Dicen que en 5 días -el 21 de diciembre- la Tierra va a desaparecer. Y esa profecía, atribuida al fin del calendario Maya, sirve desde México hasta Francia y Rusia para comercializar entre fanáticos lo necesario para sobrevivir al cataclismo. ¿Y tú, ya estás preparado?
Mientras lees esto, faltará menos de una semana para la llegada del 21 de diciembre, el fin del calendario maya de larga duración.
El tema ha inspirado de todo un poco: miedo, incredulidad, pánico e histeria.
Existe una tendencia de convertir el fenómeno originado por la cultura Mesoamericana en una mina de oro, sin importar si son creyentes o detractores de lo que se interpreta como profecías.
Es el negocio del fin del mundo, los que aprovechan la psicosis de quienes consideran factible que el Armagedon llegue efectivamente en siete días.
El supuesto apocalipsis se ha convertido en la mejor estrategia de negocios de complejos turísticos, aerolíneas, empresas de artículos de supervivencia y hasta uniones de crédito. Dales un vistazo.
Lucrando con el Apocalipsis
México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador son los países que comprenden el mundo maya.
A diferencia de muchos otras lugares del planeta donde el miedo se asocia con la fecha, aquí es razón de celebración.
Diversas organizaciones de turismo de la región aprovecharán la ocasión para conseguir dividendos positivos en sus ganancias.
“Vamos a cumplir las expectativas. Es un éxito garantizado la llegada de turistas de Europa, Sudamérica, Estados Unidos, Canadá y otras partes del mundo”, afirmó el ministro de Turismo de El Salvador y presidente de la Organización del Mundo Maya, José Napoleón Duarte.
Los países que fueron la cuna de la civilización esperan recibir este año más de 10 millones de turistas solo en la región maya, informó la agencia EFE.
En el puerto salvadoreño de La Libertad, conectarán la celebración prehispánica con la temporada navideña al erigir un árbol gigantesco en la costa, aunque una celebración no tenga nada que ver con la otra.
Un reloj digital de dos metros y medio de alto con la cuenta regresiva al 21 de diciembre se ha instalado en Tapachula, México.
Los conciertos también ocuparán la agenda del fin del mundo. La asociación de DJs de Londres Crostwon Rebels, organizarán un evento denominado “Day Zero”, la cual se espera que tenga una duración de 24 horas continuas el 20 de diciembre próximo.
En la web se realizará el “Maya-Geddon”, una “fiesta” en línea que contará con invitados como el psíquico Michael Bodine y la medio Sharon Pugh. El precio por tener acceso al evento por Internet es de 12.21 dólares, el día 21 del mes 12 invertido.
Las reacciones en los miembros de la cultura maya no se hicieron esperar.
“Estamos hablando de engaños, mentiras y retorcer la verdad, transformándola en una historia de folklore para generar ganancias”, dijo Felipe Gómez, líder de la alianza maya Oxlaljuj Ajpop a AFP.
“No están diciendo la verdad acerca de los ciclos”, agregó.
Alianza Oxlaljuj Ajpop ha reiterado que el ciclo significa más bien cambios a nivel “espiritual y de familia”.
En Hong Kong, el restaurante Tsim Sha Tsui ofrece el “Platillo del Juicio Final” con un costo de 2 mil 112 dólares, informó el diario chino South China Morning Post.
El costo es alto porque ofrece el “Último Postre”, un mousse de chocolate adornado con oro de 24 quilates.
En Chile, la tienda Response, la única empresa que provee elementos de supervivencia en el país, ha visto una bonanza en sus ventas las últimas semanas.
Entre sus productos están agua que dura cinco años, comida deshidratada, cerillos submarinos, y todo lo que tenga que ver con reciclar, purificar o filtrar agua.
Los ‘otros’ Apocalipsis
En siete días terminará el “13 Baktún”, el ciclo maya que empezó hace 5 mil 125 años.
Pero a diferencia de lo que piensan muchos creyentes del fin del mundo, el calendario no anuncia la destrucción de las civilizaciones.
Para los mayas, los ciclos no eran lineales, sino circulares.
El 21 de diciembre es la conclusión de un periodo y la entrada a uno nuevo.
Esta última profecía no es la primera –ni muy probablemente la última– que vaticina catástrofes.
En el año 634, los romanos creían que un mito de Rómulo anunciaba la destrucción de Roma a los 120 años de su fundación.
La historia decía que 12 águilas revelaron al fundador romano el tiempo de vida de la civilización, una década por cada águila.
Para el año 999, el papa Silvestre II pronosticó que el primero de enero del año 1000 llegaría el Apocalipsis. Como comprobamos hoy, su clarividencia no fue muy atinada.
El hecho de que el año 1666 tuviera el conocido “número de la bestia” era razón suficiente para creer que llegaría el final para muchos cristianos.
En 1997, la secta “Puertas del Cielo” entendió la aproximación a la Tierra del Cometa Hale como una señal de que debían abandonar los cuerpos “terrenales. Cometieron un suicidio masivo.
Dos años más tarde, una de las predicciones de Nostradamus señalaba que el “Rey del Terror” llegaría del cielo en “1999 y siete meses”. En julio del último año del segundo milenio tampoco ocurrió nada.
El 2000 también fue una fecha en la que se esperaba un colapso en el mundo, específicamente en los sistemas computacionales de todos los países. Las expectativas apocalípticas no se cumplieron.
(Con informacion de Reporte Indigo)
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