Manifestantes reclaman frente al Capitolio de Washington una nueva ley de inmigración. / LARRY DOWNING (REUTERS) |
En una cita con la historia, miles de personas se manifestaron este
miércoles en la capital de Estados Unidos para presionar a los
legisladores a favor de la reforma del sistema de inmigración. Con
gritos de "Sí se puede", han invadido la explanada frente al Capitolio
para recordar a los legisladores que este es el momento para aprobar una
reforma migratoria que regularice la situación de los 11 millones de
indocumentados que se estima que residen en EE UU.
"Ya no se trata de si lo vamos a lograr o no", aseguró Gustavo Torres, director de la organización CASA de Maryland ante miles de personas llegadas desde todos los rincones del país para reivindicar una oportunidad para ver cumplida su versión del sueño americano. "La cuestión es cuándo lograremos la reforma. Y la lograremos".
La legislación para reformar el sistema de inmigración, que podría ser presentada ante el Congreso esta misma semana, será el primer proyecto de reforma desde 2007, cuando fracasó el último intento. Las negociaciones entre cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos, que trabajan juntos desde enero, sin embargo, ha renovado la esperanza de millones de inmigrantes, inspirando un optimismo que se respiraba este miércoles ante el Capitolio.
En una concentración impensable hace sólo unos meses, entre pancartas con el lema “El momento es ahora”, "movilizados por un sueño", "nuestra familia no puede esperar" y "América dice sí a la ciudadanía", familias, estudiantes, indocumentados y nacionalizados pidieron un sistema migratorio más justo.
Entre pancartas con el lema “El momento es ahora”, "movilizados por
un sueño", "nuestra familia no puede esperar" y "América dice sí a la
ciudadanía", organizaciones por los derechos de los inmigrantes, jóvenes
indocumentados conocidos como dreamers,
líderes religiosos, empresarios y sindicatos piden a los legisladores
que alcancen un acuerdo para crear un nuevo sistema adaptado a las
necesidades laborales y económicas del país.
Muchos de ellos salieron a votar el pasado mes de noviembre pensando en la reforma y en todos los indocumentados que esperan su oportunidad para convertirse en ciudadanos americanos. "Llevan demasiado tiempo prometiéndonos reformas y nunca sucede", lamenta José Aguilera, un indocumentado que llego desde Honduras en 2002.
Después de varias décadas de espera, reformas fracasadas y proyectos de ley que quedaron en promesa, los sin papeles de EE UU tiene por fin su sueño americano al alcance de las manos. Este hondureño es uno de ellos. Confía en que la colaboración entre los dos principales partidos políticos y la Casa Blanca termine en una nueva legislación. "Necesitamos una reforma que ayude a los que ya estamos aquí, pero también a todos los que quieren venir".
Entre los asistentes -la organización esperaba a unas 50.000 personas- no faltan algunos indocumentados como Aguilera. Pueden ser los principales beneficiados si en los próximos meses se decide regularizar su situación. Para Jorge López, cónsul de Ecuador en Nueva York, la presencia de sin papeles en esta marcha, muchos de ellos acompañados de amigos y familiares que si tienen permiso de residencia, ayuda a darles visibilidad. "Siempre han vivido en este país", afirma, "pero los gobiernos no siempre quieren abrirles la puerta".
López asegura que, como afirma el lema de la concentración, "el momento de la reforma", una de las prioridades del segundo mandato del presidente Barack Obama "es ahora". "Senadores, congresistas y el presidente están de acuerdo, el pueblo migrante les esta esperando".
El nicaragüense Manuel Morales llegó a Estados Unidos "con permiso" hace más de treinta años. A sus 65 años, esta es su primera manifestación a favor de los inmigrantes y, mientras fotografía sin parar el edificio del Capitolio, defiende la llegada de una reforma "para que dejemos de separar a las familias inmigrantes", en referencia a las deportaciones impulsadas por la Administración Obama en los últimos cuatro años. "Cuando ves a tanta gente unida a favor de una causa, sabes que va a salir adelante".
Antes de la marcha frente al Capitolio, los organizadores han invitado a todos los asistentes a presentarse personalmente en las oficinas de los legisladores para explicarles por qué es necesaria una reforma migratoria. La de este miércoles fue una de las concentraciones que a lo largo de esta primavera presionarán al Congreso para que llegue a un acuerdo, como ya lo hicieron durante las fracasadas negociaciones de 2006 y 2007.
Organizaciones religiosas, activistas, sindicatos, congregaciones religiosas y jóvenes indocumentados representaron la gran coalición que, desde todos los rincones de la sociedad estadounidense pide una solución para los ‘sin papeles’, en un claro contraste con la retórica anti inmigrante a la que se había acostumbrado el país durante los últimos cuatro años.
La reforma migratoria será presentada esta semana en el Capitolio y deberá legislar el acceso a la ciudadanía para indocumentados, la sanción que se les impondrá por residir ilegalmente en el país, un programa para entregar visados de trabajo temporales, permisos para profesionales altamente cualificados o el proyecto para jóvenes sin papeles, los ‘dreamers’ que han estudiado desde su infancia en las escuelas de EE UU.
Fuente : Elpais
"Ya no se trata de si lo vamos a lograr o no", aseguró Gustavo Torres, director de la organización CASA de Maryland ante miles de personas llegadas desde todos los rincones del país para reivindicar una oportunidad para ver cumplida su versión del sueño americano. "La cuestión es cuándo lograremos la reforma. Y la lograremos".
La legislación para reformar el sistema de inmigración, que podría ser presentada ante el Congreso esta misma semana, será el primer proyecto de reforma desde 2007, cuando fracasó el último intento. Las negociaciones entre cuatro senadores demócratas y cuatro republicanos, que trabajan juntos desde enero, sin embargo, ha renovado la esperanza de millones de inmigrantes, inspirando un optimismo que se respiraba este miércoles ante el Capitolio.
En una concentración impensable hace sólo unos meses, entre pancartas con el lema “El momento es ahora”, "movilizados por un sueño", "nuestra familia no puede esperar" y "América dice sí a la ciudadanía", familias, estudiantes, indocumentados y nacionalizados pidieron un sistema migratorio más justo.
La presencia de senadores tan conservadores como
Rubio, líderes históricos como McCain o el representante de la mayoría
demócrata en el Senado, Harry Reid, ha inspirado optimismo entre todos
los sectores que apoyan la reforma
Muchos de ellos salieron a votar el pasado mes de noviembre pensando en la reforma y en todos los indocumentados que esperan su oportunidad para convertirse en ciudadanos americanos. "Llevan demasiado tiempo prometiéndonos reformas y nunca sucede", lamenta José Aguilera, un indocumentado que llego desde Honduras en 2002.
Después de varias décadas de espera, reformas fracasadas y proyectos de ley que quedaron en promesa, los sin papeles de EE UU tiene por fin su sueño americano al alcance de las manos. Este hondureño es uno de ellos. Confía en que la colaboración entre los dos principales partidos políticos y la Casa Blanca termine en una nueva legislación. "Necesitamos una reforma que ayude a los que ya estamos aquí, pero también a todos los que quieren venir".
Entre los asistentes -la organización esperaba a unas 50.000 personas- no faltan algunos indocumentados como Aguilera. Pueden ser los principales beneficiados si en los próximos meses se decide regularizar su situación. Para Jorge López, cónsul de Ecuador en Nueva York, la presencia de sin papeles en esta marcha, muchos de ellos acompañados de amigos y familiares que si tienen permiso de residencia, ayuda a darles visibilidad. "Siempre han vivido en este país", afirma, "pero los gobiernos no siempre quieren abrirles la puerta".
Necesitamos una reforma que ayude a los que ya estamos aquí, pero también a todos los que quieren venir"
El nicaragüense Manuel Morales llegó a Estados Unidos "con permiso" hace más de treinta años. A sus 65 años, esta es su primera manifestación a favor de los inmigrantes y, mientras fotografía sin parar el edificio del Capitolio, defiende la llegada de una reforma "para que dejemos de separar a las familias inmigrantes", en referencia a las deportaciones impulsadas por la Administración Obama en los últimos cuatro años. "Cuando ves a tanta gente unida a favor de una causa, sabes que va a salir adelante".
Antes de la marcha frente al Capitolio, los organizadores han invitado a todos los asistentes a presentarse personalmente en las oficinas de los legisladores para explicarles por qué es necesaria una reforma migratoria. La de este miércoles fue una de las concentraciones que a lo largo de esta primavera presionarán al Congreso para que llegue a un acuerdo, como ya lo hicieron durante las fracasadas negociaciones de 2006 y 2007.
Organizaciones religiosas, activistas, sindicatos, congregaciones religiosas y jóvenes indocumentados representaron la gran coalición que, desde todos los rincones de la sociedad estadounidense pide una solución para los ‘sin papeles’, en un claro contraste con la retórica anti inmigrante a la que se había acostumbrado el país durante los últimos cuatro años.
La reforma migratoria será presentada esta semana en el Capitolio y deberá legislar el acceso a la ciudadanía para indocumentados, la sanción que se les impondrá por residir ilegalmente en el país, un programa para entregar visados de trabajo temporales, permisos para profesionales altamente cualificados o el proyecto para jóvenes sin papeles, los ‘dreamers’ que han estudiado desde su infancia en las escuelas de EE UU.
Fuente : Elpais
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