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lunes, 17 de diciembre de 2012

Democracia de telenovela

La escena del Teletón 2012 es como un recorte de fotografía salido de un fino estudio. Enrique Peña Nieto, como casi siempre, con el corte de pelo impecable, la sonrisa esmaltada,  feliz junto a su esposa, Angélica Rivera, rostro clásico de la belleza de las telenovelas del Canal de las Estrellas. Repite el mensaje que resuena como eco de altavoz en esta nueva administración, hay que ver al país con optimismo, sí puede cambiar:
Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto en campaña. Foto: Germán Canseco
Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto en campaña.
Foto: Germán Canseco
  “¿Qué nos mueve? Nos mueve el amor por México, nos mueven las ganas, el orgullo, nos mueve un nuevo impulso, la fuerza de un nuevo espíritu, nos mueve que pensamos de otra manera”


No es un secreto que Televisa estuvo detrás de la publicidad de Enrique Peña Nieto durante la contienda presidencial. “Proyecto Jaime” se denominó la campaña que elaboró Pedro Torres, gran productor de telenovelas en el Canal Dos, como documentó el periodista Jenaro Villamil. Esos anuncios sobresalían respecto de sus adversarios, más bien elementales y accidentados.

Los anuncios de Peña Nieto siempre mantuvieron un aire meloso: pueblos sin suciedad, la paz a brote, la luz perfecta, los colores más nítidos. En ellos se apeló a la ilusión típica mexicana, “el sí se puede”, las ganas como filosofía de vida, “jalar todos parejo”… Frases clásicas de la forma de pensar tipo “Fundación Televisa”. Por cierto, esta empresa ganó 712 millones 514 mil pesos por concepto de spots, entrevistas y reportajes especiales sólo en el primer año de Peña Nieto como gobernador del Estado de México.
El sexenio inicia congruente respecto a la historia de Peña Nieto, el gobernador que más incrementó el presupuesto en publicidad, al pasar de 6.9 millones de pesos en 2005 a mil 335 millones en 2010 (Fundar y Artículo 19).
Salir de la pobreza depende de todos, también regresar la paz, la violencia demencial del narcotráfico se acabará con la buena fe de cada uno de nosotros…. Vaya, sólo es cuestión de creer y buenos deseos. El optimismo como máxima de la patria.

“Nuestros estudiantes califican por debajo de otros países, entonces no se puede; pero tenemos premios Nóbel, entonces sí se puede”: Gobierno de la República (campaña de inicio de sexenio).

Esta melosa palabrería cuesta. La campaña de Peña Nieto fue la que más dinero desperdigó, mil 817 millones de pesos, de acuerdo con cifras del Frente Amplio Progresista. Esto, de lo que se sabe oficialmente, más todos las trampas infinitas con las que compró no sólo a los mejores publicistas, sino a los dueños del negocio.
Peña Nieto le dio a Televisa millones durante su periodo como gobernador del Estado de México y le encargó la imagen de su campaña, es más, hasta la exclusiva difusión de su boda con Angélica Rivero. Son socios en este negocio. Están juntos, los une su complicidad.
Esta es la democracia de telenovela, donde lo que prevalece es acongojar a los televidentes-electores. Qué importa  la reputación del nuevo gabinete, el tufo a corrupción que hiede de otros, el historial represor de unos más, el sometimiento que le deben a su jefe, Carlos Salinas de Gortari, los negocios que ya pactaron con quienes les patrocinaron la campaña. Es lo de menos, cobijados en la garantizada impunidad del poder, los políticos de la era Televisa saben que lo verdaderamente importante es ganarse la simpatía de los votantes, pareciera que su máxima es: conquistemos sus corazones como sólo el Canal de las Estrellas sabe.
(Con informacion de proceso)
                                        

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