Pyongyang parece lejos, no obstante, de poder lanzar ataques atómicos contra EE UU y El Sur
El Pentágono anuncia el despliegue de interceptores de misiles en Guam
Desfile militar de vehículos con misiles en Pyongyang en 2010 / Petar Kujundzic (REUTERS) |
El anuncio por parte de Corea del Norte de que reactivará todas sus instalaciones nucleares, incluido el reactor de Yongbyon que produce plutonio y las plantas de enriquecimiento de uranio, ha puesto la lupa de la comunidad internacional sobre la credibilidad de su programa de armas atómicas. Pyongyang ha impulsado en los últimos años sus planes nucleares, pero aún parece lejos de poder cumplir sus recientes amenazas de golpear EE UU porque, según los expertos, no cuenta con bombas lo suficientemente
pequeñas para transportarlas en un misil balístico y tampoco se ha probado que disponga de cohetes capaces de alcanzar sus costas. El peligro más inmediato lo representan los misiles de corto y medio alcance, o la proliferación de material y tecnología nucleares. Aún así, el Ejército norcoreano ha anunciado este miércoles que tiene luz verde para lanzar un ataque nuclear contra EE UU.
En una nota difundida por la agencia oficial norcoreana KCNA, según recoge France Presse, el general del Estado Mayor del Ejército ha comunicado que ha informado oficialmente a Washington de que los norteamericanos serán "aplastados" por medios nucleares "innovadores, más pequeños, ligeros y diversificados". "La operación despiadada" de las fuerzas norcoreanas, dice la declaración, "ha sido definitivamente examinada y ratificada" y la guerra podría estallar "hoy o mañana", "el momento de la explosión se acerca rápido". El Ejército norcoreano ha advertido además a Estados Unidos de que "haría mejor si reflexionase sobre la grave situación actual".
Pyongyang sube así un peldaño más en la escalada retórica azuzada con la declaración de que reactivará las instalaciones de Yongbyon, un anuncio que se une a las represalias llevadas a cabo en las últimas semanas en respuesta a las sanciones de la ONU por el disparo de un cohete en diciembre pasado, que, según EEUU, fue la prueba de un misil balístico — Pyongyang dice que se trató del lanzamiento de un satélite—, y el ensayo atómico ejecutado en febrero. El Norte también está furioso por las maniobras militares que están realizando Corea del Sur y EE UU en la península coreana.
Corea del Norte asegura que necesita un programa de armas nucleares para hacer frente a lo que denomina la política “hostil” y la intención de Washington de invadir el Norte. El régimen considera que es su mejor herramienta de disuasión contra una intervención como la de Irak, y lo utiliza como instrumento político para intentar restablecer las relaciones con EE UU, Corea del Sur y Japón.
“Nuestra fuerza nuclear es un elemento disuasorio fiable y una garantía para proteger nuestra soberanía. La paz, la prosperidad y la felicidad de la gente pueden existir sobre la base de un poder nuclear fuerte”, dijo el domingo el líder norcoreano, Kim Jong-un. El corazón de su programa atómico se encuentra en la central de Yongbyon, complejo que data de la década del sesenta, y cuyo primer reactor fue suministrado por la entonces Unión Soviética. La instalación se encuentra unos 100 kilómetros al norte de Pyongyang. En 1986, fue añadido el que actualmente es su reactor principal, de cinco megavatios y moderado con grafito, que produce plutonio. En 2007, fue paralizado en el marco de un acuerdo de desnuclearización que luego se fue a pique. La torre de refrigeración fue derribada en 2008.
La reactivación del reactor de Yongbyon, que podría ser llevada a cabo en un plazo de tres meses a un año, permitiría al Norte volver a producir plutonio. El reprocesado de las barras de combustible tras un año de funcionamiento del reactor podría generar unos siete kilogramos de plutonio, cantidad suficiente para una bomba atómica, según los expertos. Pyongyang ha afirmado que volverá a poner en marcha también la planta de enriquecimiento de uranio. Ambas instalaciones pueden producir combustible para bombas atómicas. El Gobierno norcoreano defiende que el objetivo de la central es producir electricidad. La construcción de otros dos reactores capaces de generar plutonio fue suspendida en 1994 tras un acuerdo con EE UU.
El reactor principal de Yongbyon era la única fuente de plutonio, pero se estima que el país tiene unas existencias de 24 a 42 kilogramos, suficientes para fabricar de cuatro a ocho bombas similares a las utilizadas por Washington contra Japón en Nagasaki. Washington sospecha que Corea del Norte tiene también un programa de uranio con uso militar. Pyongyang reveló que enriquecía uranio en 2010, cuando permitió a un grupo de expertos extranjeros visitar las instalaciones de centrifugado, pero dijo que el enriquecimiento era únicamente de bajo nivel para producir energía. Algunos analistas creen, sin embargo, que prepara uranio muy enriquecido en secreto desde hace años.
Es más fácil diseñar una bomba atómica con uranio muy enriquecido que con plutonio, pero este es más adecuado para la fabricación de cabezas nucleares lo suficientemente pequeñas para ser montadas en misiles, algo que Pyongyang necesita si quiere realizar un ataque nuclear. Se cree que el Norte no domina aún la tecnología de miniaturización, pero la cuestión es cuánto tardará.
El Pentágono ha anunciado esta tarde que instalará interceptores de misiles en el territorio estadounidense de Guam, en el Pacífico, según la agencia Reuters. El secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, ya señaló a mediados de marzo el despliegue de dispositivos similares en Alaska y de un radar en Japón.
Hagel ha asegurado que las amenazas nucleares proferidas por Corea del Norte suponen “un peligro grave y real” para Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. “Disponen ahora de una capacidad nuclear y balística y su peligrosa retórica belicosa va en aumento (…), esto supone un peligro grave y real y una amenaza para los intereses de los aliados de Washington en la región”.
En 2006 y 2009, Corea del Norte llevó a cabo sendas pruebas nucleares con dispositivos de plutonio. La primera se cree que tuvo problemas,y la segunda fue de potencia baja.
Pero analistas piensan que la que efectuó el 12 de febrero pasado pudo haber sido de una bomba de uranio. Este combustible tiene sus ventajas para el Norte, ya que posee depósitos cuantiosos de uranio y la tecnología y la maquinaria para enriquecerlo se pueden transferir de forma más fácil. Y esta la gran preocupación de EE UU, la proliferación de armas y tecnología atómica a países como Irán y Siria, o a grupos terroristas .
La transferencia nuclear o el uso de armas de destrucción masiva “serían consideradas una grave amenaza a EE UU o sus aliados, y haremos totalmente responsable a Corea del Norte de las consecuencias”, dijo el mes pasado Tom Dillon, consejero de seguridad nacional del presidente Obama. Se cree que Pyongyang ayudó a construir a Siria lo que agentes de los servicios de inteligencia de EEUU dijeron que era un reactor nuclear destinado a producir plutonio. Aviones israelís bombardearon la instalación en 2007.
Además de tener que miniaturizar una cabeza atómica, el Norte no ha probado aún que disponga de misiles balísticos capaces de alcanzar la costa oeste de EE UU. Sin embargo, sí cuenta con misiles de corto y medio alcance, que podrían golpear Corea del Sur, Japón o las bases estadounidenses en estos dos países.
Fuente : El pais
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