En una declaración leída
por televisión, el jefe de estado mayor, Abdel Fattah al-Sisi, consideró
que la nación está en peligro después de que millones de egipcios
salieron a las calles el domingo para exigir la renuncia de Mursi y el
ataque a la sede de la Hermandad Musulmana.
(Fotos: Xinhua)
“Las Fuerzas Armadas no serán parte de la política ni del régimen”, subrayó el ministro en el mensaje.
El ministro indicó que el plazo de 48 horas representa “la última oportunidad” para que todas las partes cumplan las demandas del pueblo y resuelvan la crisis, y se refirió a las circunstancias actuales como “históricas”.
“Perder más tiempo conducirá a una mayor división y conflicto“, advirtió Sisi. La gente ya ha estado sufriendo bastante por la actual crisis política, afirmó.
Sisi indicó que el futuro mapa de ruta del ejército se llevaría a cabo “con la participación de todas las partes y fuerzas nacionales honestas, particularmente de los jóvenes, sin aislar a ninguna de las partes”.
“La seguridad nacional del país está en peligro”, advirtió el ministro, quien subrayó que las fuerzas armadas no renunciarán a su papel nacional e histórico.
Sisi agregó que las protestas de la gente, con esa voluntad y esa determinación, han generado “la admiración y aprecio” internos, regionales e internacionales.
El 23 de junio, Sisi declaró que el ejército está obligado a intervenir para impedir que el país se deslice a un túnel oscuro de conflictos, lucha interna y sectaria.
“Aún nos queda una semana, en la cual puede hacerse bastante”, dijo Sisi la semana pasada, al urgir a todas las fuerzas políticas a lograr una reconciliación real por el bien de Egipto antes de las protestas masivas del 30 de junio.
La presidencia ha afirmado en diversas ocasiones que la única misión de las fuerzas armadas es preservar la seguridad nacional y expresó sus reservas sobre la mediación o intervención del ejército. En los enfrentamientos durante la noche en todo el país entre los simpatizantes y opositores del presidente egipcio Mohamed Morsi, al menos una decena de personas murieron y aproximadamente 800 resultaron heridas.
Miles de manifestantes pasaron la noche en la Plaza Tahrir con la advertencia de permanecer ahí hasta que Mursi renuncie, respondiendo al llamado de la oposición de continuar con las movilizaciones y un ultimátum de 24 horas para que el mandatario deje el poder.
“Damos a Mohamed Mursi hasta el martes 2 de julio a las 17:00 horas (15:00 GMT) para dejar el poder y permitir a las instituciones estatales preparar una elección presidencial anticipada”, afirmó el opositor grupo Tamarod (Rebelión, en árabe).
A través de su página en internet, el grupo, que asegura tener más de 22 millones de firmas de personas que quieren la dimisión del mandatario, advirtió que si mañana a las 17:00 Mursi no ha renunciado comenzará “una campaña de desobediencia civil total”.
Ante la advertencia de la oposición y los recientes actos de violencia, miles de policías y militares son desplegados en los alrededores de los edificios públicos y más importantes de El Cairo y otras ciudades egipcias, incluyendo instalaciones ubicadas en el Canal de Suez.
Esta mañana, la sede de la Hermandad Musulmana, partido de Mursi, en El Cairo fue saqueada y atacada con bombas incendiarias por una muchedumbre contraria al mandatario y que advirtió con acabar con el partido en el poder y con su representante en la Presidencia.
Ante la posibilidad de que se desaten nuevos enfrentamientos y actos de violencia en la capital, las autoridades colocaron en alerta a todas las oficinas públicas y bancos, que laboraron sólo medio día, así como los hospitales.
El Ministerio de Salud confirmó este lunes que 16 personas murieron y 781 más resultaron heridas durante los enfrentamientos del domingo, entre partidarios de Mursi y opositores en las ciudades de Beni Suef, Alejandría, Kafr al-Sheikh, Fayoum y El Cairo.
(Con información de Xinhua , Notimex y Aristeguinoticias)
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