Seria reflexión les dejó a los diputados locales el actor, Daniel
Giménez Cacho, quien fue reconocido con la medalla al mérito ciudadano,
en el área de cultura.
Dijo que un actor está obligado a mostrar lo que se esconde y
hablar de lo que no se habla, a cuestionar a los poderosos y a dar voz a
quien no la tiene, de ahí, su duda de aceptar o no la presea, “qué
finalidad puede tener este reconocimiento individual, si en la práctica
las políticas públicas han despreciado históricamente la actividad
cultural, no sería mejor rechazarlo”, comentó.
Recordó que por mucho tiempo ha chocado con la insensibilidad de
funcionarios culturales sumisos a las decisiones económicas de sus
jefes, pero sordos a las necesidades de las comunidades a las que
sirven.
Tajante añadió que vivimos gobernados por políticos y funcionarios
de escaso nivel cultural, cuya visión del arte no rebasa la idea del
entretenimiento o acaso del negocio y no les preocupa la construcción
del ser humano.
“Al asignar presupuestos se enfrentan al falso dilema de regalar desayunos o apoyar un proyecto cultural y concluyen que la panza es primero;
ignoran el peligro social que representa una barriga llena y un cerebro
vacío, están concentrados en minimizar conflictos y evitar
periodicazos”.
Resaltó que la cultura es de escaso interés porque no genera votos,
ni adhesiones masivas a los partidos políticos, ni lealtades a las
delegaciones, “hoy que la falta de opciones conducen a tantos jóvenes
hacia la delincuencia, se escucha un clamor general, más educación y
menos policía; más cultura y menor balas; menos poder a la televisión y
más políticas educativas, menos cárceles y más centros de rescate social
Fuente : Paginaciudadana
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