paz la paz es el camino Gandhi”.
El año pasado, la guerrerense envió una carta a su hijo que fue publicada por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), en la cual escribió: “Mi hermoso hijo Julio, hoy se cumplen cuatro años de tu ausencia y quiero decirte que no he dejado de buscarte y que mi corazón está contigo. Deseo que el camino se alce para encontrarte, que el viento esté siempre a tus espaldas, que el sol brille cálido sobre tu rostro, que la lluvia caiga suave sobre tu cara. Hasta que volvamos a encontrarnos que Dios te tenga en el hueco de su mano divina. Atentamente, una madre cuyo corazón humildemente cuelga como un botón triste por tu ausencia”.
En la página del Movimiento también está el testimonio que dio esta mujer para el informe presentado por el MPJD, Cencos y Serapaz ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el 27 de octubre de 2011, en el cual señala:
“Estando en Monterrey Julio Alberto López Alonso se comunicó con su hermano Fabián el día 12 de enero de 2008, aproximadamente a las 15:00, y le comentó que iba a reunirse con Leonardo Garza y Oscar Chavana, después de pasar a dejar una amiga, que se quedó a dormir y quedaron de seguir en comunicación, hablándose en los lugares donde hubiera señal de teléfono, porque Fabián iba viajando hacia Monterrey para asistir a la fiesta de despedida de una amiga de ellos de nombre Cinthia; más tarde, como a las 18:45, Fabián intentó comunicarse de nuevo con Julio Alberto, él ya nunca más volvió a responder.
“Después supimos que Julio Alberto, Oscar Chavana, Daniel Treviño y Leonardo Garza estuvieron esquiando en la presa de la Garza en Santiago, Nuevo León, y que sacaron la lancha con la que estuvieron esquiando para después llevarla a una bodega que está en Puntas Cristalinas, en la misma presa, y de ahí salieron posiblemente con rumbo hacia Monterrey, pero en el trayecto desaparecieron y lo único que hemos sabido por una llamada anónima a unos de los familiares de Leonardo es que fueron vistos en el camino que va hacia Monterrey, cuando un grupo de hombres fuertemente armados con uniformes aparentemente de policías los estaban bajando violentamente, golpeándolos en la camioneta donde viajaban para subirlos a otras, y desde ese momento no hemos vuelto a saber nada de nuestro hijo ni de ninguno de los otros tres muchachos.
“¿Quiénes son los responsables? No lo sabemos con seguridad, lo que sí sabemos es que de acuerdo con la llamada que recibieron los familiares de Leonardo Garza los hombres que se llevaron a estos muchachos iban uniformados, portaban armas de uso exclusivo de la policía y de las fuerzas armadas, y es mucha coincidencia que en ese mismo municipio meses después se confirmó la colusión de la policía municipal y estatal con miembros del crimen organizado. Estos policías trabajaban para las bandas locales deteniendo a personas, no sabemos con qué criterio, pero las entregaban a dichas bandas de criminales para pedir rescate a las familias, para ponerlas a trabajar de manera forzada en actividades criminales bajo la amenaza de matar a su familia si no hacían lo que se les indicaba, y quién sabe que más cosas.
“Una cosa es muy cierta, desde ese 12 de enero de 2008 no hemos vuelto a saber nada, absolutamente nada de nuestro hijo Julio Alberto ni de ninguno de los demás muchachos desaparecidos, a pesar de que los hemos buscado en los pueblos, en los alrededores, en los cerros, en los montes aledaños y nadie, nadie absolutamente los ha visto; ya levantamos las denuncia correspondientes ante las tres instancias de gobierno, la municipal, la estatal y la federal, y seguimos sin tener resultado. Cada mes, y acompañados por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, nos desplazamos de la Ciudad de México hasta la ciudad de Monterrey para pedirle al gobierno estatal que nos informe sobre los avances de las investigaciones acerca de los muchachos desaparecidos, y nos responden siempre con resultados y avances nulos, no hacen nada, no investigan, sólo giran oficios y hasta ahora no hay una investigación de campo, todo es puro papel y nada de resultados.
“Sospechamos que hay autoridades involucradas en las desapariciones de Julio Alberto, Oscar, Leonardo y Daniel, porque sabemos que está comprobado que existen averiguaciones y policías detenidos a causa de otras desapariciones, donde consta que efectivos de las policías municipal y estatal actúan conjuntamente para ejecutar, secuestrar, cobrar derecho de piso y torturar a personas, algunas probablemente con nexos de bandas criminales, pero la mayoría son ciudadanos comunes y corrientes que nada tienen que ver con el crimen organizado, y es mucha la casualidad que estos jóvenes desaparezcan en el sector que es el área de influencia en contubernio con policías, y así se ha manifestado, debido a las detenciones que se han hecho en la zona, donde incluso un presidente municipal fue muerto a manos de sus propios agentes de seguridad por órdenes de la delincuencia organizada. Además, es inverosímil que desde hace tres años y nueve meses no haya habido algún avance en las investigaciones, a pesar de que se les ha insistido por todos los medios posibles a nuestro alcance, incluyendo visitas mensuales por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad a la Procuraduría de Justicia del estado de Nuevo León, ni a través de recomendaciones del Poder Ejecutivo.”
Fuente : Proceso
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