Peña Nieto durante su visita a Colima. Foto: Presidencia |
El dirigente estatal de Morena, Vladimir Parra Barragán, denunció que una vez afuera, el estudiante de la Universidad de Colima fue interrogado por los militares sobre la forma en que metió la cartulina, culpándolo de haberles “echado a perder” el trabajo.
Además, informó que el estudiante de Medicina Luis Dávila, también simpatizante de Morena, fue capturado por agentes de la Policía Estatal en una calle aledaña al sitio del acto presidencial, debido a que portaba unas cartulinas enrolladas que contenían las frases: “Peña Nieto no es mi presidente” y “Peña Nieto, asesino represor”.
Según el dirigente de Morena, los agentes se burlaron del joven mientras era trasladado en una camioneta a los separos policiacos, con la amenaza de que lo llevarían al Centro de Readaptación Social (Cereso).
Cuando fue dejado en libertad, Luis Dávila interpuso una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima.
La primera visita de Peña Nieto a la entidad, en su carácter de presidente, se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad y, pese a los incidentes mencionados, el evento se realizó con normalidad.
Del primer suceso se percató sólo una parte del público, mientras que el segundo hecho ocurrió afuera del área perimetral y sólo fue presenciado por algunas personas que tomaron fotografías.
En su discurso con motivo de la presentación del Programa Nacional Forestal, Peña reconoció que México es un país con una amplia zona forestal, pero ésta no es “debida y racionalmente aprovechada”, dijo.
Acompañado por el gobernador Mario Anguiano Moreno y el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan José Guerra Abud, entre otros, el Ejecutivo informó que el programa tendrá un presupuesto de casi siete mil millones de pesos.
Con ese dinero, dijo, se pagarán los servicios a quienes tengan zonas forestales en propiedad y en cuidado, con la finalidad de que las sigan manteniendo.
Asimismo, señaló que se estudiará ampliar el beneficio a quienes cuiden de los bosques, con una partida para reforestación, e inducir un uso y una explotación moderada y racional de esas zonas.
En un acto en el que fue recibido y despedido entre gritos de sus simpatizantes, en particular mujeres que luchaban por tomarse una fotografía a su lado, Peña señaló que si México aprovecha racionalmente sus zonas forestales, puede generar empleo, mejores ingresos para las familias que ahí viven y que dependen de esa actividad, además de evitar la tala inmoderada y clandestina, que no tiene otro fin más que destruir y aprovechar sin racionalidad los bosques.
En este sentido, indicó que su gobierno se trazó una meta “muy ambiciosa” de sembrar más de 180 millones de árboles, que “es una cifra importante, pero nuestro enfoque estará más orientado a la sobrevivencia de esos árboles, porque en México se han sembrado, por muchos años, millones de árboles, (pero) el gran problema es que pocos sobreviven, muy pocos se llegan a dar”.
Por otra parte, instruyó al titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y a su equipo de trabajo a elaborar un inventario de las zonas forestales de México.
“Es increíble, pero es cierto. Hoy son muy modestos los inventarios que tenemos. Es decir, saber con mayor precisión cuál es nuestro recurso natural, cuáles son los bosques que tenemos, o cuánto, de qué tamaño son nuestros bosques, para poder definir políticas específicas para cuidarlos a través de este Programa de Pago por Servicios Ambientales”, puntualizó.
En su intervención, Juan José Guerra expuso la situación de Chile, que con una superficie de poco más de la tercera parte de la de México, cuenta con 2.7 millones de hectáreas de plantaciones forestales comerciales, mientras que en nuestro país no se llega a 250 mil hectáreas, esto es, menos de 10%.
Explicó el funcionario: “La falta de aprovechamiento racional nos ha ocasionado, entre otras distorsiones, que en México tengamos un déficit comercial del sector forestal de casi seis mil millones de dólares, mientras que ellos (Chile), con una superficie menor, tienen un superávit de tres mil millones de dólares”.
El responsable de la Semarnat dijo que no obstante la vasta extensión y diversas variedades con que cuenta, la producción de México apenas atiende 26% del mercado doméstico. “El resto, incluyendo, entre otras, celulosa y papel, y materiales fibrosos, lo estamos importando de otros países del mundo, y de ahí el déficit mencionado”.
De acuerdo con Guerra Abud, alrededor de 75 mil millones de pesos anuales “podrían quedar en manos de productores mexicanos, y hoy son recursos que se van al exterior, cuando deberían ser retenidos en México generando empleo y bienestar”.
Fuente : Proceso
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